Montilla tiene narices, hinchadas, creo.
Me da en la nariz que a mí me toca las narices el que a Montilla se le haya subido el humo a las narices y ande gimoteando por ahí porque la unidad de España le toca las narices. Parece que el gran bachiller Montilla se ha dado de narices con la unidad de España y eso le ha supuesto un trauma de tal envergadura que probablemente piense que el hostiazo que se ha dado contra la unidad de España es de mil pares de narices por lo menos, o dicho de otro modo, la unidad de España es una tortura insoportable.
Para Montilla, el Tribunal Constitucional que les ha dado por bueno casi todo el estatuto, ha llenado la sentencia con ofensas gratuitas y eso le ha movido a poner pies en pared y salir diciendo que está ya hasta las narices de que esos jueces tocapelotas anden metiendo las narices donde no tienen derecho a meterlas.
Aunque parece que este Montilla no sabe donde tiene las narices, está empeñado en defender su derecho a no ver más allá de sus narices autonómicas, o mejor dicho nacionales, y no para de restregarnos por las narices el hecho de que todo lo que ha conseguido España con la sentencia del Constitucional es que los nacionalistas catalanes nos den un día de estos a los demás españoles con la puerta en las narices, ¡tiene narices la cosa!.
Pues a mí me sale de las narices decirle al Montilla de las narices hinchadas que se va a quedar con un palmo de narices, al menos hasta que ZP se apiade de sus narices y que tras recitarle el viejo sortilegio “Sana, sana, naricita catalana” publique algo en el BOE que le satisfaga y que haga que pueda sacar pecho; puede ser la selección catalana de fútbol, el reconocimiento del derecho catalán a la autodeterminación o simplemente la transferencia de las competencias estatales sobre los ejércitos junto con unas decenas de miles de millones de euros.
ZP sabe que o rebaja la hinchazón de las narices de Montilla o puede que este vote en una moción de censura a favor de Rajoy.
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