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Sahumerios y arrebatos

Cataluña ha votado la independencia de juguete.

Han finalizado las llamadas consultas soberanistas, un precioso juego participativo inventado en Cataluña para enseñar a la gente cómo se puede llegar a la independencia por la vía del juego. El sí a la independencia ha ganado, como no podía ser menos, y ahora uno se pregunta qué harán con los resultados, si llevarlos a la ONU o simplemente disfrutar del éxito obtenido.

Es bonito jugar, nada que objetar. Y respecto al empleo que se le dará al resultado yo intuyo cual puede ser. Imagino que en las próximas exigencias de la administración catalana al Estado se utilizará un argumento de peso del tipo o nos dais lo que pedimos o nos vamos de España. Porque considero loable el querer rentabilizar el esfuerzo realizado.

Lo único que me molesta es que no podamos jugar todos, creo que alguna plataforma ciudadana debería comenzar a realizar consultas sobre el soberanismo catalán en todo el resto de España preguntándonos si queremos, no queremos, exigimos o forzamos a que Cataluña se vaya de España. Quien sabe, igual los soberanistas catalanes se llevaban una morrocotuda sorpresa y encontraban millones de aliados para su tesis independentista.

Otra alternativa a consultar podría ser la de averiguar, via referéndum de juguete, qué regiones españolas querrían asociarse con la Cataluña independiente, sería bonito por ejemplo que Ceuta o Melilla votasen para que Cataluña las anexionase.

Mi voto lo tengo claro, que en cuanto el Moisés catalán vaya a Madrit para decir eso de “Deja marchar a mi pueblo” se les deje ir y para que la travesía de su Sinaí no sea traumática se les proporcione la financiación suficiente, no sé, algó así como medio billón de euros, que es lo menos que necesitarán.

Solo veo un problema gordo tirando a enorme, ¿qué pasará con los españoles que viven en Cataluña y que quieran seguir siendo españoles?

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