Breve período se dice en zapaterés para siempre y en nacionalistés fase del ciclo reivindicativo
Fue el 21 de febrero, y parece que fue hace años, decía Zapatero que el estatuto de Cataluña que se estaba debatiendo, cuando se aprobase “sería para siempre”.
Me he cansado de escribir sobre la candorosa ingenuidad simulada de Zapatero para mentirse a si mismo y a todos nosotros, pues sabe como todos sabemos que el ansia reivindicativa de los nacionalistas es insaciable e interminable.
Hoy debo agradecer al eminentísimo nacionalista español y gran luchador por la independencia de Cataluña, señor Pérez, más conocido por Carod Rovira, que haya puesto nombre a la ávida codicia irredenta que les satura. En una noticia de hoy nos confirma todas nuestras viejas certidumbres, llama a la glotonería pedigüeña nacionalista “Ciclos reivindicativos”. Solo por esta aportación al acervo conceptual debería ser premiado con un nombramiento como miembro de la Real Academia de la Lengua, menos méritos hizo Cebrian y ahí lo tienen.
Parece mentira, pero a Zapatero empiezan a darle por todos lados, y él sigue erre que erre intentando convencernos de que sus arcangélicos sueños, fabricados a base de burdas martingalas, son realidades fehacientes. Un estatuto catalán para siempre, hay que echarle de piensar, digo de pensar, aparte a nuestro presidente.
Quien me iba a decir a mi que un día escribiría un sentido “¡Gracias Carod!.“
La Hoja de Ruta de Zapatero al infierno da un traspiés que nos confirma que estamos más cerca del precipicio de lo estimado.
Me he cansado de escribir sobre la candorosa ingenuidad simulada de Zapatero para mentirse a si mismo y a todos nosotros, pues sabe como todos sabemos que el ansia reivindicativa de los nacionalistas es insaciable e interminable.
Hoy debo agradecer al eminentísimo nacionalista español y gran luchador por la independencia de Cataluña, señor Pérez, más conocido por Carod Rovira, que haya puesto nombre a la ávida codicia irredenta que les satura. En una noticia de hoy nos confirma todas nuestras viejas certidumbres, llama a la glotonería pedigüeña nacionalista “Ciclos reivindicativos”. Solo por esta aportación al acervo conceptual debería ser premiado con un nombramiento como miembro de la Real Academia de la Lengua, menos méritos hizo Cebrian y ahí lo tienen.
Parece mentira, pero a Zapatero empiezan a darle por todos lados, y él sigue erre que erre intentando convencernos de que sus arcangélicos sueños, fabricados a base de burdas martingalas, son realidades fehacientes. Un estatuto catalán para siempre, hay que echarle de piensar, digo de pensar, aparte a nuestro presidente.
Quien me iba a decir a mi que un día escribiría un sentido “¡Gracias Carod!.“
La Hoja de Ruta de Zapatero al infierno da un traspiés que nos confirma que estamos más cerca del precipicio de lo estimado.
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