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Sahumerios y arrebatos

Relatos leves

Collage heteróclito

En una página de Internet, se inició un conocido entretenimiento en el que alguien escribe una palabra y otro escribe la palabra que aquella le sugiere y así sucesivamente. Recopilé las palabras que habían escrito y en el mismo orden en que habían sido escritas, estas eran:

Animal, hombre, caníbal, salvaje, amor, platónico, universal, grandísimo, cielo, azul, color, esperanza, paciencia, aburrimiento, pintor, bolero, música, baile, cubano, café con leche, tarta, bombón, chocolate, belga, riquísimo, sabroso, salsa, merengue, Madrid, Cibeles, fuente, monumento, ensimada, mujer, madre, padre, espíritu, alegría, vocación, dedicación, definición, encasillamiento, encausado, prisionero, cárcel, pijama, rayas, Coca-cola, ron, juerga, fiesta, Mussa, disfraces, ilusión, vida, vivir, felicidad, amor, pareja, sexo, viaje, placer, regocijo, emoción, suspense, terror, sangre, rojo, pasión, cintura, abrazo, achuchón, sexo, lujuria, pecado, redención, perdón, penitencia, arrepentimiento, matrimonio, fallido, divorcio, libertad, autocompasión, oscuridad, tranquilidad, pachorra, aburrimiento, acaricia, sensualidad, sensibilidad, ternura, protección, cariño, amargura, matrimonio, jajajaja, boquerón y anchoa, aperitivo, prolegómenos, largos, cortos, celtas, griegos, Troya, ejército, guerra, kaos, pena, penita, peeenaaa,  de mi corazón, melón, sandía, jamón, de pata negra, bellota, jabalí, colmillos, vampiro, sádico, masoca, látigo.

Aprovechando todas esas palabras, absolutamente todas, y en el mismo orden, intenté escribir lo que considere que querían decir. Esto es lo que yo creo que intentaban decir aunque igual estaban diciendo otra cosa.

Aquel animal no era un hombre, era un caníbal salvaje que nunca conoció el amor, ni tan siquiera el platónico, y eso fue lo que mutó su rabia en universal, se había convertido en un grandísimo esperpento.

El cielo azul tenía el color de la esperanza que a veces le animaba a tener paciencia, convirtiendo su aburrimiento en los conatos de un pintor para reconvertir sus despojos en un desmadejado bolero, en una especie de música de baile que hasta a un cubano café con leche le sabría a tarta agusanada en lugar de ser como un bombón de chocolate belga, riquísimo y sabroso que era lo que estúpidamente intentaba.

La salsa y el merengue resonaban en sus neuronas aquel día mientras andaba por Madrid, junto a la Cibeles. Aquella fuente le parecía un monumento a la ensimada, así calificaba él a toda mujer que había sido madre y nunca explicó a nadie el porqué de aquel término.

Su padre había intentado imbuir en su espíritu la semilla de la alegría pero él había optado por seguir otra vocación con perentoria dedicación. Con el paso de los años alguien intentó dar una definición a esa vocación y vino a decir que no dejaba de ser el auto encasillamiento de alguien que se creía encausado por la vida, por la que deambulaba como un prisionero que sale de su cárcel de espejismos quiméricos cada noche para pasear por malolientes albañales con su pijama a rayas.

Solo tras la quinta Coca-cola con ron comenzaba lo que él consideraba juerga. Cuando llegaba a la fiesta, que para él estaba en un trasnochado bar de copas de las afueras llamado Mussa, echaba mano de su amplia panoplia de disfraces y hasta se convencía de que tenía ilusión por la vida, de que hasta era capaz de sentir que podría vivir la felicidad, el amor, la vida en pareja, el sexo sin pago previo y que podría encontrar una mujer con la que hacer un viaje de placer.

El extraño regocijo bañado en pura emoción se transformaba, tras un largo suspense de desvaríos, en un espeluznante sentimiento de terror bañado en sangre y carente del color rojo. Siempre comenzaba así su semana de pasión, suplicio y delirio.

Y a pesar de tales quiméricas alucinaciones, se escapaba alguna vez soñando en una cintura de mujer bajo su abrazo, en un impúdico achuchón antesala de incontables horas de sexo en el que la lujuria siempre era pecado sin redención, sin perdón, sin penitencia y nunca con arrepentimiento.

El fantasma de su matrimonio fallido y los estragos del divorcio convirtieron lo que él creyó que sería libertad tan solo en autocompasión alcoholizada, en pavorosa oscuridad que terminó tragándose su tranquilidad y trasmutó su celebrada pachorra en un aburrimiento cósmico que le abocaba a la autodestrucción.

Aun hoy, tras cuatro intentos fallidos de suicidio que más bien fueron pasos de comedia con visos de astracanada, acaricia en sus breves lapsos de lucidez el deseo de sentir de nuevo la sensualidad femenina, su orgásmica sensibilidad, su ternura, incluso su protección y el cariño que trocó en amargura el matrimonio que él mismo convirtió en un infierno.

Un atrabiliario ¡Jajajaja! resuena en la noche abyecta tras vomitar el bocata de boquerón y anchoa que tomó como aperitivo y que resultó ser su cena. Esas risas horrísonas tan solo son los prolegómenos, siempre alucinantemente largos, que le llevan a pasos cortos a los aquelarres celtas en los que, como hicieron los griegos en Troya, meten subrepticiamente en su mente un ejército de engendros y horribles espantajos que le harán la guerra sin cuartel, convirtiendo sus desesperaciones en un kaos más de pena que de penita.

La palabra “peeenaa” restalla en sus abominaciones y él se pone a entonar una canción de la que no recuerda la letra pero que canta estentóreamente “de mi corazón melón sandía jamón de pata negra bellota”. A la par, y bañado en ese desafuero sonoro, un gigantesco y fantasmal  jabalí clava los colmillos en su cuelo y le desgarra la yugular como un  vampiro sádico, es lo que siente mientras hace de masoca por 100 euros para un tipo con látigo.

(Orel, 16 de marzo de 2011)


Ya puedo irme al otro barrio hasta sin sacar billete.

Si yo fuese un mandamás tipo presidente de una república o similar, hoy firmaría un Decreto Ley declarando el día 12 de febrero como Día del ego recuperado.

Os cuento la feliz y gran noticia. He puesto en el Google a buscar “Antonio Javier Vicente Gil” así, con comillas, para que solo buscase coincidencias con mi nombre completo, y me han salido 7 referencias, cosa que he considerado sumamente satisfactoria dado que mi actividad en la red no creía diese para más. Pero al final de la pagina ponía “Para mostrarle los resultados más pertinentes, omitimos ciertas entradas muy similares a los 7 que ya hemos mostrado. Si lo prefiere, puede repetir la búsqueda e incluir los resultados omitidos

He pinchado para incluir los resultados omitidos y para mi sorpresa salen 118.000 referencias a mi persona. He ido mirando no sea que se refiriese a otro Antonio con mi mismo nombre, pero no, todas hacían referencia a mi.

Mi ego ha iniciado un proceso hiperinflacionario de expansión y ha ido hinchándose e hinchándose hasta que he caído en la cuenta de que podía reventar, por lo que me he tomado un par de cafés para tranquilizarme.

Ciertamente el hecho de ser cien milenario en el Google no se debe a mis méritos, sino a problemas de referencias duplicadas o como se llame el fenómeno que no seré yo quien lo estudie. Pero ustedes callados, que igual cuela para mi currículo especial para ligar.

Ello no obsta para que por fin puede espicharla tranquilo de que ya soy alguien significativo al menos para los ordenadores de Google que buscan e indexan por toda la Internet. No veo el momento de que llegue el lunes para hacerme nuevas tarjetas de visita donde ponga:

Antonio Javier Vicente Gil
Resto de datos consígalos en Google
donde aparecen de mí 118.000 referencias.
y siguen aumentando.

Voy a dedicar el resto del día a celebrar que por fin soy alguien, ya que según dicen uno no es nadie hasta que no aparece en Google.

Pero no estoy contento del todo, pues una duda me corroe, esto de aparecer ciento y pico mil veces en el Google, ¿me servirá para ligar por fin?

POST POST: para evaluar lo que significa ese  número de referencias en el Google, he puesto a buscar “Francisco Franco Bahamonde” y salen 126.000 referencias, o sea estoy a 8.000 de alcanzarlo, y no es que yo quiera ser Franco, que conste. Y que se chinche, pero “Felipe González Márquez” solo aparece 74.900 veces.

Y sí, ya se que hago truco, pero no lo digan. ¡Ay qué dura es la fama!. ¿Qué será de mi si como he calculado, para diciembre llego al millón de referencias? Ya sé, propondré la creación de un Club super exclusivo para los que tengamos más de un millón de referencias en Google y no dejaremos entrar a Felipe Gonzalez. Mejor me pensaré lo del club, he visto que Zapatero tiene 1.840.000 referencias y no se que nos pasa, pero últimamente no nos llevamos muy bien.

El preescolar y su alumno el decano.

7-01-06

El preescolar y su alumno el decano.

Hace muchos, muchos años, cuando yo tenía trabajo, se acercaba el día de Reyes y la jefa de personal de la empresa en la que trabajaba como informático me pidió consejo acerca del regalo de Reyes que ese año querían hacerle a sus dos hijos.

- Antonio – me dijo – hemos pensado mi esposo y yo regalarles a los niños un ordenador para Reyes y querría que me hicieses el favor de encargarte de comprarlo y ponerle las cosas que hagan falta, juegos y eso.

- Vale – contesté – iré donde compramos los ordenadores para la empresa, compraré uno último modelo y lo cargaré con todo, juegos incluidos. Que sepas que esta gente cobra al contado.

- No importa, tu hazlo como consideres.

- Solo una cosa, jefa, los juegos son un montón y de algún modo habrá que explicarles a tus hijos como funcionan, así que si quieres puedo pasar por tu casa el día 7 y en dos o tres horas se lo explico.

- No, Antonio, mi marido y yo queremos que sea como cualquier otro regalo, así que su padre se lo explicará. Vendrá el por aquí y tu se lo cuentas a el.

- De acuerdo pues. Cuando tenga listo el ordenador te aviso y quedo con tu marido aquí para las clases.

Llegó el día 5 de enero, en la empresa la gente estaba de vacaciones, y yo había quedado con el padre, al que llamaremos Pepe, para enseñarle como funcionaba el ordenador y los juegos. Antes de salir para la oficina, me paré a pensar en que yo de los juegos no tenia mucha idea de su funcionamiento, le había puesto los mismos que tenía mi hijo pequeño en mi casa, unos 120. Yo les había colocado una especie de programa que simulaba una serie de menús enlazados para acceder fácilmente a cada juego, pero no había jugado con casi ninguno.

Me dije que lo mejor sería llevarme a Javier de asesor, pues a pesar de su corta edad de 5 años, en lo de los juegos estaba muy versado. Y así lo hice.

Pepe era un hombre de unos 45 años, con barba blanca y que daba clases en la Universidad de Murcia en la Facultad de derecho donde era Catedrático y decano. Cuando nos vimos le dije que sería Javier quien la daría la clase dados sus mayores conocimientos del tema. Pepe saca una carpeta con folios en blanco y se dispone a tomar apuntes.

Javier, muy puesto en su papel, se dirige a su alumno y le dice

- Para empezar a jugar lo primero es darle a este botón para que arranque el ordenador, luego hay que esperar y salen los menús donde están los juegos.

Yo me aparté un poco y vista desde lejos la escena me hacía reír interiormente, allí estaba el niño de 5 años dando clase a su alumno el decano. Ya casi fui incapaz de no soltar una carcajada cuando pasados unos minutos oigo a Pepe decir

- Javier, Javier mas despacio que no me da tiempo a tomar apuntes.

Javier terminó su clase y tras felicitarlo el decano le pregunta

- Javier ¿cómo es que sabes tanto de esto, es que no estudias ni haces tareas del colegio?

- Es que en preescolar ahora llevamos lo de colorear y recortar sin salirnos de la raya y eso está chupao, ya me lo sé.

Siempre he lamentado no disponer de una cámara de fotos en aquel momento.

