El País se vuelve negacionista del clima.
No sé a dónde vamos a llegar, este mundo está yendo hacia donde era impensable no hace mucho. Hoy El País se nos vuelve negacionista del clima, y eso es imperdonable en un medio que ha hecho del cambio climático del calentamiento global bandera y fuente de ingresos y ha luchado a brazo partido contra todos quienes opinábamos que eso del calentamiento global es una filfa. Esta gente de PRISA anda desnortada.
El País, el mayor acojonador climático de este país junto con El Mundo, publica hoy un artículo con presencia destacada en portada que titula “Quitarse la corbata no salvará el clima”, vamos, puro negacionismo porque de todos es sabido que no usar corbata ayuda a salvar el clima y al planeta.
No somos nadie, si El País se ha vuelto negacionista, ¿qué nos queda?, ¿en quién confiaremos a partir de ahora para saber qué tenemos que hacer para salvar el planeta?, ¿cuánto le ha sacado El País a las petroleras por volverse negacionista?, ¿qué busca realmente ese medio, antaño tan verde, haciéndose negacionista?
Porque pruebas hay en su hemeroteca de que han usado con fruición el término negacionista, peyorativo e insultante en extremo, y es de justicia usarlo con ellos por una vez. Se puede ver este artículo de marzo de 2009 titulado “Cumbre mundial de negacionistas”, y otros muchos que es posible localizar fácilmente en su hemeroteca.
Lo dicho, si El País se ha vuelto negacionista es señal de que el barco del calentamiento global se está hundiendo, porque estos usan siempre la técnica de las ratas, dos días antes de hundirse cualquier navío en el que anden embarcados salen huyendo cambiando en el trasiego de chaqueta.
No obstante y a pesar de lo que diga El País, yo seguiré sin usar corbata porque quiero salvar el planeta, si los negacionistas de PRISA quieren joder ahora al planeta es su problema.
NOTA: ya sé que este artículo es demagogia pura y tendencioso a conciencia, y que El País no se ha vuelto negacionista, pero uno en la guerra como en la guerra. Aprovecho y uso sus propias técnicas de desinformación, a mi pequeñísima escala, desde luego. Que tomen un microgramo de su propia medicina les viene bien, aunque sé que esto ni lo leerán, no llego a tanto.
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