Un viejo, feo, gordo, calvo, canoso y barrigón besa los pies de Pajín.

Esta mujer incomprendida, esta adalid de la igualdad, esta defensora a ultranza de los discriminados y discriminadas, esta inmarcesible política de nombre Leire Pajín se ha ganado mi gratitud eterna, declaro urbi et orbi que ya me he convertido en admirador irredento de la excelentísima señora ministra del gobierno del Reino de España doña Leire Pajín Iraola.

Soy viejo, feo, gordo, calvo, canoso, barrigón, con barba y gafas y me he sentido discriminado toda mi vida por ser cada una de esas cosas. Sé que a partir de ahora mis atormentadas pesadumbres desaparecerán gracias a la nueva Ley de Igualdad y de lucha contra la discriminación de la sin par ministra Pajín.

Las discriminaciones contra los viejos se acabarán, las exclusiones de los feos por ser feos finalizarán,  la postergación de los calvos por ser calvos se acabará, la arbitrariedad contra los canosos al fin se dará por concluida, las injusticias discriminatorias contra los barrigones verán su fin, la cruel  parcialidad excluyente contra los gafotas terminará, y todo gracias a la labor impagable de la ministra Pajín,  es por eso que beso, en señal de respeto, los pies a doña Leire.

Aunque doña Leire podría hacer aun mucho más, si quisiese, para demostrar que ella predica con el ejemplo, debería echarse un novio viejo para dejar bien claro que no tiene nada que huela a discriminación contra los viejos y ya de paso que fuese feo, lo que nos aclararía que a ella hasta los feos le molan. Pero es que ya puestos ese novio debería ser gordo y así veríamos los gordos que la señora ministra no nos discrimina. Y qué diríamos si ese nuevo partenaire sentimental de Pajín fuese canoso, eso ya nos daría la convicción absoluta de que la ministra hace lo que dice.

Y lo que la convertiría ya en algo digno de figurar en los libros de historia como mujer que lleva a la práctica sus prédicas sería que  su novio llevase barba y gafas.

Vamos que alguien así de parejo de Leire Pajín sería la mejor guinda política que podría poner a su carrera, aunque ahora que lo pienso ese soy yo……. ¡leches!, doña Leire, olvídese de lo que he dicho y mejor búsquese un novio a su gusto…. ¡uffff qué pesadilla!, creo que prefiero mejor seguir discriminado.