Datos adicionales sobre el tal Javier puede leerlos en:

http://porel.iespana.es/javier/index2.html


El extraño caso del rapapolvo que me echó una vez el Tribunal de Cuentas del Reino..

3-01-06

El extraño caso del rapapolvo que me echó una vez el Tribunal de Cuentas del Reino..
           
Corría uno de los años en que yo aun tenía pelo en la cabeza. Lo del pelo no aporta nada a la historia, pero me deja en buen lugar. Trabajaba en la administración de un colegio algo especial. Para que se entienda la historieta me veo obligado a escribir dos o tres  párrafos con los antecedentes de aquel lugar.

El colegio había sido construido por los jesuitas en los años 60, pero a mediados de la década de los 70 decidieron cerrarlo. Los trabajadores se unieron y negociaron con el Ministerio de Educación para que el Estado comprase el colegio a los jesuitas y se lo cediese a una cooperativa de profesores y personal no docente que lo gestionaría  como un colegio privado y subvencionado, evitando de ese modo el paro de todos.

Así pasó y allí estaba, en un colegio propiedad del estado y gestionado por sus empleados pagando por la cesión solo una peseta al año, que por cierto creo que jamás se pagó.

A principios de los 80, por motivos que no vienen a cuento, se acordó negociar con el ministerio el que la parte del colegio dedicada a la enseñanza de la formación profesional de segundo grado revertiese al estado, pero el profesorado seguiría siendo el mismo de  la cooperativa trabajando como profesorado contratado por el ministerio. La EGB y la formación profesional de primer grado seguirían como estaban. Se aprobó y ya ven, resultó un híbrido un tanto raro, mezcla de colegio estatal y privado todo en uno. Para lo que nos interesa deben saber que yo me encargaba del papeleo con la administración pública, pues como cualquier otro centro público recibíamos una cantidad trimestral para gastos y yo debía, cada tres meses, entregar la documentación que justificaba esos gastos facturas incluidas.

Aquí empieza la historia. No me dijeron mucho acerca de lo que debía hacer, pero insistieron en que debía justificar  la cantidad exacta que se recibía. Dicho de otro modo, si mandaban 2.344.567 pesetas yo debía mandar facturas que sumasen 2.344.657 pesetas ni una más ni una menos.

La primera vez me costó mucho dar con un sistema tal que me cuadrase, puesto que yo no era el que se gastaba la pasta y no tenia posibilidad de ajustarme, y para más INRI algunos  gastos de la parte  estatal estaban mezclados con el resto del colegio, como el agua, la luz, el papel higiénico, etc. Pero di con la solución yo solito que ya entonces era un pelín despejado, vamos que se me veía que iba para calvo.

La solución, lógicamente, consistía en falsificar facturas, al menos una al trimestre, la que ajustase la cantidad final. Para ello pedí al dueño de una ferretería en la que comprábamos habitualmente, un puñado de facturas en blanco. Cuando llegaba la hora de justificar, sumaba mis facturas y si me faltaban 6.125 pesetas para cuadrar, metía mi factura en blanco de la ferretería en la máquina de escribir y compraba lo mas raro que se me ocurriese por ese valor; por ejemplo ponía 35 Ferraris testarrosa acanalados  a 175 total 6.125, entonces no había IVA.

Otro trimestre compraba para el cuadre tapas de ataúd de segunda mano, o rollos de papel higiénico de 15 capas y 4 túnicas con estampaciones pornográficas  y chorradas así. Jamás, y digo nunca, me llamaron la atención por esas facturas. Pero un día quise hacerlo más emocionante aún, para lo cual se me ocurrió, sabiendo el país en que vivíamos, una idea realmente maquiavélica.

En el trimestre de marras hice lo habitual, pero no confeccioné la factura falsa para el cuadre, fíjense  en lo malévolo de la idea, sino que escribí una carta que remití al ministerio junto con el resto de documentos y facturas que más o menos venía a decir:

......... Este trimestre, como podrán comprobar si suman las facturas justificativas del gasto realizado, han quedado 1.234 pesetas sin gastar.

Les ruego me indiquen donde ingresar las susodichas 1.234 pesetas que no se han gastado en el período al que iban asignadas y que por tanto nos han quedado de remanente.

Atentamente... etc.

No me dirán que lo del remanente no fue buena idea. Tanto lo fue que a las 3 o 4 semanas se desató la marabunta. Recibo una llamada telefónica que intentaré plasmar aquí:

- Dígame, aquí Antonio Vicente.

- Hola Antonio, soy fulanito de la oficina del Tribunal de Cuentas del Reino y quería hablar contigo de un asunto que nos acaba de llegar.

- Si, diga, le escucho

- Veras Antonio, en la justificación de gastos del último trimestre dices que te han sobrado 1.234 pesetas y eso no es algo habitual.

- Bueno, mira, es que realmente me han sobrado y solo quería saber que hacer con ellas.

- Pues ese, Antonio, es el problema, el qué hacer con ellas, porque los trámites a realizar para ingresar algo así en el Tesoro Público son tan farragosos que nos veríamos en un aprieto. Y por eso te quería preguntar, si te devuelvo la justificación de cuentas de ese trimestre y te doy un plazo de mes y medio para que lo resuelvas, ¿podrías devolvérnoslo cuadrado?

- Pues te diré, el trimestre acabó hace mes y pico y no tengo facturas para justificar esas 1.234 pesetas.
 
- Hombre,  tú seguro que podrías hacer algo para solucionarlo.

- ¿Me está diciendo que falsifique un documento público?, se me podría caer el pelo.

- Tranquilo hombre, eso es lo habitual, todos cuadran así las cuentas – me dijo el probo funcionario.

- Bueno mira, hablaré con el gerente del colegio y haré lo que él me diga.

Lógicamente no dije nada al gerente, y seguí pasándolo pipa mientras continuaba recibiendo llamadas de un montón de sitios de la administración, todos con la misma historia, que lo apañase como fuese antes que devolver nada.

Pasados unos días, vino el gerente del colegio y charlamos.

- Antonio ¿qué lío es el que has montado ahora?, me ha llamado el delegado del Ministerio de Educación en Murcia sobre unos papeles.

- Pues que me piden que no devuelva 1.234 pelas y falsifique los papeles – y seguí contándole toda la historia.

- Antonio déjate de guasas que son capaces de mirarnos con lupa y jodernos vivos, resuélvelo – me dijo mientras se iba riéndose a mandíbula batiente.

Cuando me llegaron los papeles del remanente, metí de nuevo una  factura en blanco de la ferretería en la máquina de escribir y compré 2 perdices modelo “Ser felices”  a 517 pesetas total las dichosas 1.234  pelas.

Y ahí terminó el asunto.

De esta broma se saca una moraleja, si lo haces mal, mientras te cuadre, nunca tendrás queja pero si lo haces bien, te arrancarán la pelleja.

¡Dios, que país!

¿Quien no se toma en serio a la Justicia?

29-12-05

¿Quién no se toma en serio la justicia?

Hace un tiempo tuve la suerte de que un mandangas falsificase mi firma en unas letras de cambio para negociarlas en su banco y hacer la típica pelota, pero no pudo retirarlas a tiempo y al final le trincaron. Los tíos listos del banco me llamaron para decirme que debía denunciarlo, lógicamente los mandé a paseo, porque del tal mandangas yo ni iba a sacar un duro pues estaba pelao, y me costaría un pico el abogado y el resto de cosas que se pagan en casos así.

Pasado un tiempo, recibo de un juzgado una carta comunicándome que debía acudir a las dependencias judiciales a declarar como testigo y posteriormente al juicio.

El día que me habían citado acudo muy ilusionado, porque era mi primera visita a tales sitios, y cuando me llaman entro a un despacho donde había una mujer nada más. Me dice que tenía que hacer un cuerpo de escritura. La verdad es que se me pasaron cosas raras por al cabeza, como que tenía que ponerme a escribir encima de mi cuerpo o del suyo, pues éramos los dos únicos presentes en el despacho.

Viendo mi cara de extrañeza, la mujer me informa que se trata de hacer mi firma en un papel 6  veces y señalar la que yo considerase como mas habitual, cosa que hice de buena gana. Terminado el cuerpo de escritura me dice que ya está todo salvo firmar un documento sobre mi comparecencia. Me da un papel a firmar en el que más o menos ponía:

Ante mi, Don Fulano de Tal y Tal, Juez de primera instancia del Juzgado de instrucción número tal de los de Murcia comparece don Antonio Javier Vicente Gil como testigo  para realizar la prueba de un cuerpo de escritura.... etc.

Firmado: Don Fulano de tal y tal                         Firma del testigo Antonio J. Vicente Gil

Tras leer el documento miro a la mujer y le digo:

- Señora, disculpe, ¿si cometo un delito en este despacho ahora mismo me detendrían inmediatamente o podría ir primero a mi casa a despedirme de mis hijos?

- ¿Por qué dice eso, caballero?

- Mire señora, estoy seguro que usted es una mujer no un varón, estoy seguro de que aquí no hay nadie mas que usted y yo, por tanto no puedo firmar un papel donde dice que firmo el papel delante de un señor que no está aquí, si lo hago cometo un delito de falsedad en documento público y yo no quiero cometer delitos y menos en un juzgado para que me metan el agravante de alevosía y que me trinquen y no vuelva a ver a mis hijos en meses.

- No se preocupe usted, esto es lo habitual – me dijo con tono de absoluta normalidad.

- Señora entiendo que para usted sea habitual, pero yo soy un buen ciudadano que no quiere delinquir, si quiere que firme este papel tiene dos opciones, o borra eso de... “Ante mi, don fulano de tal y tal Juez... etc.”o viene el juez ante mi y estando ante mi firmo asumiendo que estoy ante el.

Viendo la señora funcionaria que mi negativa era firme, fue a llamar al Juez que acudió a personarse ante mi para que yo pudiese firmar que estaba personado ante el.

Se que es una tontería pero también un delito y castigado con graves penas. ¿tanto cuesta cambiar el texto del papelito?, prefieren cometer cientos de miles de delitos antes que dejar de figurar en los papeles.

Según me he informado, la pena para tal delito a un juez u otro funcionario que lo cometa es de 3 a 6 años de prisión, que no es moco de pavo, y como me dijo la funcionaria del juzgado es algo que hacen habitualmente todos los días en todos los juzgados. Pueden ustedes echar cuentas y verán. ¿Imaginan a los fiscales, cumpliendo con su obligación y actuando de oficio para castigar este delito?, yo no.

NOTA INFORMATIVA: Me he ido al Google, he puesto “falsedad documento público delito” y ha aparecido esto:

 Si es un particular el que incurre en el delito de falsedad en un documento público, oficial o mercantil, será castigado con las penas de prisión de 6 meses a 3 años y multa de 6 a 12 meses.

La falsificación realizada por funcionarios públicos

Incurrirá en un delito de falsedad la autoridad o funcionario público que, en el ejercicio de sus funciones, realice alguna de las siguientes acciones:
- Alterar un documento en alguno de sus requisitos o elementos esenciales.
- Simular un documento, en todo o en parte, de manera que induzca a error sobre su autenticidad.
-Hacer suponer que en un acto han intervenido personas que no lo han hecho (la negrita es mía), o atribuir a las que han intervenido en el acto, declaraciones o manifestaciones diferentes de las que hubieran realizado.
- Faltar a la verdad en la narración de los hechos.

Este delito se sanciona con las penas de prisión de 3 a 6 años, multa de 6 a 24 meses e inhabilitación especial para el desempeño del cargo por tiempo de 2 a 6 años.

PREGUNTA TONTA: ¿Alguien ha visto alguna vez a un Juez enchironado por h
acer suponer en un documento público que en un acto han intervenido personas que no lo han hecho?

Se que cometería un delito si no denunciase un delito, pero como yo fui listo, no me pueden enchironar porque firmé ante el juez y no vi cometer ningún delito, ¿o tal vez si podrían enchironarme por escupir en la vía pública?

NOTA CURIOSA: Desde que me ocurrió eso que he narrado, se lo he contado a varios abogados y hombres de leyes y todos me miran como si fuese un extraterrestre y de los feos, viniendo a decir mas o menos lo mismo....... “Joder tío que no estamos para chorradas”

La suerte al desnudo o en bolas mágicas.

