Un día de mi vida en Facebook.
Son las seis de la mañana, llevo ya un rato trasegando periódicos. Tengo que escribir hoy un artículo y no tengo ni repajolera idea sobre qué. Lo dejo y me meto en mi Facebook. Nada más entrar me informa el gran amigo Mark Zuckerberg que Nieves Xxxx Yyyy ha compartido un enlace, que un tal Georgeos Xxxx Yyyy comentó su estado, que fulanito y menganita ya son amigos y que un montón de gente me pide cosas para esos juegos que tanto abundan en el universo Facebook.
Miro cuantos amigos tengo y sigo alucinando, 246 de los que conozco a un diez por ciento. Me quedo en cuadro con esas preguntas estúpidas que a veces te llegan tipo ¿Pagaría María Xxxx la cena a su cita?, o ¿Intentaría Fulanito Yyyy ligar por Internet?, o esta otra ¿Haría María Xxxx un striptease en público?
Una amiga me pincha y chateamos un rato, intento animarla a que publique lo que escribe asegurándole que en Internet hay tanto texto que los suyos seguro que no desentonarán. Ánimos no le faltan a la moza, llegando a afirmar que igual el día que publique hasta le dan un premio.
Para relajarme me voy a jugar un rato al póker, me gano el jornal, unos 560.000 dólares y regreso al reino de Zuckerberg intentando ver algo que me llame la atención y me permita escribir algo, porque siendo sincero, mi actividad diaria en Facebook se reduce a colgar el artículo que escribo y de vez en cuando a echar unas manos de póker.
Y aquí por fin me quito el sombrero ante don Mark por una idea genial que me sugiere. Resulta que cuando yo rellené mi perfil con todos los datos sobre dónde había trabajado, pues lo puse todo, agente censal, piloto nocturno de furgonetas en la economía sumergida, mulero infantil, espantapájaros infantil experto en almajaras y monaguillo titular cualificado. Y eso de la economía sumergida es lo que me ha alegrado el día.
Porque leyendo lo que el amigo Zuckerberg me coloca en mi muro descubro las listas y que en ellas aparece la economía sumergida. Entro y ahí está la sugerencia de que lance la lista de los compañeros de trabajo de la economía sumergida. Eso ya ha hecho que esta pérdida extra de tiempo en Facebook de hoy haya valido la pena.
No me diréis que no es genial poder disponer de una lista en Facebook de gentes que hayan trabajado en la economía sumergida, insisto en que se apunten los que hayan trabajado, los que lo hacen en la actualidad mejor no lo hagan ya que luego seguro que alguien vendrá a fastidiar el asunto. No se apuntará nadie, pero quien sabe.
Y con la creación de esa lista doy por finalizada la actividad en Facebook por hoy.
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