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Sahumerios y arrebatos

Largo me lo fiáis, señora.

Dicen que se pilla antes a un mentiroso que a un cojo, y eso pasa hoy con nuestra sin par vicepresidenta según un artículo de El País donde viene a decir que, siguiendo la política de Zapatero de que toda mentira hoy puede que sea verdad mañana, “los resultados de las políticas de inmigración que ha puesto en marcha el Ejecutivo no se verán "de la noche a la mañana, sino que serán efectivos a medio plazo"

Si no estuviésemos ya al tanto de sus mentiras podríamos darle un margen de confianza y esperar a que se cumpla el medio plazo antes de criticar a esa brillante mujer vicepresidenta, pero es que ni siquiera nos deja esa posibilidad, pues ella misma se llama a sí misma mentirosa unas frases después al decir “
Este Gobierno ha abordado el fenómeno de la inmigración con compromiso, desde el rigor y desde la responsabilidad. Y en esa línea estamos trabajando desde el primer día, sabiendo que nos enfrentamos a un tema muy complicado”. O sea, que si llevan con esas políticas desde el primer día y ya ha pasado más de media legislatura, es señal de que ya se ha cumplido el medio plazo del que hablaba, luego si reconoce que aun no se han cumplido y se agarra la señora otro medio plazo es señal de que nos miente y nos toma el pelo como es habitual. Esta gran mujer es una acaparadora de medios plazos.

Esta es esa mujer que salía hace semanas diciendo que los inmigrantes ilegales sin papeles serían todos ellos devueltos a sus países de origen, pero que a la fecha que yo sepa esa política no se esta poniendo en marcha, bueno salvo ese paseo que se dio un avión al África subsahariana cargado de inmigrantes para expulsar de España, pero que le hicieron volver y los funcionarios, imagino que por orden de la superioridad política, los dejaron sueltos en Madrid.

Y digo yo, no sería más rentable que en lugar de dar millones y millones a los dictadorzuelos subsaharianos por aceptar repatriaciones, se organizase un sistema de reaprovisionamiento de cayucos y pateras, o incluso de renovación de modo tal que todo cayuco que se encontrase en el mar, seria reaprovisionado de todo, combustible, agua, alimentos, y si estaba en mal estado por otro mejor, y se les hacia dar media vuelta a todos los que su estado de salud lo permitiese, y que volviesen al lugar de donde salieron. Eso si, acompañados por algún buque que garantizase su seguridad.

No obstante estamos hablando en realidad de lo que en mi pueblo llaman el chocolate del loro, todos los medios hablan de cayucos, pateras y cifras de personas que entran en España de ese modo, pero la cruda realidad es que por la frontera con Francia y por los aeropuertos, por cada inmigrante que llega por mar entran por esos sitios 30 o vaya usted a saber cuantos, y de eso nadie da cifras, ni habla.

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