La suerte al desnudo o en bolas mágicas.

Esta mañana he ido a comprar tabaco. Entro en el establecimiento franquiciado, la estanquera número dos me pone su mejor sonrisa, la número uno me pone su mejor perfil, yo me pongo contento. Mientras me cobran observo colgados de la pared una gran cantidad de décimos de la lotería nacional, (¡vaya!,  Carod, perdona, ) lotería plurinacional, adosado llevan un papel escrito a bolígrafo a modo de etiqueta de precios con esta inscripción: 23 euros. 

Me fijo en el precio del décimo y veo que cada uno cuesta 20 euros. Ya se que los 3 euros restantes van dedicados a obras benéficas tales como sufragar los gastos en morcillas, alcohol y similares para alguna peña festera. En principio no es nada fuera de lo normal, pues tal cosa es algo habitual en el país. Lo llamativo de este caso es que en la puerta de al lado a la del estanco hay una administración de loterías. El hecho me vale para darle conversación a mi estanquera favorita, cosa que hago siempre que puedo.

-         Oye, perdona – le digo con mi tono de voz más trascendente - ¿La gente compra esos décimos a pesar de estar 3 euros más baratos en la puerta de al lado?

-         Pues si, -responde ella sin extrañarse por una pregunta tan chorra – se venden a montones.

-         Solo una última pregunta – le digo - ¿ninguno de los que los compran esta loco que tu hayas visto?

-         Ninguno que yo haya visto – me responde finalizando así la conversación – 

Sé que la gente, frente a los juegos de azar, deja de ser un animal racional para pasar a ser un animal bajo los influjos del lado oscuro de la magia. Si compran el mismo producto, con la misma calidad, del mismo fabricante tres euros más caro es porque están seguros que con ello obtienen alguna ventaja a la hora del sorteo correspondiente. Este hecho si lo analizamos detenidamente nos lleva a curiosísimas situaciones.

Partimos de la base de que el Organismo Nacional de loterías del estado ( Carod ten paciencia que me habituaré), repito, de que el Organismo Plurinacional de Loterías del Estado Plurinacional actúa con total transparencia y no truca los sorteos. Asumido esto y sabiendo que hay jugadores de la lotería convencidos de que tal numero tiene mas posibilidades de salir que tal otro, veamos que mecanismos pueden hacer realidad ese convencimiento.

Si el factor que da suerte es el hecho de que el número lo vende mi estanquera, o la peña festera, o que ha sido pasado sobre la chepa de un joroba do, o que lo ha vendido la administración de Sort, o de que se ha vendido en una ciudad donde han ocurrido graves inundaciones recientemente, etc., de algún modo habrá que informar a las bolas del bombo de tal hecho para que aparten a sus vecinas y se pongan ellas en la boca de salida y salgan triunfantes a las manos de los niños cantores.

Este hecho solo puede ocurrir de dos formas, una primera sería que por si mismas las bolas supiesen que tienen que salir, o bien una entidad externa dotada de especiales facultades, se encargaría de hacer que salgan las bolas que tienen que salir para que nuestros compradores de lotería se vean agraciados.

Analicemos el primer mecanismo de sortear el azar y que llamaremos Sistema embolado de decisión intra bombo
 
Sistema embolado de decisión intra bombo (SEDIB)

Por definición, el sistema intra bombo implica que ningún factor externo a las bolas y los bombos interviene en el proceso de anulación de la aleatoriedad de los movimientos de las bolas en los bombos de la lotería.. Dado que las bolas no están en los bombos hasta instantes antes del sorteo, debemos extender la definición a las cajas en que reposan las bolas durante los periodos entre sorteos. 

Cuando mi estanquera vende un número, lo hace antes del sorteo, así pues para que nuestras bolas sepan que el numero 12.345 lo ha vendido mi estanquera y tiene que salir premiado, la información debe llegar a las bolas, no tendría gracia que saliese otro numero y mi estanquera quedase en mal lugar. 

Pero dado que también en Sort se venden números con derecho a tratamiento preferencial dentro del bombo y asimismo se venden en ciudades recién inundadas, etc, etc., toda esa información deberá almacenarse en algún sitio. Llamaremos a este sitio Unidad de almacenamiento mágico (UAM), como hablamos de almacenamiento mágico no necesita de soporte físico, pero si no necesita soporte físico significa que se almacena en la nada convirtiéndose en nada todo lo que se almacena. Vemos por tanto que necesitamos un soporte para nuestra Unidad de almacenamiento. Podemos elegir entre el bombo y las bolas, obviamente el soporte adecuado es el bombo y por un motivo, imaginen ustedes a las bolas peleándose entre si para ser el soporte físico del soporte mágico. Ya tenemos donde guardar los datos, ahora nos falta saber como llegan los datos a nuestra unidad de almacenamiento.

Pues si, amable lector, justo eso que has pensado es, los datos llegan por una Vía mágica de transmisión de datos (VMTD), no podría ser de otro modo. Llega el día soñado del sorteo, tenemos en nuestra Unidad de almacenamiento mágico una ristra de números con derecho a premio gordo, pero claro, por mucha magia que pongamos no puede tocarle el gordo a todos, por tanto, por el llamado imperativo lógico algo tendrá que tomar la decisión acerca de cual de los números con derecho a premio seguro tendrá premio.


Queda claro que la decisión la va a tomar la llamada Unidad mágica central de toma de decisiones (UMCTD). Justo a la hora  del sorteo, cuando la UMCTD se apercibe de que toca  salir el premio gordo, y por supuesto que la información la recibe por medio del denominado Recolector mágico de información para el UMCTD.

Ya llegó el momento, nuestra UMCTD ha decidido, vaya usted a saber como, que debe salir el número 54.687 basando su decisión en el hecho de que fue vendido en Sort, pasado por la joroba de 4 chepaos y revendido en Badajoz donde recientemente hubieron unas trágicas inundaciones. Si la lotería es de navidad la cosa es simple pues basta controlar solo dos bolitas. Para ello nuestra UMCDT transfiere el control al   llamado Domador mágico de bolas que cuando le venga en gana hará salir a la par a la bola con el premio gordo y la del número 54.687. Como se puede ver, esto es lo fácil.

Pero si el sorteo es por el sistema multi bombo, ya la cosa se pone peliaguda, puesto que nuestro Domador mágico de bolas tendrá que ir colocando en la boca de salida y por su orden en cada bombo, las bolas que compongan el numero a ser premiado decidido por la UMCTD.

Seguro que todos los que lean esto se preguntarán y con motivo, ¿pero cómo consigue el Domador mágico de bolas que salga la bola que dice el UMCTD?. Me dejan cariacontecido ustedes, pues ya deberían tener la respuesta, se consigue mediante la llamada Fuerza mágica de guiado de bolas. A pesar de que me he documentado sobre las 4 fuerzas que gobiernan la naturaleza, no les voy a dar la paliza, digamos que la Fuerza mágica actúa con precisión milimétrica y no hay más que hablar.
 
Sistema embolado de decisión extra bombo (SEDEB)

El sistema es idéntico al anterior, salvo que el soporte físico para los distintos elementos que componen el conjunto mágico está fuera de los bombos y las bolas. Yo tengo mi propia opinión acerca de donde reside pero me la callaré hasta que queden plazas libres en el manicomio local. 
 
Corolario.

Como cada día aprecio más al gobierno tripartito de Cataluña, voy a darles una serie de ideas para atraer inversiones a su nación país y parte asimétrica importante de un estado plurinacional pendiente de asignación de nombre. 

Queda demostrado por inferencia que en Sort la suerte es fácilmente vendible, por ello propongo los siguientes negocios a ubicar en el término municipal de Sort.:

Un casino donde toque siempre. Queda claro que el casino en sí no obtendría beneficios, estos vendrían de la venta de lotería, comidas, hostelería, etc.

Venta de coches que jamás van a sufrir un accidente,

Lavadoras que durarán eternamente sin una avería,

Novios y novias que serán fieles hasta que la muerte se los lleve y no se irán con el primero o segunda que llegue.

Puentes de la buena suerte para autovías andaluzas que no se vendrán abajo.

Tengo 45 ideas más, pero espero me llame el tripartito para que me haga una buena oferta aunque sea en catalán.

Como aprecio mucho a mi estanquera favorita no le aconsejo que haga nada de esto en su estanco, que siga vendiendo lotería que abulta menos.

(Orel, 15 de noviembre de 2005)

Hoy he visto partir un piñón

Hoy he visto partir un piñón

27-10-05


Hoy he visto partir un piñón.
  

Fui de visita anoche, estábamos en el salón, la tele encendida sintonizaba un canal de cocina mientras me tomaba una cerveza con unas gambas al ajillo que mi anfitriona me dejó preparar a mi gusto, en la pantalla un señor que debía ser el cocinero estaba explicando como se preparaba una espaldilla de cordero con cus cus de coliflor. La explicación iría por la mitad y  hasta ese momento, según pude colegir, había cocinado la espaldilla de cordero durante 12 horas a 70 grados. No es un error, repito, fueron 12 horas, repito, fue medio día.
  

Pienso que el proceso de cocinado había jibarizado la espaldilla de cordero, puesto que lo que se veía era un trozo de carne del tamaño de medio paquete de tabaco. Con el caldo de cocer medio día la espaldilla había preparado una salsa caramelizada con no se que cosas.
  

Desconozco el tiempo de caramelización pues también llegué tarde a ese proceso. El buen señor dejó a un lado la espaldilla y la salsa caramelizada y se centró en la guarnición, que como la receta indica era cus cus de coliflor. Para ello se entretuvo un largo rato afeitando delicadamente la coliflor por su parte externa pues insistía que solo los 2 primeros milímetros eran lo adecuado para la receta.  El cosa ese lo echó a una picadora y con suaves toques de mando lo picó hasta que adquirió una textura adecuada, dejando en un plato una cantidad equivalente a la capacidad de una taza de café.
  

Justo en ese momento inició algo, que si no lo hubiese visto, diría a quien me lo contase que mentía como un bellaco. Colocó un plato blanco de diseño casi rectangular y de buen tamaño sobre el poyo de la cocina donde se veían unos 20 cacharrillos con los ingredientes de lo que él llamaba acompañamiento aromático. Jengibre, menta, albahaca, piñones, daditos de pera, daditos de manzana ... y así hasta 20 cosas en total. En uno de los recipientes tenia algo que había preparado también previamente y que denominaba pastel de especias crujientes. Nuestro protagonista cogió un pequeño pellizco del tal pastel de especias y lo colocó en una esquina del plato. El montoncito resultante sería del tamaño de un garbanzo, y sobre el colocó delicadamente 5 o 6 de los ingredientes que hemos mencionado, pero en cantidades ínfimas, como por ejemplo la mitad de un cuarto de hoja de menta. Después hizo otro montoncito similar con el pastel de especias, pero colocando encima otros ingredientes diferentes al caso anterior.
  

Conténganse que llegamos al momento culminante.  Justo en la esquina, con un palillo mojado en no se que cosa, dejo caer un punto de esa cosa, pero lo que se dice un punto. A continuación colocó un dadito de manzana, y digo dadito porque su tamaño sería como un guisante formateado en cubo, y sobre él dadito, con sumo cuidado colocó dos o tres ingredientes que resultaban casi imperceptibles. Repitió la operación con un dadito de pera y pasó a lo que jamás en mi vida había soñado ver..
  

Asió delicadamente con sus dedos un piñón y lo depositó encima de la tabla de cortar. Echó mano de un cuchillo y partió el piñón por la mitad. Puso esa mitad de piñón en el plato junto a los montoncitos de pastel de especias y sobre esa mitad de piñón colocó un par de ingredientes mas. Si señores, encima del medio piñón. Debo comentar en honor del cocinero que el otro medio piñón lo dejo en el recipiente de los piñones reservándolo para mejores momentos.
  

Remató la faena del rincón del plato colocando en un lugar preferente una pequeña hebra de azafrán.
Con mimo y delicadeza puso también algo esquinado el cus cus de coliflor, pero eso si, dos cucharitas de café solamente. Me pregunto siempre para que hacen tanto si luego no usan ni la décima parte.
  

