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Sahumerios y arrebatos

El cine y la 2ª Ley de la termodinámica

21-11-05
 
La otra noche estaba viendo una película del Van Damm, en ella se repetía una escena vista miles de veces. El chico (así llamábamos de pequeños al protagonista) se peleaba a puñetazos con el malo. El malo, utilizando tanto artimañas como triquiñuelas, le daba al chico una somanta de palos, dejándolo hecho polvo. Cuando ya todos pensamos que va a darle la puntilla, pasa algo, da igual lo que sea, y el chico se levanta y a pesar de estar echo un ecce homo,  vapulea al malo tal y como se merece.
 
Ya se que esta forma de desarrollarse las peleas a puñetazos en el cine viene forzada por el hecho de la duración de tales espectáculos, pues si sabiendo todos como lo sabemos, que el chico siempre puede más que el malo,  le zumba de buenas a primeras y lo tumba, la escena duraría contados dos minutos. Con el planteamiento clásico se consigue una entretenida escena de unos 10 a 15 minutos en algunos casos.
 
Lo que no saben los cineastas es que con esas propuestas de lucha están atentando contra la 2ª Ley de la termodinámica, la llamada Ley de la Entropía.
 
En Termodinámica se reconoce a una 1ª Ley de la Termodinámica, conocida como "Ley de conservación de la energía" y que establece que hay cierta magnitud llamada "energía", la cual no varía con los múltiples cambios que ocurren en la naturaleza. Y se reconoce además a una 2ª Ley de la Termodinámica, la cual establece, por su parte, que existe otra magnitud llamada "entropía", que permanece constante en algunas transformaciones y que aumenta en otras, sin disminuir jamás. Aquellas trasformaciones en las cuales la entropía aumenta, se denominan "procesos irreversibles". La entropía digamos que mide el desorden, o la desorganización y viene a decir esa ley que si algo esta jodido sigue jodido salvo que algo externo al sistema fastidiado haga algo para arreglarlo.
 
En física siempre se pone el mismo ejemplo del vaso y la mesa. A lo largo de nuestra vida podremos ver muchísimas veces como un vaso cae de una mesa y se hace añicos, pero jamás veremos un puñado de añicos caerse de la mesa y convertirse en un vaso. O sea, la entropía puede aumentar, pero nunca disminuir.
 
Creo que ya estamos preparados para apreciar cómo el cine atenta contra la ley de la entropía. Nuestro protagonista queda hecho polvo, molido, deshecho, y su sistema por si mismo, sin intervención externa alguna, se rehace, se recompone, se reorganiza y como resultado queda capacitado para moler a palos al malvado.
 
Propongo que los directores de cine reciban algunas lecciones de física, y nos ahorraremos aberraciones como la narrada o como la típica de oír los disparos láser en el espacio, cuando todos sabemos que en el espacio el sonido no se transmite por el vacío. Pensemos que si con igual desparpajo con el que los cineastas pasan de la Física, pasasen de la química, veríamos en las películas hacer dulces a base de sal o pólvora con polvo de ladrillo. ¿A que eso nunca lo han visto?, eso es porque las gentes del cine siempre han aborrecido la física, pero jamás el físico.

1 comentario

Anónimo -

Gracias por no haberte dedicado a hacer cine. Leyes, física, química... el cine es fantasía. Piolín