Espacios urbanos en peligro de extinción.
Para la primera concentración de la cadena de manifestaciones sabatinas que ando organizando, anoche, tras salir por ahí con una amiga, de vuelta a su casa empecé a pegar carteles con la convocatoria. Eran de dos tipos, unos tamaño A4, válidos para pegar por ahí con fixo y otros tipo A3 para pegar con cola en esos sitios donde se pegan carteles con cola.
Me recorrí media ciudad, y ciertamente que dichos espacios para pegar carteles grandes con cola escasean alarmantemente. A pesar de que mi amiga no quiso sujetarme la cola, localicé 3 o 4 lugares en los que con mi mejor arte encolador, facultad desconocida por mí en mí, los dejé, creía yo, bien pegados para la posteridad.
Pero mi gozo en un pozo, dada la inquietante falta de espacio de soporte publicitario ciudadano, la lucha de los carteles por su supervivencia es feroz, la I Ley de dicha actividad dice “El último que se pone es el único que se lee”. Visto que yo como competidor en tales espacios no tendría absolutamente ninguna posibilidad de supervivencia, me dediqué a fijar mi mensaje en las llamadas FAPPEC, que no dejan de ser Farolas Adyacentes a Pasos de Peatones con Elevada Concurrencia.. Hice mentalmente un somero inventario de los principales FAPPEC de Murcia que yo conocía y allá me fui y entre las 2 y las 4 de la madrugada me entretuve con mi fijación por la fijación.
Esta mañana, he tenido que ir a Murcia a sacar permiso para las 4 manifestaciones sabatinas de junio y he pasado por muchos lugares en los que anoche dejé fijada mi esperanza por la concurrencia en tamaño A4 y me he llevados dos gratas sorpresas que me han alegrado el día y que paso a narraros brevemente.
La primera gran alegría es que he visto desde mi coche a una persona leyendo mi cartel, lo que me ha notificado que mi esfuerzo de fijador de carteles en FAPPEC no había sido del todo en vano.
Pero la segunda ha sido una alegría mucho mayor, digamos que más gratificante, pues he visto que en varias farolas habían arrancado el cartel, lo que me ha confirmado algo que no había llegado ni a sospechar, que mis carteles despertarían el interés de las gentes por lo menos el interés en arrancarlos. Si soy capaz de despertar de ese modo el interés seguro que mañana la concentración será un éxito y en lugar de una asistencia de 3 personas que había previsto la organización, con seguridad que será porcentualmente mucho más alta, como poco 5 o 6 concentrados.
Me recorrí media ciudad, y ciertamente que dichos espacios para pegar carteles grandes con cola escasean alarmantemente. A pesar de que mi amiga no quiso sujetarme la cola, localicé 3 o 4 lugares en los que con mi mejor arte encolador, facultad desconocida por mí en mí, los dejé, creía yo, bien pegados para la posteridad.
Pero mi gozo en un pozo, dada la inquietante falta de espacio de soporte publicitario ciudadano, la lucha de los carteles por su supervivencia es feroz, la I Ley de dicha actividad dice “El último que se pone es el único que se lee”. Visto que yo como competidor en tales espacios no tendría absolutamente ninguna posibilidad de supervivencia, me dediqué a fijar mi mensaje en las llamadas FAPPEC, que no dejan de ser Farolas Adyacentes a Pasos de Peatones con Elevada Concurrencia.. Hice mentalmente un somero inventario de los principales FAPPEC de Murcia que yo conocía y allá me fui y entre las 2 y las 4 de la madrugada me entretuve con mi fijación por la fijación.
Esta mañana, he tenido que ir a Murcia a sacar permiso para las 4 manifestaciones sabatinas de junio y he pasado por muchos lugares en los que anoche dejé fijada mi esperanza por la concurrencia en tamaño A4 y me he llevados dos gratas sorpresas que me han alegrado el día y que paso a narraros brevemente.
La primera gran alegría es que he visto desde mi coche a una persona leyendo mi cartel, lo que me ha notificado que mi esfuerzo de fijador de carteles en FAPPEC no había sido del todo en vano.
Pero la segunda ha sido una alegría mucho mayor, digamos que más gratificante, pues he visto que en varias farolas habían arrancado el cartel, lo que me ha confirmado algo que no había llegado ni a sospechar, que mis carteles despertarían el interés de las gentes por lo menos el interés en arrancarlos. Si soy capaz de despertar de ese modo el interés seguro que mañana la concentración será un éxito y en lugar de una asistencia de 3 personas que había previsto la organización, con seguridad que será porcentualmente mucho más alta, como poco 5 o 6 concentrados.
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