Y ustedes seguro se preguntaran que fue de la espaldilla de cordero protagonista de esta intrigante historia. Pues bien, la sofrió en una sartén con algo de aceite por todos sus lados, la salseó un poco y la metió al horno un rato al cabo del cual abrió el horno y le echó un poco mas de salsa y no volvió a cerrar el horno, sino que sujetó con su mano la sartén debajo del grill del horno. Si, una faena a mano.
  

Finalizó la confección de tan suculento plato colocando la espaldilla de espaldas en el centro del plato y con un poco de salsa que le quedaba hizo las famosas líneas de diseño para llenar algo el 89% de la superficie del plato que quedaba vacía.

El plato resultante, y no exagero al decirlo, me lo habría comido yo, comiendo despacio, en dos bocados y si no fuese tan despacio en medio bocado.

No se si ustedes se habrán dado cuenta de la trascendencia real de lo aquí narrado. El plato es lo de menos, lo importante son dos cosas,  una el que por fin he averiguado lo que significa eso de estar a partir un piñón y la otra que ya comprendo porque en ciertos restaurantes te cobran 200 euros por un plato  con dos cucharadas de comida. Para mi que 200 euros es muy barato.

Si volviera a nacer

Si volviera a nacer

Si volviera a nacer tendría un grave problema. Nacería y, o bien sería consciente de que he vuelto a nacer, con lo que ya tendría algo que contarle a mi segunda madre, o no lo era, con lo que sería un bebe vulgar de tres al cuarto.

Es evidente que caso de no saber que era mi segundo nacimiento, yo ya no tengo nada que escribir, ya que me bastaría haber escrito mi biografía primera en mi primer paseo por la Tierra y cuando supiese escribir por segunda vez, haría mi segunda biografía y sería todo cuestión de que los expertos en polividas analizasen ambos devenires plasmados en papel. Imagino que la mayoría se haría la misma pregunta: ¿para que ha vuelto a nacer este tipo?

Una segunda vida así no tendría el más mínimo interés debido a que en ningún momento me podría decir..... en mi primera vida, en mi día 6.122 (16 años y pico) comí arroz y habichuelas, en esta vida sin embargo me apetece arroz y marisco. Y lo mas grave, me pasaría esta segunda vida diciéndome......... “si volviese a nacer haría tal y cual cosa o me pediría hoy paella de marisco ”. Si el genio que me concedió volver a nacer me lo concede cada vez que se me ocurre pedir una renovación vital, es muy probable que muchos tipos con los que me cruzo por la acera sean mis reencarnaciones desconocidas. No me veo parando a la gente para preguntarle “disculpe ¿usted soy yo?”.

Si desde mi segundo nacimiento soy consciente de ello y tengo memorizado todo lo que pasó en mi primera vida estoy convencido de que sería muchísimo peor que la primera porque la cantidad de problemas con los que me tendría que enfrentar y resolver sería abundantísima.

Para empezar está el tema de mi madre, que ya no sería mi madre sino vaya usted a saber quien. Y claro, ¿como le digo yo a mi segunda madre que la teta de mi primera madre tenía un bouquet más fino que la suya?.

Y que decir de la imposibilidad de heredarme a mí mismo. Toda una vida trabajando para volver otra vez a labrarme un porvenir, con lo que ya se supone que labré en mi primera pasada.

Si pudiese pedir cambios, tengo por seguro que el primero que pediría sería nacer un 29 de febrero, ello haría que pudiese celebrar mi cumpleaños solo una vez cada 4 años.

No podría pedir que esta vez Julia se enamorase de mí y nos casásemos y fuésemos felices comiendo empanadillas. Julia o ya habría muerto o tendría 87 años, mal negocio.

Tras mucho pensarlo solo encuentro dos ventajas evidentes en el hecho de volver a nacer, que no coincidiría en este planeta ni con Carod Rovira ni con Rodríguez Zapatero. Solo por eso me lo voy a pensar.

(Orel, 17 de octubre de 2005)

El avaro que era alérgico al oro

Nació con un pan bajo el brazo, aunque se mojó cuando su madre rompió aguas.

Creció ganando al monopoly.

Se hizo mozo pensando en aprender un buen oficio, eligió el de chulo putas.

Con su primer millón no montó un puticlub de carretera como todos esperaban, sino que se afilió al PSOE invirtiendo su millón en Filesa. Ahí adquirió su reputada fama de tener vista de lince para los negocios.

Con sus primeros cien millones fundó una pequeña empresa constructora a la que la Junta de Andalucía concedió el cuarto tramo de la autovía Granada – Sevilla. Rebajando de aquí y de allá consiguió sus primeros mil millones.

Aquí le empezó a ir todo mal, durante el negro período de gobierno de Aznar, no invirtió en nada esperando tiempos mejores.

Su único vicio conocido era comprar todos los días el periódico El País en el quiosco de la esquina. y consumir sopas de sobre, su alimento básico.

Su máxima ilusión, desde que en su infancia conoció al Tío Gilito, fue atesorar sus millones en oro, pero resulto que era alérgico y no podía amasar su fortuna tal y como había visto hacer a su gran héroe.

Cuando los suyos volvieron al poder, empezó a consultarles para ver donde invertía sus mil millones. Tras muchas ideas fallidas, el mismísimo Zapatero le aconsejó invertir en la Alianza de Civilizaciones. Sin dudarlo así lo hizo y se labró con ello su ruina.

El hijo de Kofi Annan, que había sido nombrado tesorero de la Alianza de Civilizaciones extravió sus mil millones de la forma más tonta, tan tonta que jamás se supo como los perdió.

Desolado, deprimido, abatido, triste y amargado decidió poner fin a sus días y por fin descubrió la ventaja de ser alérgico al oro. De su fortuna solo le quedaba un Doblón de oro que conservaba en su caja fuerte. Con él en el bolsillo y bien envuelto se dirigió a un taller de carpintería metálica.

Allí le hicieron pequeñas virutas su último consuelo. Se dirigió a un bar próximo, pidió un sopinstant que le sirvió para facilitar la ingestión de las áureas virutas.

Fue a cruzar la calle para ir a su casa en donde había decidido pasar a mejor vida, concentrado en sentir los primeros síntomas de su deseado Shock anafiláctico no advirtió la proximidad del autobús de la línea 8 que estaba doblando la esquina en su dirección. Su último pensamiento fue....... “no está mal, quise morir con un Doblón de a ocho, y me ha chafado el ocho doblón”

Zapatero no fue a su entierro porque estaba en la ONU en un grupo de estudios que intentaba aclarar al mundo qué era una alianza de civilizaciones.

(Orel, 30 de septiembre de 2005)

¡Que pesca la de aquel día!.

¡Que pesca la de aquel día!.

Por aquellos días era yo responsable del departamento de informática de una empresa. La Jefa de Personal me envió a un chaval de unos 20 años para que hiciese prácticas. Lo puse a hacer cosas y al poco él y su padre iniciaron un proceso de acoso sobre mi con la finalidad de que colocase fijo al chaval en eso de los ordenadores.

Tal acoso consistía en invitarme un día a su finca en los montes cercanos a Murcia para cazar (pues aunque parezca mentira era una familia de rancio abolengo en la zona). Como yo no cazo le pregunte si había fósiles por el lugar y ciertamente que había a miles en un barranco cercano a su casa de campo. La cuestión al parecer era darme en el gusto.

Siguieron acosándome con invitaciones de ese tipo (a mi y a toda mi familia) durante las cuales el padre o la madre no cesaban de cantarme las bondades del muchacho.

Debí parecerles muy duro, pues decidieron utilizar su arma secreta y mas potente. Nos invitaron a un día de pesca en su pequeño barco, aparcado en el puerto de un lugar de la costa de Alicante, lindando casi con la de Murcia, y llamado La Torre de la Horadada.

Allá que fuimos toda mi familia, el menda, su cónyuge y 3 churumbeles algo crecidos al aparcamiento del yate. El padre del aspirante a colocado y patrón del chisme aquel, nos ubicó y me puso a su lado para explicarme las bases teóricas de la faena que íbamos a realizar.

Mientras salía del aparcamiento y enfilaba hacia dentro del mar (carezco de conocimientos en la terminología, pero eso creo que es mar abierto) comenzó a instruirme, explicándome que la clave del asunto estaba en los pájaros. El patrón llamaba pájaros a todo lo que vuela, sea cual sea la especie. Según él, los pájaros gustan del pescado, así que cuando desde al aire detectan un mogollón de peces, cardumen supongo era aquello, se lanzan en picado a zampárselos, así que el buen pescador otea el horizonte y cuando ve pájaros tirándose del trampolín del cielo, pues había que enfilar el barco hacia allí porque la cosa prometía.

La teoría venia a decir que esos mogollones de peces solían ser sardinas pequeñas, y que por la época en que estabamos los atunes buscaban lo mismo que los pájaros, por lo que era fácil deducir que donde había pájaros haciendo el salto del ángel, podía haber atunes haciendo de las suyas.

Unos minutos después de dejar el aparcamiento estabamos cerca de una pelotera de sardinas, así que el aspirante a colocado cogió un gran cedazo, se abocó por la punta de delante del barco, lo metió ágilmente en el agua y lo sacó lleno de cientos de pequeñas sardinas, o mejor llamadas sardinetas.

Eso iba a ser nuestro cebo para la pesca del atún. El patrón decía, que nada como el cebo vivo para enloquecer y atraer a los atunes. Por desgracia, junto a aquella pella de sardinetas no vimos ningún atún, por tanto el patrón dejo a los pájaros el festín y nosotros volvimos a otear el horizonte (aquel día aprendí yo a otear horizontes) y dimos con otro grupo de pájaros haciendo sus saltos desde las nubes a unas dos millas rumbo sur sudeste (no os lo creáis, era como dos kilómetros a la derecha). El patrón apretó el acelerador y manejando hábilmente el volante del trasto aquel nos llevó a un nuevo caladero (porque calarnos nos calamos de eso puedo dar fe).

Durante el trayecto terminó de explicarme la teoría, pues le faltaba la parte donde entran los atunes. Me vino a decir que cuando los pájaros se ceban en el cardumen de sardinetas desde lo alto, los atunes, si los han detectado, les atacan veloces desde abajo, por lo que si nosotros conseguimos colocar el barco encima del cardumen, las sardinetas se quedaran debajo del barco para evitar el ataque de los pájaros, y de ese modo tendríamos a nuestro alcance a los atunes que se los estaban almorzando.

Debo reconocer que la idea era brillante, y encima funcionó. Entonces me dió el artilugio que iba a utilizar para pescar. El tal cachirulo consistía en un palo de fregona, con un agujero en su punta donde se ataba un hilo de pescar de unos dos metros de largo en cuyo extremo había un simple anzuelo.

Yo solo tenia que coger una de las sardinetas que teníamos como cebo, pasarle el anzuelo por los ojos, tirarlo al mar y cuando sintiese un tirón, pegar yo otro hacia arriba y el atún caería al barco.

Llegamos donde el cardumen de sardinetas estaba siendo diezmado y el patrón paró el barco. Ocurrió tal como me lo había contado. Estabamos rodeados por cientos de atunes de un tamaño medio (dos o tres kilos). Empezamos a pescar y se desató la locura.

Tirábamos el cebo al mar con nuestros palos de fregona y en décimas de segundo teníamos enganchado un atún, tirón, atún arriba, quitar el anzuelo, poner el cebo, tirar al mar, tirón, atún arriba..... y así sin parar casi una hora.

Entre el patrón, el aspirante a colocado y yo pescamos unos 350 atunes. El ruido originado por el rápido golpeteo de las colas de los atunes sobre la cubierta del barco era ensordecedor, y la lluvia de sangre con la que nos salpicaba una ducha increíble.

Ya cansados por el ejercicio, nos retiramos de nuevo al aparcamiento, parando antes para bañarnos y quitarnos la sangre de atún que nos cubría.

Por la tarde, me llevó a mi solo a pescar al curricán, que consiste en una gran caña de pescar, en la que a lo largo del hilo se le cuelgan varios anzuelos, 10 o 12, cada uno con su sardineta, y que se sujeta al costado del barco. El barco va a su marcha con una caña a cada lado y cada 10 minutos recogemos a ver si hay atunes. Y resulta que si los había, esa tarde para completar el mi alucinante primer (y único hasta ahora) día de pesca le echamos mano a unos 20 atunes mas.

