Se fumó y dejamos de ser parias sociales unas horas.

A pesar de estar metidos de hoz y coz en el invierno y a pesar de ser esto Murcia, el frío que anoche hacía lo hacía con alevosía y eso es algo que pudimos comprobar los fumadores que acudimos a aquel bar a cenar de tapeo las veces que coincidimos en la aterida puerta del lugar ejerciendo nuestro nuevo papel de miembros de la casta de los intocables que Zapatero y su Leire han diseñado para nosotros.

Lo único positivo para los fumadores de la nueva norma persecutoria pajinera es que sirve y mucho para ligar. Tiritar a la intemperie en compañía, sentirse un descastado intocable arropado por sus iguales, percibir la nueva situación de  repudiados semidelincuentes con otros estigmatizados fumadores ayuda a romper el hielo, a iniciar contactos, a charlar, en definitiva a ligar.

Tras ligar varias veces al raso criogenizado, comenzó a correr por el bar un rumor susurrante, dentro de 20 minutos podríamos fumar allí sin tener que salir a las gélidas tinieblas exteriores. Las sonrisas florecieron en todos los rostros, comenzó un proceso de recuperación de viejas y sanas costumbres, y pasados los 20 minutos aparecieron sobre las mesas y como por ensalmo los tan denostados ceniceros.

El dueño del bar, harto de perder volumen de negocio y viendo que con el personal de las dos celebraciones tenía el bar lleno, cerró la puerta, apagó la mitad de las luces y autorizó fumar en un local que ya no era público, se jartó a vender copas que de otro modo no hubiese vendido y nosotros pasamos unas horas estupendas entre volutas de humo como en los viejos y añorados tiempos, sin acordarnos, como hacemos al fumar en la puerta, del mandangas de ZP y su nerona Pajín.

Durante una parte de la noche dejamos de ser parias sociales acosados y volvimos a ser ciudadanos ejerciendo su libertad. Es preciso decir que se avisó que se fumaría para que quien quisiese no aspirar humos ajenos cambiase de lugar, nadie abandonó aquel barco de la libertad navegando a toda vela impulsado por humos de satisfecha libertad.

Se precisa una sonada rebelión cívica contra el recorte de libertades que supone la dictatorial ley antitabaco de ZP y puede que suene.