Sentencia sobre el Estatuto catalán, mi solución salomónica.
Visto que los miembros del Tribunal Constitucional no se ponen de acuerdo sobre el Estatuto catalán y llevan así ya la tira de años, visto que no es probable que acaten la orden impartida por El País de que dimitan todos en bloque, visto que al parecer esto va camino de solucionarse, como pronto, para el año 2025 si hay suerte, me he tomado la libertad de pensar en una solución que proponer por mi parte para que sirva como ejemplo de que con imaginación todo tiene solución. Propongo una solución salomónica que podría dar lugar a una sentencia en mes y poco.
El estatuto tiene nada más que 223 artículos, los miembros y miembras del tribunal son diez, si se repartiesen por sorteo los artículos tocarían a 22 por cabeza y el resto de tres iría a parar a la presidenta. Cado miembro y cada miembra haría una parte de la sentencia sobre los artículos que le hubiesen tocado en suerte comprometiéndose a aceptar todo lo que sentenciasen sus compañeros y compañeras de tribunal sobre sus lotes de artículos. De este modo en unos días, no muchos, estaría la sentencia redactada, aprobada y publicada y a quien Dios se la dé que San Jordi se la bendiga.
Este sistema permitiría recoger fielmente en la sentencia todas las sensibilidades presentes en el alto tribunal, amén de crear jurisprudencia democráticamente que es como se jurisprudencia mejor, pero sobre todo saldríamos de este período de cruel espera y por fin sabríamos quien mató al mayordomo, que la tensión no es buena para la tensión y uno tiene derecho a vivir relajadamente los días, pocos o escasos, que cada cual tiene asignados.
Personalmente, en lo que a mí respecta, solo deseo que se emita sentencia por un único motivo, saber por fin si tengo que aprender obligatoriamente euskera, catalán, gallego, valenciano, mallorquín, bable, aragonés, panocho, andalú e inglés gibraltareño, o me seguirá bastando, para ser ciudadano español de pleno derecho, el nivel J de bosquimano clásico que ya poseo.
0 comentarios