Volviendo ya de atardecida al aparcamiento del barco, me dijo el patrón “Antonio, no vayas a creer que esto pasa todos los días, es la primera vez en 20 años que consigo mas de 10 atunes”.

El lunes siguiente a primera hora, ya en el trabajo, me llama apremiante el Director de Compras de la compañía a su despacho. Llego, me paro ante su mesa y me espeta : “¿Tu eres el novato ese que ayer sacó en La Torre 500 atunes?”, un tanto estupefacto por ver como corren las noticias sobre las grandes hazañas pesqueras, le dije que solo habían sido 370, a lo que me responde “Eres un cabrón, yo llevo gastados entre barco, aparcamiento, gasoil y demás mas de 15 millones de pesetas y lo mas que he conseguido en un día de pesca buena han sido 4 atunes”.

Con una sonrisa maliciosa, le dejé con su cabreo mientras pensaba que lo mas seguro sería que el siguiente que me preguntase dijese “¿Eres tu el que salió a pescar por primera vez el otro día y saco 1000 atunes?”.

NOTA FINAL: ni que decir tiene que nos estuvo saliendo el atún por las orejas durante un año, y eso que hicimos bonitos regalos de atún a casi todo bicho viviente a nuestro alrededor.

(Orel, 28 de junio de 2002)

Muerte por estupefacción

Muerte por estupefacción

Su mente era una asombrosa almajara abonada con el estiércol de miles de noches en vela en la que crecían las semillas de la duda. Llegó a ser tan hábil en la tarea de aclarar dudas que ya a los 15 años había comprendido el misterio de la Santísima Trinidad. A los 18 comprendió el porqué si en el vacío no hay nada existía en él el frío, y el porque los kamikazes usaban casco. El cáncer que le fue corroyendo el hígado lo sobrellevó con entereza pues no le quedaba duda que aclarar. Con su último estertor le vino a la mente una duda aterradora, “la persona que hizo los zapatos de cristal de la Cenicienta ¿era zapatero o cristalero?”. Murió estupefacto

(orel, abril 2004)

La pescadilla de Kafka.

La pescadilla de Kafka.

Por ciertos motivos que no vienen a cuento, me encontraba en una comisaría de Policía a la que acudí muy de mañana para declarar como presunto delincuente por un delito del que según lo dicho no haré mientes.

En las primeras diligencias, que debo reconocer fueron harto diligentes, me declaré culpable del delito que se me imputaba y renunciando de paso a todos los derechos que me leyeron en el mejor estilo joligudiense. A saber, renuncié a que me tomase declaración el Juez, a declararme culpable y a que me asistiese un abogado.

El policía que me atendía, en un tono entre doctoral y paternal aceptó mis dos primeras renuncias pero se opuso a la tercera, porque según llegué a entender, sin los abogados, los delincuentes podríamos ser declarados inocentes, cosa fea que provocaria que la minuta se viese capitidisminuida, algo a todas luces inadmisible.

Para velar por mis intereses, que en este caso eran los de no tener abogado, solicitó por teléfono, como quien pide una pizza margarita, un abogado de oficio (desconozco si con oficio) y con corbata para un presunto delincuente detenido en aquellas dependencias, pues también comprobé esa mañana que lo que para el común de los mortales es una Comisaría de Policía, para los que ejercen en ella su labor aquello son dependencias policiales.

Kafka hizo su primera aparición en escena al informarme el agente que “mi abogado” tardaría unas horas en personarse (otra cosa que aprendí como delincuente novato fue que los abogados no van a los sitios, ellos se personan, tal vez sea para impedir que se corra la mala costumbre de que los abogados en lugar de acudir en persona manden a currar una fotocopia) y que lamentaba informarme que los detenidos, según vieja costumbre del lugar, debían esperar las personaciones letradas en el calabozo.

Y allí estaba yo, que no quería abogado, enchiquerado en una preciosa y desnuda jaula esperando la personación de uno del gremio, habiendo sido despojado de todas mis pertenencias, tabaco incluido, por aquello de que no fuese a cortarme las venas con la tarjeta Visa, o a huir a punta de correa.

El lugar, limpio y bien dotado de nada, tenia una especie de tarima de las de obra perfectamente alicatada junto con unas rejas muy aparatosas provistas de un pasador descomunal, por todo lo cual estaba yo muy orgulloso al verificar el viejo dicho de que la vida imita al arte, en este caso al séptimo.

Me senté en la tarima y transcurridos unos minutos advertí que mi culo se veía afectado por claros síntomas de hipotermia. Según lo pactado con el guardián del calabozo, este entró al cabo de un buen rato a proveerme de tabaco, aprovechando la ocasión para preguntarle si la hipotermia de mi antifonario se podía considerar como tortura.

Con gran perspicacia, el guardia capto mi indirecta y me paso una manta entre los barrotes, no ocurriendo nada significativo hasta que llegó el momento que tanto esperaba y que tanta ilusión me hacía, el momento de ficharme.

Agradecí al agente, que no guardia, pues iba en vaqueros, el que me hiciese el honor de no olvidar nada de la parafernalia del momento, incluida la toma de 82 huellas digitales y el tierno detalle de las fotos de frente y de perfil con el cartelito en el pecho. Por fin se había cumplido un viejo sueño infantil de cuando jugábamos a policías y ladrones, ya era un “fichado”

Reconozco que estuve a punto de llorar de emoción, fue algo delicioso en un marco incomparable, tanto que le pedí una copia de las fotos como recuerdo de mi visita, a lo que el agente se negó dejándome un tanto compungido, aunque reconozco que no demasiado, pues me llevaba en las yemas de mis dedos un recuerdo en negro que seria imborrable al menos en 10 lavados.

Mientras se desarrollaba la sublime ceremonia en el marco incomparable de los calabozos, vi en uno de ellos unas colchonetas. Le comenté al agente que la noche anterior, por motivos de trabajo, solo había dormido un par de horas y si era tan amable de cederme una de las colchonetas. Accedió, entré en mi celda y me eché a dormir acunado por barrotes.

Me desperté con el típico chirrido de la puerta de la celda al abrirse, y como el reloj lo tenia incautado también, creo yo que para evitar cortarme la yugular con su cristal, no supe hasta mas tarde que aquella siesta, llamada del borrego en mi tierra, había durado unas tres horas.

El guardia del calabozo me dijo que había llegado “mi abogado”, así que subimos a las dependencias donde se toman declaraciones, notificándome el policía que debía realizar la labor, que la sala estaba ocupada por otro presunto delincuente declarando, por lo que debía esperar.

Dado que mi tabaco seguía incautado le solicité al policía trajeado si podía bajar con el policía uniformado y así pillar un cigarro. Aceptada mi petición, bajé, fumé y me senté a esperar en una de las sillas de la entrada de la comisaría, ocupadas casi todas ellas por inmigrantes portadores de papeles pero se ve que no suficientes.

Y allí estaba yo, cuando Kafka hizo su segunda aparición portando esta vez una hermosa pescadilla que se mordía la cola.

Entraron en Comisaría dos jóvenes, extranjeros a todas luces e inmigrantes aun a pocas menos. Plantean su problema a mi amable guardia del calabozo, quien tras oírlo en un esforzado y chapurreado español, traslada el asunto al que yo nada mas verlo llamé para mis adentros Sargento Pescadilla.

Era el tal sargento un hombre bajo, calvo y barrigudo, portando lo que a primera vista identifiqué como muy malas pulgas aderezadas con grandes cantidades de muy mala leche.

 ¿Qué quieren ustedes? les dijo el Sargento Pescadilla que se les había plantado ante ellos y a medio metro de mi, haciendo un evidente esfuerzo por sacar pecho, pero con el resultado de que lo único que vi incrementarse fue, todavía mas, su esférica barriga.

El joven que tenía el problema que se planteaba, no hablaba español, por lo que se hacia acompañar por un amigo que ejercía de animoso interprete.

 Mi amigo perdido el suyo pasaporte.  oí que decía el voluntarioso traductor.

 ¿De donde son ustedes, marroquíes..... de Marruecos? les espetó con estudiada y brusca sequedad el sargento coleccionista de pulgas.

 Si, nosotros ser marroquinos...., marroquíes  confirmó a su modo el amigo del que tuvo la mala fortuna de perder su pasaporte en la zona de influencia del Sargento Pescadilla.

 Pues miren ustedes les dijo el sargento con voz de doctorado en leyes  en esta comisaría solo certificamos la perdida o extravió de aquellos documentos emitidos o expedidos por el Estado Español, tales como certificados de residencia y similares, por tanto, como el documento del que hablamos fue expedido por el Estado de Marruecos, deberán acudir a su consulado a solucionar la cuestión  les remachó con aires de saber hasta lo que no está escrito.

 Disculpe, pero venimos de Consulado y decirnos que necesitar mi amigo papel de comisaría española con perdida.  al oír esto, se le iluminó la cara al Sargento Pescadilla, yo le miraba y notaba como se relamía de gusto por dentro ante una oportunidad tan fastuosa de degustar de nuevo la famosa “Pescadilla kafkiana”.

 Pues ya les he dicho que dado que la autoría del documento es del Estado de Marruecos, deben plantear el asunto al consulado de su país.  les reiteró con evidente y sádica satisfacción ante las caras de los dos jóvenes atrapados en el circulo maldito.

 Señor policía, en consulado ya ir y mi amigo necesita para tener pasaporte papel de comisaría de España.  le dijo con un cierto tono de suplica salpicada de confusión el amigo traductor.

En ese momento y viendo que el Sargento Pescadilla estaba solo a un paso de tener su enésimo orgasmo kafkiano, decidí estropearle tan suculento festín, dirigiéndome al esforzado interprete le dije desde mi silla...

 Escuche, en lugar de decir que su amigo ha perdido el pasaporte, diga que se lo han robado, ponga una denuncia, que le den una copia y ya tiene su papel de la comisaría de España.

En ese momento, al Sargento Pescadilla se le demudó el rostro, pero bien demudado, emitiendo por sus ojos borbotones de rabia que acompañada de gestos iracundos cayó sobre mí junto con sus palabras de perro viejo al que han quitado el hueso de la boca

 ¿Quién se cree usted que es para intervenir en esta cuestión?  me levantó a empellones de la silla mientras gritaba y me empujaba..  Usted va a volver ya mismo al calabozo, pues no tiene nada que decir aquí, so idiota.

Mientras se cerraba a mis espaldas la puerta de los calabozos aun le oí decir

 Menudo idiota es este tío...

El amable guardián del calabozo, sin decir una palabra, cerró la celda y salió mientras me echaba de nuevo en la colchoneta y volví a dormir, pensando en el banquete de pescadilla que seguramente se estaría dando el Sargento a costa de los dos jóvenes marroquíes.

Tras un tiempo, ni corto ni largo, volví a salir del calabozo. El Sargento Pescadilla estaba en su mesa afanado en cumplimentar unos papeles. Me acerqué a el y le dije:

 Señor guardia, le rogaría que retirase el insulto ese de idiota que me ha dirigido antes y que se disculpe.  levantó la vista del tocho de formularios que tenia entre manos y en tono de guardia de la porra, de los antiguos, me sentenció

 Cuando acabe usted las diligencias que tiene que hacer, baje y hablamos.  todo ello mirando al Policía que me tenia que interrogar para darle a entender que no había pasado nada.

 Pues si no se disculpa usted,  le dije con mis manos apoyadas en su mesa  me veo obligado a decirle que es usted fractal en grado sumo.  y dicho lo cual me fui tras el policía interrogador pensando en cuanto tardaría en preguntar a alguien por el significado de mi “insulto”.

Todo terminó con la firma de mi declaración de culpabilidad, que acompañó la de “mi abogado”, siendo esta la unica actividad letrada que realizó.

Debo reconocer que mis cuatro horas de calabozo merecieron la pena porque a partir de ese momento subí varios escalones del escalafón social, pues ya puedo decir que además de coche, puas, hijos, tostadora y PC también tengo abogado.

