Sin vacaciones en Sanlúcar.
Llevo ya ocho años sin tener vacaciones, y ciertamente que envidio a quienes las tienen y disfrutan, esto mío son gajes del oficio de agente censal jubilado y lo sobrellevo con humor y entereza. Este verano sin vacaciones lo estoy pasando en Sanlúcar en mi residencia de verano, es la misma que la de invierno pero siempre me ha ilusionado el cambiar de residencia a primeros de julio, simulo así que estoy de vacaciones.
Con las modernas tecnologías, incluída la fotografía digital, uno puede pasar el rato y dejar constancia de su período no vacacional. Yo aprovecho hoy, que no tengo ganas de despotricar de política, y pongo algunas fotos, de las mejorcitas de mi veraneo en Sanlúcar sin vacaciones.
Estas primeras son algunas fotos de parte del entorno, incluye como primicia una del barco que embarrancó ayer al salirse del canal navegable, una plaza de toros con cuerno, y un par de vistas del palacio de Medina Sidonia.
Hace un par de día hice un viaje por los mares del sur, se supone que para pescar peces, al final terminamos pescando gaviotas, que buen trabajo nos dieron para liberarlas del anzuelo. Por primera vez en mi vida conduje un chisme por el mar, y mal que bien pudo cogerle tranquillo al rumbo y al volante. Todo fue estupendamente, salvo una frustración frustrante, que tuvimos a nuestro alrededor un grupo de delfines, las diez tomas que pude hacer han salido desenfocadas, pero a cambio hay otras como la del pecio frente a Doñana que compensan.
Y para terminar, unas chorradas, como la foto de la hija de perra de Calima navegando por la mar océana de la Internet, unas pompas con boato, un par de zarcillos y una foto misterio para que intenten averiguar que es, si gustan.
Dado que no podía faltar una de mis mamarrachadas, como colofón va un autorretrato de la serie que llamo “Retratos en retretes”, a oscuras, con flash y contra el espejo.
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