Zapatero en el país de las gilipolleces.
Esta mañana de domingo he salido de casa, cosa rara en mi en un domingo, para visitar la Biblioteca Regional y pillar algunos libros, cosa esa de abrir los domingos que es de agradecer porque el hecho es justo lo contrario de lo que comento hoy aquí. A la vuelta paré en un kiosco, es de esos ultramodernos, de diseño, lo que yo creo que deberán llamar como KIMU o kioscos integrados en el mobiliario urbano; pues bien, cuando llego le toca el turno a un hombre que le pide un paquete de tabaco al quiosquero, este estaba sentado dentro de su “amplio” negocio, se vuelve hacia atrás donde tiene, dentro del kiosco y a sus espaldas y fuera del alcance del cliente una máquina expendedora de tabaco, no me fijé si le echó dinero, pero sacó de la maquina un paquete, se lo dio al cliente y lo cobró.
Mientras miraba esa escena, que ya anteriormente había observado decenas de veces en otros lugares dedicados a lo mismo, pensaba que justo esa era la estampa de la España de Zapatero, la España de las gilipolleces. Juro que he intentado buscar otra palabra que expresase lo que significa esa escena del quiosquero sacando de una máquina dentro del kiosco un paquete de tabaco para un cliente que está fuera, pero no he dado con ella, porque la verdad es que no le encaja del todo decir que España es un país de bobadas, simplezas, estupideces, necedades, majaderías, despropósitos, disparates, absurdos, dislates o asnadas, que algo de eso tiene, lo de país de gilipolleces creo que le encaja mejor.
Es una gilipollez como la copa de un piano o la tapa de un pino, es al revés pero hace juego con lo que hablamos. Gilipolleces como esa hay muchas y más graves, como el que te acusen de todo lo habido y por haber por lucir la bandera de España, o que nuestros progres rojos socialistas solidarios de izquierdas en el gobierno y sus aledaños se pasen 3 y pico años sin utilizar la palabra España y ahora, porque les han dicho que eso les hará perder votos, nos sacan lo de España hasta en la sopa televisiva pero eso si, pagándolo entre todos aunque ellos son los que hacen de tripas campaña electoral. Gobierno de España no tenemos por más que se anuncie, si acaso lo tenemos de una nueva nación de naciones de naciones antes llamada España.
Es una solemne gilipollez que uno vaya por una autovía, sea fumador, se quede sin tabaco, salga a una gasolinera, ponga gasolina y no pueda comprar allí tabaco, aunque si puede comprar cientos de artículos de todo tipo, en algunas hasta una hamburguesa, con lo malas que son según la otra ministra. A esa actitud en mi pueblo la denominan como tener ganas de joder la marrana solo por joderla.
Es una gilipollez el poner en las máquinas expendedoras de tabaco al alcance del público un mecanismo que activa alguien que te ve para poder sacar tabaco, y así evitar que lo hagan los menores de no se que edad, cuando un mayor puede hacerlo por el chaval y muy legalmente, sacarle un paquete con su dinero y dárselo, cosa que se hace habitualmente.
La gilipollez más grande, mucho más que la pirámide de Keops es el andar combatiendo ahora a ETA a la par que Zapatero les ha permitido y les sigue permitiendo que compren los explosivos y resto de utillaje propio de su oficio con nuestro dinero que sacan de los cargos públicos que han conseguido en las pasadas elecciones, aunque a eso le pega más, lo reconozco, lo de alta, pero muy alta traición.
Y los quiosqueros mientras seguirán sacando paquetes de tabaco de la maquinita que les ha costado un riñón porque a Zapatero y su ministra antitabaco les pareció que esa gilipollez molaba cantidad y de paso le hacían un favor a algún amiguete accionista del negocio de esas maquinitas, que seguro que alguno habrá.
Mientras miraba esa escena, que ya anteriormente había observado decenas de veces en otros lugares dedicados a lo mismo, pensaba que justo esa era la estampa de la España de Zapatero, la España de las gilipolleces. Juro que he intentado buscar otra palabra que expresase lo que significa esa escena del quiosquero sacando de una máquina dentro del kiosco un paquete de tabaco para un cliente que está fuera, pero no he dado con ella, porque la verdad es que no le encaja del todo decir que España es un país de bobadas, simplezas, estupideces, necedades, majaderías, despropósitos, disparates, absurdos, dislates o asnadas, que algo de eso tiene, lo de país de gilipolleces creo que le encaja mejor.
Es una gilipollez como la copa de un piano o la tapa de un pino, es al revés pero hace juego con lo que hablamos. Gilipolleces como esa hay muchas y más graves, como el que te acusen de todo lo habido y por haber por lucir la bandera de España, o que nuestros progres rojos socialistas solidarios de izquierdas en el gobierno y sus aledaños se pasen 3 y pico años sin utilizar la palabra España y ahora, porque les han dicho que eso les hará perder votos, nos sacan lo de España hasta en la sopa televisiva pero eso si, pagándolo entre todos aunque ellos son los que hacen de tripas campaña electoral. Gobierno de España no tenemos por más que se anuncie, si acaso lo tenemos de una nueva nación de naciones de naciones antes llamada España.
Es una solemne gilipollez que uno vaya por una autovía, sea fumador, se quede sin tabaco, salga a una gasolinera, ponga gasolina y no pueda comprar allí tabaco, aunque si puede comprar cientos de artículos de todo tipo, en algunas hasta una hamburguesa, con lo malas que son según la otra ministra. A esa actitud en mi pueblo la denominan como tener ganas de joder la marrana solo por joderla.
Es una gilipollez el poner en las máquinas expendedoras de tabaco al alcance del público un mecanismo que activa alguien que te ve para poder sacar tabaco, y así evitar que lo hagan los menores de no se que edad, cuando un mayor puede hacerlo por el chaval y muy legalmente, sacarle un paquete con su dinero y dárselo, cosa que se hace habitualmente.
La gilipollez más grande, mucho más que la pirámide de Keops es el andar combatiendo ahora a ETA a la par que Zapatero les ha permitido y les sigue permitiendo que compren los explosivos y resto de utillaje propio de su oficio con nuestro dinero que sacan de los cargos públicos que han conseguido en las pasadas elecciones, aunque a eso le pega más, lo reconozco, lo de alta, pero muy alta traición.
Y los quiosqueros mientras seguirán sacando paquetes de tabaco de la maquinita que les ha costado un riñón porque a Zapatero y su ministra antitabaco les pareció que esa gilipollez molaba cantidad y de paso le hacían un favor a algún amiguete accionista del negocio de esas maquinitas, que seguro que alguno habrá.
1 comentario
Javier -
Y conste que no soy fumador, o mejor, soy no fumador y que me molesta el humo del tabaco, pero es que eso de prohibir la venta personal y permitir la venta automática es algo verdaderamente estúpido.
Saludos.