Solo lamento el no haber conseguido un par de fotos de esas de frente con el cartelito en el pecho para la renovación de mi DNI que está caducado. ¡Anda que no habría vacilado yo con semejante Carnet de Identidad!.

La caída del Angel Negro

La caída del Angel Negro

- ¿Si?

- Hola Rafa

Rafael escuchó esas dos palabras sabiendo que Lucia, su ex mujer, le preparaba para endosarle el enésimo problema del mes.

Aunque ya llevaban divorciados 4 años, Lucía no había dejado de cargarlo con dificultades, tareas, consultas, divagaciones y peticiones de la mas diversa índole; desde hacer las declaraciones de la renta tanto la suya como las de sus amigas, a montar y configurar el último ordenador que había comprado. Para ello se aprovechaba del misterioso poder que había adquirido sobre él desde los lejanos tiempos de sus primeros escarceos para hacer que jamás supiese como decirle no.

- Dime Lucía – musitó Rafael mientras rezaba una especie de plegaria interior con la vana ilusión de que esta vez fuese solo a preguntarle cómo estaba de su úlcera.

- Verás Rafa, tengo un problema de aquí te espero, que incluso me está quitando el sueño y sé que solo tu vas a ser capaz de resolver, atiende, - Lucía parecía como si hubiese apretado el disparador de una ametralladora y las palabras surgían del móvil de Rafael como largas ráfagas que impactaban en su tímpano a tan alta velocidad que se sentía casi incapaz de asimilar lo que escuchaba – en el chat en el que sabes que ando metida hay un jaleo monumental porque un tío, aunque bueno, otros dicen que puede ser una tía, anda metiéndose con todos y todas contando historias de lo mas hiriente, insultando sin parar y provocando en mas de una, en mi también, una sensación tal de impotencia que ya ninguna sabemos que hacer.

- ¿Y que quieres que haga, Lucía? – dijo deseando que solo le pidiese algún consejo sobre como encarar el asunto.

- Rafa, se que solo tu eres capaz de aclarar este embrollo, porque verás, el tío que lleva como nick Angel_Negro esta haciendo eso hace ya una semana o más y nadie sabe quien puede ser, de lo que se trataría es de que tu te pusieses manos a la obra, con lo bien que tu sabes hacer eso, y que descubrieses quien es para que mas de una le pongamos las peras a cuarto – replicó dando a Rafael la impresión de que estaba hablando con la presidenta de un comité de linchamiento.

- ¡Pero Lucía!, tu sabes que yo no chateo, ni se nada de eso, ¿Cómo quieres que yo puede llegar a saber quien puede ser el tal Angel_Negro? – dijo sabiendo que solo era una especie de convención entre ambos para no decirle que si a la primera.

- Mira Rafa, el como lo vayas a hacer no lo sé, pero recuerdo cuando descubriste que el hijo de la María del 4ºC era el que rayaba los coches nuevos en el parking de nuestro edificio, echando alrededor del coche nuevo de Amparo aquellos polvos que le pediste a tu amigo de la Universidad y que solo tu podías ver con esa linterna tan chula que te dejaron, y que te bastó mirar el suelo de la puerta de todos los pisos para dar con el rastro de los polvos – esta retahíla la tradujo Rafael por un seco y tajante “¡No me repliques!”

- De acuerdo, Lucía, me pondré como tu dices manos a la obra, pero no estoy yo muy seguro de que vaya a sacar nada en claro. – Rafael , una vez tomado el control del asunto, se sentía temporalmente liberado del extraño lazo de sumisión que en ciertas cuestiones aun le mantenía atado a su ex mujer – Cuéntame ahora lo que sepas.

Lucía estaba a sus anchas, siendo incapaz de dejar de traslucir en sus palabras que había conseguido una nueva victoria.

Le contó, no solo las actividades de Angel_Negro sino también el historial chatero de la mayoría de las personas que deambulaban por tal lugar y las relaciones resultantes de tales actividades tipo quien estuvo con quien, quien está con quien, quien va detrás de quien, quien rompió con quien y quien dice qué de quien, salpimentándolo con todo tipo de pelos y señales. Rafael iba tomando nota de lo que oía mientras intentaba que el móvil que sujetaba con el hombro contra su oreja no rodase por el suelo.

Rafael, permanece callado un largo minuto cavilando, mientras Lucía sin perder sus inveteradas costumbres no dejaba de preguntarle en qué estaba pensando.

- ¡Calla un momento, Lucia! y atiende, habla con tus amigas del chat, pero hazlo por teléfono y les dices que a partir de ahora tomen nota de la fecha y hora a la que entra y sale Angel_Negro y que hagan un pequeño resumen del tipo de cosas que dice y lo mas importante, a quien se las dice, no hace falta que apunten todo con detalle y también coméntales que hagan memoria sobre lo ocurrido anteriormente para darte una lista de las personas a las que el tal Angel_Negro había ofendido o insultado.

Una semana después, Lucía le dio un montón de papeles con toda clase de notas que él fue pasando a limpio y esquematizando. Miró y remiró aquello pero no conseguía sacar nada en claro.

Lucía le llamaba todos los días dos o tres veces acosándolo a preguntas que el no podía responder salvo con un

- ¡Aun es pronto Lucía!, son pocos datos, necesito al menos que hagáis lo mismo un par de semanas más.

Rafael, cada noche, al volver del laboratorio en el que trabajaba, se sentaba en la mesa de su despacho, ante el montón de folios que iba engrosándose cada día mas, repasando una y otra vez aquellas palabras, analizando las fechas, pensando y dándole vueltas sin llegar a ningún sitio de interés.

Un día, en el laboratorio miró un calendario que un compañero tenía colgado en la pared y tuvo una idea que puso en práctica nada mas beber el primer güisqui tras regresar a su pequeño apartamento. Dibujó en un folio 7 columnas, una para cada día de la semana, y rayó lo suficiente para crear 24 filas afanándose a continuación en ir marcando con rotuladores de diferentes colores las casillas correspondientes al día de la semana y hora en que había entrado al chat el provocador al que perseguía.

Tras finalizar la labor, miró un instante el diagrama que había generado y de inmediato fue consciente de que allí había una pauta muy interesante. El mal bicho aquel entraba al chat de lunes a viernes algunas veces a medio día entre las doce y pico y las dos y algo, nunca antes y por la tarde noche a partir de las 6 . En los sábados y domingos no veía ninguna regla, era todo muy aleatorio, solo observó que por la noche, salvo en un caso, nunca entró a partir de las 11.

Con aquellos datos completamente asimilados, destellaba en su mente como un faro a toda potencia una particularidad sumamente llamativa, un miércoles, el mal sujeto, había entrado varias veces fuera del horario que parecía ser el suyo normal durante la semana. Aquellas horas eran similares a las de los fines de semana y eso le martirizaba pues sabía que allí podía estar la clave del misterio.

En principio, tenia muy claro que la persona que buscaba realizaba un trabajo con un horario tal que debía ajustarse al esquema que había producido. Solo ese maldito miércoles le estropeaba la solución.

Se puso a rebuscar en sus notas intentando averiguar a que día pertenecía la anomalía observada y una fecha se le grabó a fuego, el 27 de noviembre. A él, la fecha no le decía nada, pero estaba seguro que para Angel_Negro si tenía que ser significativa, salvo que ese día hubiese estado enfermo y no hubiese ido a trabajar. Desechó esa posibilidad de momento, manteniendo en alto la relevancia de tan importante, según el, irregularidad.

Para saber qué tenía de especial esa fecha, empezó buscándola en su agenda, nada más leer el santoral, se puso de pié eufórico diciendo en voz alta:

- ¡Ya te tengo, Angel Negro!

En su agenda decía que ese día se celebraba la festividad de San José de Calasanz, patrón de los maestros. Y esa era la profesión del Angel Negro, maestro de educación infantil o primaria, o maestra pensó también.

Inmediatamente cogió el móvil y llamó como enfebrecido.

- ¡Lucia, ya lo tengo! Es maestro o maestra, a ver, dime quien de los del chat tiene esa profesión que lo analicemos.

- Rafa, escucha, solo conozco a dos maestras, una es Coral y la otra Priscila41. Profesores y profesoras de instituto si se que hay mas, ¿te interesan también?

- No, solo de Educación Primaria e Infantil, porque los otros tienen de patrón a Santo Tomás de Aquino. – respondió su ex marido con la seguridad de quien tiene agarrado el toro por los cuernos y sabe que ya no se puede mover.

- ¡Coño Rafa!, que ahora caigo que ninguna de las dos puede ser el Angel Negro, porque hace una semana estuvieron en mi casa las dos junto con otras 3 amigas mas del chat y entramos para divertirnos un rato cambiándonos los nicks, y justo en ese momento estaba el mamón ese haciendo de las suyas.

- Vale Lucia.- fue lo único que pudo decirle Rafael que cortó la llamada mientras oía en su interior los atronadores crujidos originados por sus esquemas, tan bien construidos, mientras se venían abajo.

Permaneció inmóvil en su silla durante mas de media hora, con la mente en blanco, como si estuviese conmocionado. Al cabo empezó a decir, mientras hacia un paquete con los folios que tenia desperdigados sobre la mesa:

- ¡No puede ser!, lo tenia atrapado, ya está el puñetero del Murphy haciéndome de nuevo de las suyas.

Se dirigió al frigorífico e hizo lo que hacía normalmente cuando se le rompían los esquemas, coger la cubitera mas grande para no dejar solo al contenido de la botella de Jack Daniels que acababa de abrir.

Tuvo suerte que la mañana siguiente era una mañana de sábado y eso le dio tiempo para tapar someramente el estropicio interior que se le había originado. Las tres llamadas de Lucía solo sirvieron para generar un par más de toneladas de escombros interiores. No obstante con una cierta periodicidad despotricaba en alto sobre el asunto:

- ¿Qué leche me importa a mi el so mamón ese y toda su patulea?, por mi que siga entreteniendo al personal hasta que el infierno tenga que reponer combustible.

- ¡Que gano yo aclarando una simple venganza infantil¡

Terminada de elevar esa frase a las alturas, la palabra “infantil” empezó a repiquetear en sus neuronas con la estridencia de mil campanas lanzadas al voleo.

- Infantil, infantil, infantil, infantil, infantil,.........- no dejaba de repetírselo como una loca letanía sin sentido.

Al poco, se quedo quieto, mudo, como paralizado, pensando

- ¡Claro coño! Eso es, como no se me había ocurrido antes, pero que tarugo que soy, si es que no soy mas burro porque no como mas paja con el pan integral. El horario escolar no solo lo tienen los maestros, también ¡lo tienen los niños!, el Angel Negro es un niño, ¡Válgame Dios¡, un niño, quien lo iba a decir.

Su mente se puso a trabajar febril y convulsamente, en solo una fracción de segundo ya sabía como averiguar quien era el chaval que había montado el tiberio. Agarró el montón de folios del asunto como el naufrago que se aferra a un madero a la deriva, buscó la lista de personas injuriadas por el provocador y memorizó las únicas 3 significativas con las que no se había metido.

Allí estaban, 3 mujeres al parecer según sus nicks, Deneb, Alcor y Bellatix.

- Vaya! – pensó Rafael – tres nombres de estrellas, ¡pero que curioso.!

- Lucía, esta vez si que lo tengo, - le dijo a su ex a la que llamó de inmediato – dime si conoces a estos tres nicks, Deneb, Alcor y Bellatrix y sobre todo quiero saber quien tiene hijos entre 7 y 12 años.

- Espero Rafa que esta vez hayas atinado, pero ¿qué tienen que ver los hijos en esto?

- Tu Lucía contéstame que ya te contaré – le dijo Rafael bajo un ataque acuciante de premura.

- Pues mira chico, la única que tiene hijos en esas edades es mi amiga Bellatrix, que tiene a su Norberto con 12 años, las demás tienen hijos pero son mas pequeños.

- Pues bien, dile a tu amiga Bellatrix, que el tal Angel Negro es su hijo Norberto, que le hable y sobre todo le diga de donde ha sacado la información de la que hacia gala y el lenguaje que usaba, es lo único que aun no me cuadra pero creo que podría explicarlo fácilmente.

