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Sahumerios y arrebatos

¡Increíble!, El País demuestra que ZP, Rubalcaba y Rajoy mienten vilmente sobre ETA.

Pero qué cierto es eso de que se coge antes a un mentiroso que a un cojo. Que mienten todos quienes sostienen que lo del paripé finiquitador de ETA es una victoria de “los demócratas” conseguida sin concesiones a ETA, lo demuestran los mismos grandes medios que apalancan esa ignominiosa mentira. Hoy es El País el que da pelos y señales de las grandes mentiras que nos quieren colar todos del Rey para abajo.

Para empezar en el gran editorial dominical, auténtica palabra de dios laico, es el principal sermón semanal que dirigen los clérigos progres de PRISA a sus fieles. Y ni más ni menos que dicen, Rajoy dijo que el final de ETA ha sido sin concesiones, pero miente. Que Rubalcaba va diciendo que esto es una victoria limpia sin dar nada a ETA, pero miente. Que ZP dice que se ha logrado el fin de ETA con eso del Estado de Derecho, pero miente también.

Titulan los grandes predicadores de El País su editorial “Presos y víctimas”, asquerosa igualación esa, pero además subtitulan “Consolidar el fin de la violencia lleva a consensuar el futuro de los etarras condenados y huidos”. ¡Toma mendacidad hecha concesiones!

Vamos que se reúne la Asociación nacional de violadores y maltratadores y sacan un comunicado diciendo que no volverán a violar ni a maltratar y ya tenemos que ponerlos en la calle porque son unos santitos. Para vomitar.

Si no fuese tan doloroso esto, juro que me estaría partiendo el culo de risa tras leer el primer párrafo de ese editorial que confirma de nuevo la gran mentira de todos:

Los principales líderes políticos vascos y españoles (Patxi López y Basagoiti, Urkullu, Zapatero y Rajoy, Rubalcaba) han estado a la altura que exigía el anuncio del fin del terrorismo de ETA en su primera reacción prudente y alejada de todo partidismo. Ahora se trata de mantener esa sintonía básica a fin de consensuar una política sobre el fin de la banda que lo haga realmente irreversible; de crear las condiciones para que sea imposible o muy improbable la marcha atrás.”

Lo bueno de los chicos zopencos y asnales de El País es que queriendo pontificar demuestran fehacientemente las grandes falacias que nos quieren hacer pasar por enormes verdades. O sea que tras derrotar a ETA, tras llevarla a su desaparición, tras anularla sin más ni más, solo habiéndola combatido, ahora hay que consensuar una política sobre el fin de ETA y ríanse, “sobre el fin de la banda que lo haga realmente irreversible”.

O sea que de definitivo lo de ETA era una mentira gorda, como decimos algunos, que lo de que no hay ni ha habido ni habrán concesiones es otra mentira ya que hay que darles cositas a los etarras para que no vuelvan a matar. Pero cuanta sinvergonzonería, leches.

Y El País sigue dando datos que prueban la asquerosa, ruin e ignominiosa mentira de Zapatero, Rajoy, Rubalcaba y muchos más. En un artículo publicado hoy y que titulan “Desactivados, pero armados

ETA ha escenificado su final en numerosos comunicados en los que asegura que "las armas se enterrarán como garantía del cumplimiento de los acuerdos políticos suscritos con los Gobiernos español y francés". La destrucción solo se llevará a cabo cuando se logre el "acuerdo político amplio" que se citaba en uno de los últimos documentos intervenidos a la banda. Un plan final en el que aspiran a que los presos queden en libertad, los "refugiados" (huidos) vuelvan a sus casas, el Ejército y las Fuerzas de Seguridad del Estado salgan del País Vasco y se celebre un referéndum sobre la integración de Navarra en Euskadi, sus viejas reivindicaciones.

Vamos, que es la Alternativa Kas de siempre al completo, y si no le hacen caso, desentierran las armas y a seguir trabajando el terror. Esa es la cruda realidad que todos nuestros políticos quieren que olvidemos y muchos papanatas creen a pies juntillas, que será todo gratis. Mentirosos, rastreros, ruines, viles, indignos, despreciables, mezquinos, felones y villanos son estos Zapatero, Rajoy y Rubalcaba. Como dicen modernamente, ¡pero qué fuerte, tío, qué fuerte!.

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