Debilidad del PSOE por deshilachamiento.
Reconozco que da gusto que el periódico de uno le informe a uno claramente de las cosas que pasan y encima que uno, aun siendo cortico, comprenda los intríngulis de la cosa aunque no llegue a entenderlos. El periódico de mis desvelos y dedicaciones, El País, se dedica este domingo a aclararnos la situación que atraviesa el PSOE. Y reconozco que lo hacen sin los habituales botes de humo, cosa muy de agradecer, esta vez en lugar de la cortina de humo impenetrable nos informan con una cortinilla de humo un tanto deshilachada.
En la portada de su edición en papel nos dicen que “El debate por la sucesión de Zapatero debilita al PSOE”, algo tan grave como para que uno se preocupe si no es del PSOE porque si es del PSOE igual hasta se alegra por la desaparición de ZP del horizonte electoral. Lo que nos dejan claro es que ZP no es el problema, sino que debatir sobre su sucesión, algo que no está aun asegurado, eso debilita.
En la versión digital nos concretan aún más la repercusión que el debate sobre los delfines de ZP tiene en el partido de los socialistas de progreso. Aquí “El debate sucesorio deshilacha al PSOE”. Con esta información ya no caben dudas acerca de qué es lo que produce realmente la debilidad del PSOE.
El PSOE siempre ha sido para sus hombres y mujeres de progreso un tupido tejido, bien hilado, que daba cobijo y sostén a todos ellos. Es de cajón que si una tela se deshilacha se debilita y ya no podrá proporcionar sostén a tanto sostenido, lo que con seguridad acabaría produciendo desgarros y rasgaduras imposibles de volver a coser. Y seguro que más de uno se preguntará al igual que yo me pregunto, ¿y cómo se evita el deshilachamiento del PSOE y el riesgo de desgarro?
Solo hay una respuesta, no debatiendo sobre quién sucederá a ZP y asumiendo que el sucesor que le suceda para dar continuidad a sus grandes logros debe ser Rubalcaba y no se hable más. Debatir que si la candidata ideal es Carmen Chacón, a la que no paran de recordar que amparó a Rubianes tras su famoso “puta España", o si sería Bono que arrastra tras de sí toda una hípica, algo incompatible con un socialista adalid de lo social, eso debilita. En cambio, asumir sin más que Rubalcaba es la gran esperanza de progreso para ganar al PP, eso refuerza la urdimbre del PSOE.
Además, conseguir que Rubalcaba llegue a presidente del Gobierno sería algo grandioso, la ruptura del último tabú que queda en este país, ese que dice que jamás nunca un calvo ganará unas elecciones generales. El País lucha por su candidato y es evidente que lo hace mucho mejor que el otro faro de la progresía, Público, lo hace por los suyos.
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