La auténtica crisis según san Progre, mártir público, laico y virgen.
Vivimos en un país en crisis, los problemas que nos acogotan son de una gravedad rayana en la hecatombe, hoy sabemos dónde estamos pero mañana solo Dios sabe por qué sima andaremos hechos cisco. No obstante debemos dar gracias a la diosa alícuota y estocástica (PL) de la fortuna por la suerte que tenemos los españoles al disponer de unos medios de información que nos mantienen al tanto sobre el busilis oculto del intríngulis tenebroso (+PL) de la crisis.
Hoy tenemos un ejemplo paradigmático de esa labor mediática por mantenernos informados sobre lo que pasa y las implicaciones de lo que ocurre en esta tremebunda crisis. El diario Público, faro y guía de la progresía retroconservadora y cuasi antisistema, nos revela uno de esos gravísimos asuntos que profundizan cada día que pasa la crisis en la que andamos dando boqueadas.
Debemos hablar claro, el problema más grave que nos está triturando el futuro es la progresión del facherío que está ya controlándolo casi todo y el que su desvergüenza antidemocrática haya llegado al extremo de publicar, con dinero público de Aznar, un Diccionario biográfico español en el que califican al dictador Franco de autoritario en lugar de emplear el término de progreso políticamente correcto de totalitario. Eso es un problemón y no los cinco millones de parados ni la proximidad de una quiebra anunciada que no dejan de ser minucias irrelevantes por su nimiedad.
Gracias a Público, que publica en portada y con alarde posicional y tipográfico el notición, sabemos al menos cuantas púas tiene el peine que está desgarrando nuestras tranquilidades. Tras saber eso debemos andar con pies de plomo radiactivo porque esos fachas inclementes comienzan calificando a Franco de autoritario y terminarán conchabados con los mercados para que España resbale y se dé el costalazo irreversible.
Gracias Público, no cejéis nunca ante los sabotajes del facherío extremoderechista que hasta quiere quitarle en Sevilla la calle a la gran dama roja de progreso Pilar Bardem. Si eso ocurre en Sevilla un espeluznante y pavoroso futuro nos espera.
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