Sumario 11M: Sherlock Holmes se estaría partiendo de risa.
Seguro estoy de que ni al más febril de los guionistas de cine policiaco de humor tipo Agárralo como puedas se le ocurriría una escena como la que protagonizó Jamal Ahmidan, alias El Chino presentándose en un cuartelillo de la Guardia Civil unos días después de la masacre.
Según la versión oficial asentada en el sumario del 11M, este santo varón para los extremistas islámicos, auto inmolado con explosivos pero de manera tan limpia que ni una gota de sangre salpicó las paredes, no se le ocurre otra cosa, siendo como era según el Juez del Olmo responsable de la muerte de 192 personas, que 8 días después de su crimen y con dos colegas detenidos ya, lo que le habría hecho saber que su nombre ya lo tendría la Guardia Civil y la policía, se va el santo varón islámico al cuartelillo de la Guardia Civil a denunciar el robo de unos corderos en la famosa finca de Morata de Tajuña cubil de la banda de asesinos.
Si se le pidiese a Sherlock Holmes una opinión profesional, tras dos horas revolcándose de risa por el suelo, casi seguro estoy que diría que los hechos solo dejan dos posibilidades lógicas , la primera que El Chino se considerase protegido, y le hubiesen dicho sus protectores de las tramas negras de los CYFSE que hiciese vida normal que no le iba a pasar nada, la segunda que no se sintiese culpable de nada porque el no había sido quien había puesto ninguna de las bombas en los trenes.
Hay otra posible teoría, pero esta más abracadabrante, que El Chino quisiese a sus borregos más que a su vida y por ellos fuese capaz de todo, hasta de jugársela. Podría ser, siempre se ha dicho que hay amores que matan.
Lo patético y asombroso es que el juez instructor no haya extraído ninguna consecuencia de ese hecho, ni lo haya investigado a pesar de ser significativo en extremo.
En la instrucción del sumario del 11M hemos pasado ya del punto del asombro al de partirse de risa, y nada peor le puede ocurrir al trabajo de un Juez que, a pesar de que estemos hablando de una terrible tragedia, pase de ser algo que causa pena a algo que causa risa.
Según la versión oficial asentada en el sumario del 11M, este santo varón para los extremistas islámicos, auto inmolado con explosivos pero de manera tan limpia que ni una gota de sangre salpicó las paredes, no se le ocurre otra cosa, siendo como era según el Juez del Olmo responsable de la muerte de 192 personas, que 8 días después de su crimen y con dos colegas detenidos ya, lo que le habría hecho saber que su nombre ya lo tendría la Guardia Civil y la policía, se va el santo varón islámico al cuartelillo de la Guardia Civil a denunciar el robo de unos corderos en la famosa finca de Morata de Tajuña cubil de la banda de asesinos.
Si se le pidiese a Sherlock Holmes una opinión profesional, tras dos horas revolcándose de risa por el suelo, casi seguro estoy que diría que los hechos solo dejan dos posibilidades lógicas , la primera que El Chino se considerase protegido, y le hubiesen dicho sus protectores de las tramas negras de los CYFSE que hiciese vida normal que no le iba a pasar nada, la segunda que no se sintiese culpable de nada porque el no había sido quien había puesto ninguna de las bombas en los trenes.
Hay otra posible teoría, pero esta más abracadabrante, que El Chino quisiese a sus borregos más que a su vida y por ellos fuese capaz de todo, hasta de jugársela. Podría ser, siempre se ha dicho que hay amores que matan.
Lo patético y asombroso es que el juez instructor no haya extraído ninguna consecuencia de ese hecho, ni lo haya investigado a pesar de ser significativo en extremo.
En la instrucción del sumario del 11M hemos pasado ya del punto del asombro al de partirse de risa, y nada peor le puede ocurrir al trabajo de un Juez que, a pesar de que estemos hablando de una terrible tragedia, pase de ser algo que causa pena a algo que causa risa.
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