El gran chupe de los activos tóxicos.

Ya tenemos otro gran tinglado a la vuelta de la esquina, uno de decenas de miles millones de euros, un río revuelto de mil pares de chanchullos en el que seguro habrá grandes ganancias para toda clase de golfos, apandadores, sinvergüenzas, chorizos y listillos. La solución al desastre de las cajas de ahorro es hacer un numerito propio de un mal trilero, hay que hacer desaparecer la bolita, en este caso los miles de millones de euros que jamás cobrarán las cajas y que llaman activos tóxicos.

La solución es crear dos bancos, en uno meten toda la morralla incobrable, el banco chungo, lo demás lo dejan en otro, el banco fetén, este último sale a bolsa o se busca capital por ahí luciendo sus maravillosos estados de cuentas. Lo jodío es lo que pasa con el banco chungo, porque tendrá pérdidas ya que ahí han colocado el gran agujero. Y aquí intervenimos todos nosotros, el Estado va a avalar de algún modo a los bancos chungos lo que a la postre significará que seremos quienes nos comamos el marrón y después aquí paz y allí descojone.

Hasta ahora nada que objetar salvo una cosita cargada de nimiedad y vestida de fruslería. Sabemos a ciencia cierta que los cientos de miles que tienen su hipoteca con las cajas, cuando dejen de pagarla les embargarán el piso y listo. Pero ¿qué pasa con los dineros que esas cajas han prestado a políticos, partidos, o invertido en obras o asuntos que los políticos han forzado?

No pasará nada, ni mu. Por no pasar ni pedirán a los gestores de esas cajas que se vayan a la calle sin indemnización o con la mínima, seguirán con el momio y tan campantes. Seguiremos en fin sin saber qué chanchullos han generado el desastre de las cajas, hipotecas aparte, total aquí no pasa nada salvo los miles de millones que tendremos que apoquinar.

Si algo saben en este país los políticos es el grandioso arte de socializar las pérdidas.