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Sahumerios y arrebatos

La vicepresidentita está malita y solita en su casita.

De la Vega, la vicepresidentita está solita en casa, ¿qué tendrá la vicepresidentita?. Según narran los romances, hace muchos, muchos años, cuando nuestra vicepresidentita era una niñita con tirabuzoncitos y profusos ricitos de bruñido trigo vio un niñito sin bocadillo que pasaba hambre mientras ella meditaba sombre las desigualdades sociales y alzando la voz a los cielos plomizos dijo que jamás mientras viviera consentiría que nadie pasase hambre solito.

Dicho y hecho, nuestra futura vicepresidentita se acercó al niñito que pasaba hambre sin bocadillo y allí estuvo con él no dejándole solito. Una vez acomodada en los aledaños de las hambres infantiles, sacó su bocadillo de posibles, pues su papá era un alto cargo de Franco, el niño que ya no pasaba hambre solo la miró, le arrancó el bocata de las manos, le pegó un empujón que la dejó con el culito en asfalto mientras le gritaba, “Como siempre seas igual de estúpida cada día serás más majadera”.

Teresita, nunca dejó de ser quien era, portadora de valores de izquierdas y su solidaridad con quienes pasan hambre no ha desaparecido de su currículum, por ello nos hemos enterado de los porqués del asunto Haidar. En el Congreso, nuestra heroinita siempre con algo que ponerse, dijo:

Ustedes dicen que la teníamos que haber dejado en la frontera para que hiciera allí solita la huelga de hambre

Pobrecita vicepresidentita que es tan, tan rojita, tan cargada de solidaridarcita, que se deja todo lo que esté haciendo para que nadie pase hambre solito, siempre estará ella para ver cómo pasa hambre y a eso se dedica, a ejercer de voyeur de hambres, muertes y graves carencias

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