A la tarde siguiente, Rafael fue invitado por su ex mujer a tomar un café. Allí le explicó todo lo que Bellatrix le había contado.

- La verdad es que eres un genio, Rafa, no se como lo has hecho, pero sí, era Norberto, se lo confesó ayer mismo a su madre y le contó todo. – Lucía se relamió los labios solo de saber que en ese momento era la única, salvo su amiga, que tenia la información. – Te cuento, ayer, cuando fui a su casa para hablar con ella, se lo dije, y un poco mas y me echa a patadas, pero yo le insistí que si mi Rafael lo decía algo debía de haber, que habías descubierto que era un niño de entre 8 y 12 años, mas probablemente entre 11 y 12 y que seguramente se habría enterado de algún disgusto que le hubiesen ocasionado a su madre en el chat o gente del chat y que él como venganza había montado el numerito del Angel Negro.

Ella se quedó como congelada, y me dijo que su hijo estaba enterado de que el Pistolero, cuando la dejó, fue contando historias de ella y también de que antes de dejarla se había liado con 3 o 4 tías del chat. Me comentó que varias veces su hijo Norberto le había preguntado sobre el asunto. Resumiendo, que me fui y cuando llegó Norberto habló con el y lo puso entre la espalda y la pared, o como se diga eso, - Lucía siempre se equivocaba con los dichos y tenía un arte especial para traviscornearlos-, en fin que el chaval viéndose acorralado se lo confesó todo, que sí, que lo había hecho para joder a los del chat que tanto daño habían hecho a su madre y que la información sobre la gente del chat la tenía porque se bajó un programa que tiene puesto en el ordenador con el que guardaba todas las conversaciones de su madre tanto los privados como lo que se decía en el general, y lo del lenguaje dice que fue fácil, solo tuvo que entrar en algunos canales del IRC tipo “Insultos salvajes” o “Escupe por tu boca” para aprender.

Rafael volvió a casa recordando lo que tantas veces Lucía le había reprochado, y que al final usó como motivo de su separación, que su vida era una rutina y que jamás sabría cuando irse al otro barrio porque es algo que se hace solo una vez y que aun no tenia programado en su actividad diaria. Esa noche, a solas con su cubitera pequeña, solo tomó tres güisquis en lugar de los seis de rigor. Por una vez no quería olvidar del todo.

ADVERTENCIA: todos los personajes son ficticios, todo parecido con la realidad es pura intercontextualidad.

AGRADECIMIENTOS: a Mar Lledó por su amabilidad al leer y criticar el borrador inconcluso de este relato.

(Orel, 13 de julio de 2003)

Internet, foco universal del Onanismo.

Estimados internautas:

Hace unos días di en una gueb de teología con el texto que os remito para vuestra asimilación y que me ha provocado agudas crisis de acranoia galopante acompañadas por verdaderos escalofríos neuronales por lo que en él se expresa con razón y verdad.

Lean y vean.

Internet, foco universal del Onanismo.

El Maligno esta en vías de conseguir su objetivo. Satanás prosigue su maléfica actividad con una capacidad de captación, de perversión, de depravación, pecado y libertinaje jamás conocida en la historia de la humanidad.

Ya fuimos advertidos por nuestros antecesores en la labor de vigilancia del Leviatán, del Angel Caído, los Padres de la Iglesia, desde Proculo de Anofagasta pasando por Calpurnio el Estigita hasta las famosas prevenciones de Tolomeo Kalikrates de Antioquía, de que Luzbel nunca cejaría en desarrollar nuevas estrategias para le expansión de sus demoníacos fines.

En esta guerra sin cuartel entre las fuerzas del mal y la humanidad de bien, el diablo siempre ha jugado con ventaja dada la facilidad que siempre tuvo de vender el pecado a los hombres. Estos siempre han tenido que esforzarse en evitarlo procurando no hollar con sus pies los lugares donde era mayor la promiscuidad de las ofertas con las ocultas demandas. La labor de alejar la tentación ha sido desde tiempo inmemorial la mejor herramienta de la que hemos dispuesto para anular el marketing luciferino.

Pero hete aquí, que en estos últimos años, Satán ha logrado colarse en millones y millones de hogares, poniendo su oferta de pecado en salas de estar, habitaciones de niños, salones, en aquellos lugares libres hasta ahora de sus ofertas.

La magistral jugada del demonio ha sido provocar un acelerado desarrollo de la perversa Internet, con ella dispone de conductos rápidos y tecnológicamente super eficientes para hacer llegar sus pecaminosos productos, sus malvadas tentaciones hasta los últimos rincones de hogares, escuelas, centros de trabajo y hasta conventos.

Hace llegar a esos lugares los ecos y retumbos de la lujuria y el desenfreno, de la lascivia y la intemperancia por las vías mas insospechadas y las mas de las veces explícitas.

El problema, es gravísimo, porque no solo incita a los típicos pecados de la carne, sino que fundamentalmente alimenta, abona y facilita el mas ruin de dichos pecados, el mas abyecto, el mas bajo y despreciable, el onanismo (unomismo para los no enterados). Cibersexo, ciberporno, cibercharla, cibercam, netmeeting, MSN, IRC, chats con canales de todo tipo de pelaje, todo son facilidades para ejercitar el vergonzante pecado.

Dios hizo desaparecer con fuego caído del cielo las ciudades de Sodoma y Gomorra por sus perversas practicas, su hedonismo autosatisfactorio, por su mezquindad sexual, y si nada lo remedia, día llegará en que igual ocurrirá con los Servidores del Maligno, esos chismes tecnológicos que cobijan el bochornoso y repulsivo trafico de soledades autosatisfactorias.

Como dijo Aquileto de Samotracia, “Darle gusto al cuerpo es darle gusto al diablo”, y hoy Satán estará disfrutando de un orgasmo supermasivo mientras acumula millones de clientes para su Averno.

Internet debe ser abolida o El nos esclavizará a todos.

Orelius Lacteanus
SK.

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(Orel, Julio 2002)

En plan borde

En plan borde.

Eran las diez de una mañana lo bastante irrelevante como para andar pensando en abrir el grifo de las chorradas.

Tenía necesidad de realizar una operación bancaria consistente en comprobar si quedaba algo disponible en mi cuenta corriente (que mas parece una cuenta estancada) tras el acoso a que se ve sometida por vampiros del mas diverso pelaje que gustan de libar en sus escasos y magros contenidos.

También, y si la suerte la tenía de cara, deseaba hacer una transfusión de la tal cuenta a mis vacíos bolsillos.

No disponiendo de tarjeta para realizar tales averiguaciones y faenas en el cajero automático, me vi precisado a guardar cola ante las ventanillas de caja de la sucursal en que tengo depositadas mis escaseces. Delante de mi, aguardaban turno cinco personas, cuyos gestos de impaciencia me hicieron iniciar un cambio de enfoque visual a fin de evitarme el contagio de sus inquietudes.

Lo primero que observé fue uno de los mayores misterios que desde hace años me vienen intrigando, y es el extraño y universal fenómeno que ocurre en el mundo bancario consistente en que siempre hay mas ventanillas de caja que cajeros. Jamas he comprendido tal dispendio y ese día me vi meditando en el lacerante asunto del despilfarro. Tantas ventanillas de caja sin uso en este país y con las carencias que de ellas existe en el tercer mundo.

En mi caso el despilfarro tenía perdón, ya que de tres ventanillas de caja, solo una estaba ocupada por una hermosa y escultural cajera, prodigio este que no se prodiga mucho en tales entidades. La espera, con tal perspectiva, ciertamente que no era muy gravosa para mi espíritu, pues el tiempo pasaba agradablemente mientras observaba las manipulaciones que realizaba la cajera con las teclas, el efectivo y cualquier cosa que tocaba.

Me veo obligado a dar fe de que mi cajera de turno aquel día se había vestido de forma tal que hacia de aquella cola algo refrescante. En un momento dado, justo cuando debí apartar mi vista de tan diligente operaria, me fije en un cartel publicitario que había en la pared que tenia a su espalda. En el se podía leer “Póngase en el plan que quiera”, haciendo referencia en la letra pequeña, casi ilegible desde mi posición, a ciertos planes de pensiones.

Cuando finalmente pude acceder a sus servicios, y tras su amable saludo, iniciamos este interesante dialogo:

 Señorita, disculpe, ¿prefiere que me ponga en plan mimoso o en plan borde? le dije esbozando lo que creí era mi mejor sonrisa.

 ¿Cómo dice? oí que me decía con un tono de cajera afrentada.

 Verá usted, siguiendo las instrucciones de su empresa, y dado que soy muy educado, he preferido que fuese usted la que me indicase en que plan prefería que me pusiese.  su rostro en ese momento expresaba tal cúmulo de sentimientos, que aun hoy, veinte días después, ando intentando descifrarlos.

 Señor, no se lo que pretende, pero no está la mañana para necedades.  me respondió con la altivez de quien defiende su reducto.

 Disculpe si la he molestado, señorita, pero solo intento ser un buen cliente de su entidad y para ello sigo las instrucciones que me da en ese cartel que hay detrás de usted. .  se volvió y tras leer el capcioso cartelito, resonó en la sucursal la mayor carcajada que en el se había oído desde la que soltó un albañil, durante su construcción, tras oír el chiste del colega mudo.

 ¡Vaya! Me había preocupado usted.  me dijo mientras su luminosa sonrisa me envolvía.

Mucho debió de agradarle la conversación, porque a pesar del estar catalogado como cliente no preferencial y muy escaso, me regaló tres encendedores al terminar mi transacción.

(Orel, 11 de marzo de 2001)

El violador del palomar.

El violador del palomar.

Era una tarde gris y plomiza, vamos una paliza de tarde. Decido ir al cine después de casi un año sin peregrinar al templo de la imagen en movimiento. Reservo mi entrada por teléfono, lo que me obliga a presentarme en las taquillas de embarque con media hora de antelación.

Opto por pasar el tiempo de que dispongo hasta ver al “ Náufrago ” en su salsa, observando la actividad de las dependientas del mostrador de venta de palomitas, líquidos con burbujas y otras caras delicias. Bien es cierto que observé la actividad de las dependientas y de paso a las mismas dependientas dado que todo quedaba en el mismo campo visual.

El vestíbulo del multicine estaba vacío, solo el cortador de entradas y yo a este lado del palomar y en el palomar, rodeadas de palomitas tibias y vaporosas, cuatro chicas de uniforme rojo afanadas en reponer existencias.

A fin de aparentar que no miraba lo que en realidad miraba, hice lo que solemos hacer cuando estamos en tal tesitura, disimular fingiendo mirar otra cosa. En mi caso el subterfugio fue la lectura de los carteles publicitarios que tenían las chicas estratégicamente colocados a sus espaldas.

Así me fui documentando de las cualidades taumatùrgicas de la Coca-cola, mano de santo contra las depresiones y otras alteraciones del espíritu; me puse al día en las cotizaciones del mercado de las golosinas y refrescos, llamándome la atención especialmente el alza brutal sufrida por las pipas desde los lejanos tiempos en que iba al cine de sesión continua. Seguí instruyéndome y asimilando toda la información que habían colgado en aquella pared para concienciarme del boyante estado de aquel emporio de las golosinas cuando topé con un hermoso cartel, enmarcado en palo oscuro, donde encima de una brillante fotografía de una botella de refresco + (pues así se dice hoy en día la palabra “más”) un moderno cucurucho con patatas fritas (¿donde han ido a parar los clásicos cucuruchos de hoja de periódico?) y una especie de bocadillo con algo indefinible en su interior, se podía leer la siguiente frase realzada con exuberancia: “Di que no me tomarías”.

Era evidente que la frase se refería a lo que grandilocuentemente llamaban “Menú de cine” pero dada la desproporción en tamaño del eslogan antiviolaciones y el resto de los textos, pues yo asocié la frase con las chicas de rojo.

Tras detenida meditación, estuve de acuerdo con el publicista en que tomar a alguna de aquellas chicas en semejante lugar era algo impensable, por lo que decidí decirles a las cuatro que no las tomaría.

 Señoritas, por favor, les dije con un cierto tono de urgencia atiendanme.

