Caraduras, trileros y herencias negativas.
Ha nacido una nueva teoría política, la de las herencias negativas. En sí misma es casi una genialidad, la única pega que le veo es que es la genialidad de una caterva de caraduras desvergonzados para quitarse el muerto de la hecatombe esta de encima.
La teoría dice: ¡Tío!, si has ganado las elecciones, te encuentras que las cuentas están falseadas, la caja está vacía, una deuda monstruosa, cientos de millones en facturas sin pagar y un futuro más negro que la boca de un lobo blanco, te jodes, te callas, te embaúlas la herencia negativa y te apañas como puedas, ¡so mamón!
Porque, hablemos claro, los socialistas de progreso con valores no han hecho nada punible, condenable, criticable y aun menos algo por lo que se les tenga que exigir responsabilidades. Ellos solo han gestionado y lo han hecho de maravilla, pero si como resultado de la crisis, de la maldad de los mercados y de la mala política de Aznar se han generado desajustes nimios y puntuales en las cuentas, pues no es algo como para que los tipos del PP se pongan a rasgarse las vestiduras.
El vice Chaves bien que se lo ha dicho a Cospedal, según Europa Press con este depurado estilo de trilero de tres al cuarto:
“los nuevos gobiernos autonómicos surgidos de las elecciones del 22 de mayo pueden recibir "herencias buenas" o "herencias en parte negativas" y que si esto ocurre, deben asumirlas, porque "para eso han ganado las elecciones".”
Es evidente que los miramelindos acojonaillos del PP no echarán mano del sistema Islandés, el de poner ente la justicia a todos esos atilas de poca monta y grandes capacidades de generar desastres del PSOE porque saben que en sus filas también los hay igualitos o peores.
Al final, y por duro que parezca, tal para cual, aunque uno sea un poco menos tal y otro un más cual. Todo forma parte del gran juego, Rajoy lo sabe, y por eso participa y juega según las reglas que rigen el Patio de Monipodio (PL) en que se ha convertido la política española.
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