La muerte no iguala.
13-11-05
La explosión del otro día en un piso de Tarragona, me ha recordado algo que vengo siguiendo hace muchos años, y es la desigualdad en la muerte. No es lo mismo que la explosión sea de butano y provocado por un pirao suicida a que sea de dinamita y provocada por otro pirao suicida o no. En el primer caso los afectados serán tratados como un muerto más, sus deudos no verán un euro, sin embargo si la explosión es de dinamita, ya son victimas del terrorismo y sus familiares recibirán ayudas económicas relativamente importantes.
Pero la cosa no queda ahí, no es lo mismo que la espiches tu solo en un accidente de tráfico a que te vayas al otro barrio con mas gente, por ejemplo en un autobús, el tratamiento de la noticia no es el mismo y sobre todo, si te mueres solo, solo sigues, pero si es con mas gente, por lo menos a tus familiares los llevan y los traen y les ponen “expertos sicólogos”. Siempre me he preguntado el porque los expertos sicólogos solo actúan en casos luctuosos digamos mas o menos masivos.
Donde se ve mas claro que la muerte no iguala es en las provocadas por catástrofes naturales.
Muerte sin subvención.
.
Pedro dormía la siesta,
el infortunio asesino
bajó del cielo a su casa
vestido de rayo tronante.
Pedro pasó de la siesta
en un instante perverso
al sueño del no retorno
junto a su casa quemada.
Pedro tuvo un funeral
muy escaso en asistencia,
un cura de rezo veloz,
el llanto de la viuda
sus tres hijos y pocos mas.
Cuatro quedaron sin techo
mendigando un tejado,
sin ropas y sin enseres,
allá quedaron los cuatro
llorando su desamparo.
Seis meses mas tarde.....
Pablo dormía la siesta,
el infortunio asesino
bajó del monte a su casa
vestido de piedras y lodo.
Pablo pasó de la siesta
en un instante perverso
al sueño del no retorno
junto a su casa arrasada.
Pablo tuvo un funeral
abundante en asistencia
tres obispos, treinta curas,
alcaldes y autoridades,
cuatro ministros de España,
cientos y cientos de gentes,
y el Príncipe de Asturias.
Telegramas de condolencia
llegaron de altas instancias,
del mismísimo Papa de Roma,
del autentico Rey de España,
del presidente de Francia,
y cientos mas que no recuerdo.
A los familiares de Pablo
les dieron cama de hotel,
comida la necesaria,
a la espera de recibir
una nueva vivienda,
con cargo a fondos perdidos.
De todas partes de España
recibieron donaciones,
ropas de abrigo y enseres
una pensión oficial,
apoyo de expertos psicólogos
páginas en los periódicos,
horas y horas de radio,
televisión en horas punta.
Maruja, viuda de Pedro
cada vez que ve a María
la triste viuda de Pablo,
le dice con cierta envidia:
"!Ay María¡, a los dos mató
la cruel naturaleza,
que suerte tuviste tú,
que se llevase a tu Pablo
junto a doscientos mas."
(Orel. 17 de noviembre de 1.998)
La explosión del otro día en un piso de Tarragona, me ha recordado algo que vengo siguiendo hace muchos años, y es la desigualdad en la muerte. No es lo mismo que la explosión sea de butano y provocado por un pirao suicida a que sea de dinamita y provocada por otro pirao suicida o no. En el primer caso los afectados serán tratados como un muerto más, sus deudos no verán un euro, sin embargo si la explosión es de dinamita, ya son victimas del terrorismo y sus familiares recibirán ayudas económicas relativamente importantes.
Pero la cosa no queda ahí, no es lo mismo que la espiches tu solo en un accidente de tráfico a que te vayas al otro barrio con mas gente, por ejemplo en un autobús, el tratamiento de la noticia no es el mismo y sobre todo, si te mueres solo, solo sigues, pero si es con mas gente, por lo menos a tus familiares los llevan y los traen y les ponen “expertos sicólogos”. Siempre me he preguntado el porque los expertos sicólogos solo actúan en casos luctuosos digamos mas o menos masivos.
Donde se ve mas claro que la muerte no iguala es en las provocadas por catástrofes naturales.
Muerte sin subvención.
.
Pedro dormía la siesta,
el infortunio asesino
bajó del cielo a su casa
vestido de rayo tronante.
Pedro pasó de la siesta
en un instante perverso
al sueño del no retorno
junto a su casa quemada.
Pedro tuvo un funeral
muy escaso en asistencia,
un cura de rezo veloz,
el llanto de la viuda
sus tres hijos y pocos mas.
Cuatro quedaron sin techo
mendigando un tejado,
sin ropas y sin enseres,
allá quedaron los cuatro
llorando su desamparo.
Seis meses mas tarde.....
Pablo dormía la siesta,
el infortunio asesino
bajó del monte a su casa
vestido de piedras y lodo.
Pablo pasó de la siesta
en un instante perverso
al sueño del no retorno
junto a su casa arrasada.
Pablo tuvo un funeral
abundante en asistencia
tres obispos, treinta curas,
alcaldes y autoridades,
cuatro ministros de España,
cientos y cientos de gentes,
y el Príncipe de Asturias.
Telegramas de condolencia
llegaron de altas instancias,
del mismísimo Papa de Roma,
del autentico Rey de España,
del presidente de Francia,
y cientos mas que no recuerdo.
A los familiares de Pablo
les dieron cama de hotel,
comida la necesaria,
a la espera de recibir
una nueva vivienda,
con cargo a fondos perdidos.
De todas partes de España
recibieron donaciones,
ropas de abrigo y enseres
una pensión oficial,
apoyo de expertos psicólogos
páginas en los periódicos,
horas y horas de radio,
televisión en horas punta.
Maruja, viuda de Pedro
cada vez que ve a María
la triste viuda de Pablo,
le dice con cierta envidia:
"!Ay María¡, a los dos mató
la cruel naturaleza,
que suerte tuviste tú,
que se llevase a tu Pablo
junto a doscientos mas."
(Orel. 17 de noviembre de 1.998)
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