Las cuatro, un tanto intrigadas, se acercaron hacia mi posición, quedando mas menos frente a mi, y prácticamente bajo el cartel.

 Miren, siento decirles muy a mi pesar que no la voy a tomar.

Las cuatro me miran con ojos estupefactos que dejan traslucir un concepto sobre mi que iba lentamente asentándose en sus cerebros y que mas o menos venia a decir “¿qué está diciendo el gordo chalao este?”

 Por mas buena que esté, lo siento pero no la tomo les digo mirando a la que parecía la Jefa de Grupo de Dispensadoras.

Tras esta última frase, se revuelve aquello como un gallinero al que acaba de entrar el zorro. Revolotean frases, se salpican miradas de incredulidad, me miran con ojos recelosos como si fuese un violador en potencia falto de potencia, en fin que flotaba en el ambiente un mosqueo generalizado.

 ¿Cómo dice, caballero?  me inquiere con prevención la que estaba seguro era Jefa de la Sección Expendedora

 Señoritas, yo soy un ciudadano cumplidor de mi deber  les digo mientras señalo con mi brazo estirado el cartel que hay a sus espaldas  por ello cuando he leído ese cartel conmimàndome a decirles que no tomaría esa merienda o lo que sea, pues yo solo les he dicho lo que me dice el cartel que diga. Por tanto insisto: no la tomaré.

Tras mi parrafada se produce una acelerada mutación en sus rostros, volviéndose a revolver el gallinero, pero ahora eran risas lo que revoloteaba advirtiéndose en sus miradas el terrible peso que les había quitado de encima.

El incidente termina después de oír a la rubia Jefa del Equipo de Transacciones Cara al Público:

 ¡Pero que pícaro es usted¡

Lo que hizo que me alejase del palomar y de sus palomitas con una sonrisa.

Nota jocosa: en la historia que acabo de narrar solo hay una falsedad visiblemente manifiesta. Dejo a la perspicacia del lector el dar con ella. El hallazgo no conlleva premio alguno, salvo la íntima satisfacción que le producirá haber vencido en la prueba. Si desea confirmación de su hazaña puede escribirme un correo electrónico a avicenteg@netscape.net

(Orel 9 de febrero de 2001)

El misterio del palacio de Benamear

El misterio del Palacio de Benamear

Era mayo por la noche, el ambiente destilaba sus buenos 25 grados provocando en el personal una euforia especial que hacia prever momentos que uno intuía podrían pasar a la historia.

Y la historia que voy a narrar creo quedará por siempre en los anales (nunca mejor dicho) pues desvela uno de los últimos misterios sin resolver que el género masculino aun conservaba sobre el ignoto mundo de las féminas.

Me refiero al hasta ahora insondable misterio del ¿Por qué en las fiestas las mujeres van al aseo en cuadrillas mas bien abigarradas?. Este misterio me ha tenido intrigado los últimos 30 años; habiendo elaborado sobre él las mas absurdas y extravagantes teorías, algunas de las cuales resumo solo para dejar constancia de mi estulticia:

1. Van juntas al aseo porque esos lugares son tan espaciosos y enormes que hay peligro de que alguna se pierda en sus intrincados recovecos.

2. A veces el suelo del lugar está tan guarro y además carente de perchas de las que colgar sus bolsos, abrigos, aditamentos varios del vestido que llevan, etc, que necesitan de alguna mano amiga que haga la función de “sujétame esto”.

3. La mas estrafalaria de todas mis teorías era que las mujeres debían de tener una variedad inmensa de formas de hacer sus actividades mingitorias y similares, lo que provocaba unas ansias desmedidas por averiguar como lo hacia esta o aquella y de paso aprender nuevas técnicas, manteniéndose así vivo el gran acervo mingitorio que yo presuponía.

4. En esta otra teoría prima la labor de colaboración para resolver el problema del papel higiénico. Yo imaginaba a la deponente con sus manos ocupadas intentando mantener alzada la falda y por tanto imposibilitada de seccionar en trozos manejables el papel higiénico, así que la acompañante hacía la labor de ir dándole trozos del mentado papel sin que la deponente se viese en la tesitura de no saber que hacer con la falda.

5. Del resto de teorías que había elaborado con el paso de los años mejor ni hablar, pues mi prestigio quedaría mas deslustrado de lo que ya está.

Debo manifestar, antes de continuar con el relato y para que el lector se vaya situando en el lugar debido, que ninguna de las mencionadas teorías se compadece lo mas mínimo con la deslumbrante realidad que descubrí esa noche, tan deslumbrante e impactante que me supuso un giro copernicano en mis concepciones. No llegué a caerme del caballo como le pasó a Pablo de Tarso camino de Damasco porque no tenía caballo, pues en caso contrario puedo afirmar que mi caída hubiese sido igual o mas aparatosa que aquella.

Comienza el relato fiel y detallado de mi expedición de descubrimiento seguramente igual o mas trascendental creo yo que las que Livingstone, Burton y Speke realizaron a la búsqueda de las fuentes del Nilo, aunque ellos ni lo sabían.

Me hallaba yo en una Gran celebración (Kedada) convocada para los feligreses de la congregación del Canal de Chat #Mas_de_30_Murcia ubicado en la subred del operador Ya.com por la oficiante Hermione, cuando ocurrió el memorable hecho.

La llamada fase del ágape se concelebró en la terraza de un bar de tapas a pocos pasos (o eran zancadas, ya no se) de la playa, bajo una cubierta de lona modernista y coquetona que daba cobertura antirelente a los tapeantes.

Conforme se iban destapando las tapas que nos tenían preparadas, el personal iba dando cumplida cuenta de todas ellas. Una vez zanjado el trabajo con la última tapa y antes del postre, observo que una dama concurrente al acto se levanta dándole a su vecina concisas y claras explicaciones del lugar a donde va y el motivo que la lleva allí. Inmediatamente se corre la voz de que la recién alzada va nada mas y nada menos que al Palacio de Benamear, provocando de inmediato un agitado revoloteo entre el resto de damas próximas que se alzan a la voz del “¡Oye te acompaño!”.

Este primer aspecto del misterio que tratamos es harto curioso, por la intrincada labor de sincronización que se requiere para simultanear la necesidad en tantas damas. De lo observado deduzco que se trata de una evidente “Necesidad inducida”, o probablemente es que realmente todas tenían “las ganas hechas” pero se les había olvidado, actuando la alzada de la primera dama solo como recordatorio. No obstante, es probable que otros con mas conocimientos que yo establezcan una relación entre este fenómeno y el llamado “Efecto llamada” típico de las aves, que se manifiesta cuando una alza el vuelo y sale la bandada en pos de la iniciadora de forma inmediata y en formación cerrada.

Yo, al ver que la bandada de damas alzaba el vuelo, me levanté y les pregunté si me dejarían asistir con ellas al acontecimiento para aclarar por fin el misterio. Ellas, con una generosidad abrumadora rayana en la esplendidez consintieron y las acompañé, tomando mentalmente notas de todo lo que ocurría.

Como resultado de este estudio ya podemos decir que las damas no acuden realmente al aseo, sino a un Centro de servicios polivalente y multifuncional donde el servicio de “servicio” es precisamente el menos importante. El conjunto de servicios, prestaciones y funcionalidades del que hacen uso en estos desplazamientos comunales se pueden tipificar y resumir del siguiente modo::

Centro de información y documentación: las damas se proporcionan entre si información sobre la competencia, sobre antecedentes, sobre historiales, en fin sobre cualquier dato por mas irrelevante que sea y que pueda tener interés.

- Mary ¿sabias que Pepe estuvo anoche con Encarna en el Palmer? y no estaban precisamente a dos metros de distancia, una me dijo que a él lo vio muy enpalmerado.

- ¿Habéis oído lo de Luciano con Paloma?. ¿no?, pues mirad, resulta que Paloma como sabéis estaba con Antonio ..............

- Pues si chica, esa que hay junto a Luis es la ex de Felipe que estuvo de pareja de Juan y luego le puso los cuernos con Antonio antes de liarse con Mariano y todo eso sin dejar de verse con Fernando.


Centro de coordinación y planificación estratégica: se comunica a las acompañantes las intenciones que cada una tiene para lo que resta de noche y parte de la semana, con el fin de no pisarse entre ellas y con la esperanza de recibir algún retazo de información que sea de interés para poner en marcha las estrategias que ya tienen esbozadas.

- ¿Chica tu estas por Cesar?......... ¿No? ¡ay! Menos mal, porque entonces voy a probar a ver que sale.

- Pues yo no le quito ojo a Federico, pero el ni se entera, tendré que darle un toque de efecto y a ver si lo agarro en un agarrao.

Centro de información para la defensa: la dama que ve atacadas sus posiciones, aprovecha la visita para recabar datos que le permitan diseñar una táctica defensiva con posibilidades de éxito, o para pedir a alguna mas experta que ella en tácticas defensivas que le elabore un buen plan.

- ¿Has visto como Rosa esta insinuándose a Félix, no lo quita ojos de encima?, y no se que hacer si arañarla o...........

- Mira chica lo mejor es que te pongas entre ella y él y le pongas a la Rosa esa los dientes largos haciendo de las tuyas.......

Centro de reaprovisionamiento. Todas las damas acuden al Palacio de Benamear cargadas con la parafernalia necesaria para la puesta a punto. Pero dado que los bolsos que utilizan varían en su capacidad de carga, no todas llevan todo lo necesario, y se produce el fenómeno del reaprovisionamiento siempre en base al viejo sistema del trueque, yo te dejo un pintalabios y tu me das un salva slip (que por cierto no se porqué no lo llaman salva bragas), otra presta sombra de ojos, y otra se aprovecha de los bastimentos que las demás acarrean sin aportar nada:

- ¡Chica¡ este bolso es tan pequeño que no me cabe ni un pintalabios.

Centro de evaluación y calificación del personal masculino: una de las tareas a las que se dedican con mas fruición es la de evaluar a algunos (no todos) de los hombres presentes en el evento, en este proceso el sistema de puntuación que utilizan en las calificaciones que dan a cada uno es de lo mas ocurrente que se haya podido oír nunca.

- ¿Os habéis fijado en Carlos?, está de vicio, ese tiene dos polvos de los buenos

- Pues anda que el Nacho no está bueno ni nada el tío, ese si que tiene tres polvos de los de cine.

Desde que descubrí este hecho, le estoy dando vueltas a la cabeza para ver de darle un nombre a esta escala, si la que mide los terremotos se llama escala de Ritcher lo más que se me ocurre es que esta se llamase Escala sicalíptica.

Centro de moda y feria de muestras: una parte significativa del tiempo que permanecen en el lugar lo dedican a comentar animadamente sus ultimas adquisiciones en prendas de vestir incluidas las de interior y lo que es mas interesante a enseñarlas con el fin de demostrar que les están como anillo al dedo.

- Chica ¿has visto que sujetador compré ayer?, lo vi al pasar por Judy’s y no me pude resistir”......... la otra le enseña su ultimo modelo de bragas etc.

Centro de puesta a punto. Aprovechan el evento para ajustarse el equipo, dándole al escote su justo tamaño, colocando el sujetador en su sitio adecuado, alisándose la falda y colocándola a la altura debida, haciendo que los pantalones queden como se espera que deben de quedar; y lo mas importante, el retoque del maquillaje, fase esta que requiere una gran concentración, pero su habilidad es tal que pueden estar haciendo cualesquiera de las otras tareas mientras manejan con soltura el utillaje de puesta a punto facial.
Las amigas asistentes revisan el trabajo y avisan de los desajustes que observan para que vuelva a retocar el retoque.

Centro de estimulación y reafirmación psicológica: Esta fase es la fundamental, una vez terminadas todas las tareas programadas en la visita al lugar, y antes de partir de nuevo a la “guerra” todas se dicen a todas lo guapas que van de forma que esta fase de reafirmación les hace salir radiantes y listas para lo que venga.

- ¡Ay chica! pues estas monísima, vamos.

Y esto es todo que no es poco.

Agradecimientos: para las simpáticas y bellas damas que me permitieron recopilar la información básica para este estudio, Lady Astral , Lady Galadriel, Lady Loira43 y Lady ddiana.

(Orel, 18 de junio de 2003)