Moratinos vuelve a ser mi ídolo.
Echaba en falta a este gran hombre. Sin él, mi vida estos años no ha sido lo mismo, y no es que echase en falta su don de lenguas ni sus discursos en lingala, he echado en falta al hombre, al político, en definitiva al payaso.
Pero Moratinos ha vuelto y espero que para mucho tiempo. Su postulación al cargo de mandamás de la FAO, ha posibilitado su vuelta a los medios y por tanto un renovado acceso a su saber. Este hombre es ya para muchos es un mákina, con ka de lumbrera. Vamos, que tiene la solución al hambre en el mundo y la tiene muy estudiada, diagramada y hasta metodologizada. Está claro que si no lo eligen será porque los que andan en el momio de la FAO no quieren que el hambre deje de ser.
Este hombre tan versado, asegura que si sale elegido erradicará el hambre en el mundo. Así de contundente aparece en una entrevista en el diario El Mundo.
“P.- ¿Continua entonces convencido de poder erradicar el hambre en el mundo?
R.- Absolutamente sí, más que nunca.”
Es mi hombre, es de nuevo mi ídolo. Si el mundo prescinde de este portento de dignatario significará que el mundo no quiere la salvación que Moratinos personifica.
Su “Erradicaré el hambre” convierte a Moratinos en algo nuevo, en auténtico rey del apotegma (PL), la galaxia La Vía Láctea parece distinta bajo la luz que emana de este insigne gran hombre.
Lo preocupante de este grotesco esperpento no es que sea un falsario, que no lo es; el mákina, con ka de fantoche, se cree lo que dice.
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