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Sahumerios y arrebatos

Los milagros de Rubalcaba, el taumaturgo motilón de progreso.

Algo se mueve en el PSOE y lo que se mueve es un motilón que presume de no tener un pelo de tonto y de saberlo todo de todos gracias a su SITEL. Rubalcaba tiene futuro, eso es indudable y lo tiene porque posee poderes taumatúrgicos, algo de lo que carecen sus competidores y que Rajoy no ha visto ni en realidad virtual. Y hoy quiero demostrar que Rubalcaba es un gran milagrero.

Primer milagro. El haber llegado a ser candidato a la presidencia del gobierno es uno de sus milagros más extraordinarios, porque su postulación es contra natura. Si hay algo que tienen claro hasta los miembros de la ANE (Asociación nacional de enterradores) es que jamás nunca en la historia un calvo ha aspirado a la presidencia del gobierno por los partidos mayoritarios y menos que haya conseguido gobernar. La alopecia era y es un baldón de tal calibre que solo un milagro ha podido conseguir soslayarlo.

Segundo milagro. Este es de naturaleza estupefaciente en su primera acepción. Sabemos, porque él mismo lo ha dicho, que Rubalcaba, el gran oidor de SITEL, lo conoce todo de todos, y sin embargo no ha hecho uso de ese caudal de información para conseguir el puesto de candidato. Solo un milagro ha podido hacer que un ser humano que además es persona calva, resista la tentación, pero Rubalcaba lo ha logrado dejándonos a todos babeando estupefactos.

Tercer milagro.  Hace hablar a los dedos de las gentes y verborréicamente a los dedazos. Ha dicho hace nada el gran delfín mutado en tiburón rojo que miles de dedazos le han pedido que se presentase como candidato. Y eso o lo dice un capullo y no deja de ser una capullada, o si no lo es, y Rubalcaba no es un capullo, es que realmente ha hecho hablar a los dedos y dedazos, prodigioso portento ese que causa pasmo y admiración hasta en sus contrarios.

Cuarto milagro. Este se podría llamar el de la puñalada amical que no enemista. Ya está en los libros de historia más madrugadores la que llamarán la Conjuración de la Moncloa, entre Blanco, Rubalcaba, López y otros para darle una puñalada trapera política a ZP y hacerle doblar la cerviz, forzándolo a darle una patada a Chacón en el mismísimo antifonario y a convertirse en el fantasmón faldero de Alfredo. Pero, ¡oh milagro!, tras la puñalada dice Rubalcaba que Zapatero es aun su amigo íntimo. Si eso no es un prodigio que venga la diosa inverecunda (PL) de la trapacería política y lo vea.

Quinto milagro. Esto, más que milagro, es omnisciencia, un don divino. Resulta que Rubalcaba dice que sabe lo que España necesita para los próximos cuatro años, algo fascinante en sí mismo pero que cuando uno se lo piensa encuentra el truco. Porque estoy convencido de que el rey de las martingalas de progreso lo que dice realmente es que sabe que España lo que necesita para los próximos cuatro años es a Rubalcaba.

Sexto milagro. Los cinco anteriores pueden ser discutibles pero este es constatable, evidente y hasta axiomático. Rubalcaba ha logrado, utilizando su taumaturgia, que en España no se hable de crisis, no se diga una palabra de la hecatombe económica, que parezca que todos nuestros problemas, salvo el del pepino, están arreglados. Gran poder el suyo.

Séptimo milagro.  Este es personal, y consiste en que de forma impensable, Rubalcaba casi me tiene ya convencido para que le vote en las próximas elecciones. Me huelo que tendré que someterme a algún exorcismo porque de ninguna de las maneras voy a votar a ese fulero, espero conseguirlo.

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