Sobreprotección y olvido de las pipas.

Los niños menores de 8 años no podrán inflar globos sin supervisión, no sea que se traguen el globo, bien. Tampoco podrán usar silbatos ni matasuegras porque tienen piezas pequeñas que pueden tragarse, bien. Pero ¿y las pipas?

Carezco de datos, evidentemente, pero la lógica me dice que si la bolita esférica que lleva un pito puede ser peligrosa para un niño si se la traga, ¿cuánto más peligrosas no serán las cáscaras de pipas?

Y me pregunto yo, si en muchos pitos la bolita es del tamaño de una semilla de uva, ¿qué pasa con la uva?, ¿porqué no se prohíbe que la coman los niños sin supervisión?

Según la Comisión Europea, que es la que establece las prohibiciones, esta legislación intenta prevenir las “historias de horror” que suponen los ahogamientos de niños por tragar ciertas cosas. Bien.

Sabiendo que un grano no hace granero, y que mi caso particular no significa nada estadísticamente, yo, que tengo tres hijos, vi como mi hija mayor con 4 años se ahogaba y no sabía por qué, hasta que le di golpes en la espalda y arrojo un trocito de la tapa metálica de un yogur. Y eso me lleva a preguntar ¿porqué no prohibir las tapas metálicas de los yogures?

Y si hablamos del riesgo de tragar piezas pequeñas de los juguetes, ¿qué pasa con los huesos pequeños de conejos, pollos, perdices y similares?, no entiendo que no se prohíban para todo el mundo ya que todo el mundo puede ser protagonista de historias de horror de ahogamiento.

Y si me paro a pensar, seguro hay cientos de otras cosas que tienen un riesgo similar o mayor que un pito y que no se tienen en cuenta. Tanto sobreproteger y luego van y la cagan olvidando lo más peligroso, ya digo, las pipas.