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Sahumerios y arrebatos

Si volviera a nacer

Si volviera a nacer

Si volviera a nacer tendría un grave problema. Nacería y, o bien sería consciente de que he vuelto a nacer, con lo que ya tendría algo que contarle a mi segunda madre, o no lo era, con lo que sería un bebe vulgar de tres al cuarto.

Es evidente que caso de no saber que era mi segundo nacimiento, yo ya no tengo nada que escribir, ya que me bastaría haber escrito mi biografía primera en mi primer paseo por la Tierra y cuando supiese escribir por segunda vez, haría mi segunda biografía y sería todo cuestión de que los expertos en polividas analizasen ambos devenires plasmados en papel. Imagino que la mayoría se haría la misma pregunta: ¿para que ha vuelto a nacer este tipo?

Una segunda vida así no tendría el más mínimo interés debido a que en ningún momento me podría decir..... en mi primera vida, en mi día 6.122 (16 años y pico) comí arroz y habichuelas, en esta vida sin embargo me apetece arroz y marisco. Y lo mas grave, me pasaría esta segunda vida diciéndome......... “si volviese a nacer haría tal y cual cosa o me pediría hoy paella de marisco ”. Si el genio que me concedió volver a nacer me lo concede cada vez que se me ocurre pedir una renovación vital, es muy probable que muchos tipos con los que me cruzo por la acera sean mis reencarnaciones desconocidas. No me veo parando a la gente para preguntarle “disculpe ¿usted soy yo?”.

Si desde mi segundo nacimiento soy consciente de ello y tengo memorizado todo lo que pasó en mi primera vida estoy convencido de que sería muchísimo peor que la primera porque la cantidad de problemas con los que me tendría que enfrentar y resolver sería abundantísima.

Para empezar está el tema de mi madre, que ya no sería mi madre sino vaya usted a saber quien. Y claro, ¿como le digo yo a mi segunda madre que la teta de mi primera madre tenía un bouquet más fino que la suya?.

Y que decir de la imposibilidad de heredarme a mí mismo. Toda una vida trabajando para volver otra vez a labrarme un porvenir, con lo que ya se supone que labré en mi primera pasada.

Si pudiese pedir cambios, tengo por seguro que el primero que pediría sería nacer un 29 de febrero, ello haría que pudiese celebrar mi cumpleaños solo una vez cada 4 años.

No podría pedir que esta vez Julia se enamorase de mí y nos casásemos y fuésemos felices comiendo empanadillas. Julia o ya habría muerto o tendría 87 años, mal negocio.

Tras mucho pensarlo solo encuentro dos ventajas evidentes en el hecho de volver a nacer, que no coincidiría en este planeta ni con Carod Rovira ni con Rodríguez Zapatero. Solo por eso me lo voy a pensar.

(Orel, 17 de octubre de 2005)

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