La progresía quiere botar a Franco.
Aunque parezca de risa, los hombres y mujeres con valores de progreso, algunos al menos, andan empeñados en derrotar a Franco. Intentaron someterlo a juicio de la mano del ínclito juez imputado Garzón aun sabiendo que el dictador la había palmado hacía décadas. Andan desde hace tiempo intentando borrar su memoria y lo único que consiguen es que tengamos al tal Franco hasta en la sopa y siguen sin poder con él. Ya lo último de la último, el no va más de este fachoso desvarío contra el dictador al que muchos de ellos aplaudían en vida, es proponer a la izquierda de progreso y con valores multifunción que entre todos boten a Franco. Lo que faltaba por ver.
Resulta que han llegado a la conclusión de que el más grave problema nacional, el que genera la controversia más peligrosa para nuestra convivencia es la ubicación de los huesos del dictador en donde se hallan ahora. Que los restos de Franco estén en el Valle de los Caídos es una afrenta insufrible que hay que resolver, la solución es botar a Franco de allí y la paz volverá a reinar.
Tengo la convicción, y por ello la expreso, de que lo que realmente querrían hacer es repetir con la osamenta de Franco lo que hicieron los ingleses con la de Oliver Cromwell. Se hizo un proceso en 1661, tres años después de su muerte, y fue sentenciado a una ejecución póstuma. Sacaron sus restos de la tumba, lo tuvieron colgado a la vista del público de unas cadenas y después fue decapitado, clavando su calavera de una pica que estuvo a la entrada de la abadía de Westminster durante 24 años.
Publica El País un artículo que nos explica los planes de futuro para derrotar de una vez por todas al tal Franco. Proponen que sea exhumado de Cualgamuros y llevado al cementerio de Mingorrubio. Mientras siga Franco donde está altera el significado del monumento, genera constantes quebraderos de cabeza al Estado español y eso no se puede consentir a un fascista redomado y de la calaña de Franco.
Hay que botar a Franco de una vez por todas, porque como dice El País, guía ideológico de la progresía carpetovetónica, “De esta manera, el Estado podría aplicar al recinto la ley de memoria histórica, que impide la apología de la dictadura”. Los huesos del dictador hacen apología de la dictadura, son un flagrante atentado contra la ley de memoria histórica y eso debe acabar.
Si este no es un país de locos al menos lo parece. A mí me suda la neurona la osamenta de Franco, lo que me da risa es que todos estos antiguos franquistas, hoy izquierdistas de toda la vida, Cebrián por ejemplo, anden montando numeritos continuamente con los huesos a ver si pueden por fin ganar la Guerra Civil.
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