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Sahumerios y arrebatos

Los hijos de Drácula ya pueden ir al colegio.

Quitan crucifijos pero no nombres religiosos de colegios, calles, plazas y ciudades.

Por sentencia judicial se ordena quitar los crucifijos en un colegio. En principio asumo que los considerandos de la sentencia están ajustados a derecho y que la presencia del crucifijo vulnera los principios constitucionales de igualdad y libertad de conciencia y encima evita que los niños sientan que el Estado está más cerca de las creencias que el crucifijo representa. Asumido eso, me choca grandemente la incoherencia del hecho de que en muchos colegios públicos ya se han retirado los crucifijos y sin embargo siguen teniendo nombres de santos, vírgenes y otros de carácter religioso católico.

Me refiero a colegios públicos, hay miles, desde el Colegio público San Félix, al Colegio Público San Babil, pasando por el San Fernando o el San Miguel Arcángel, son miles los centros públicos con nombres de ese estilo. En Google aparecen 42.000 referencias a Colegios públicos con nombre de santo. Con nombre de Vírgenes aparecen 32.900 referencias, desde la Virgen del Rosario a la Virgen del Avellano. Colegios públicos con nombre de santas aparecen 24.200 referencias. Es evidente que si un crucifijo atenta y vulnera los principios constitucionales más los vulnerará el hecho de que el propio centro tenga un nombre de ese tipo. Ello obliga a que todos esos colegios deban cambiar de nombre porque los niños que a ellos asistan podrían verse afectados gravemente por la alta tendenciosidad religiosa que implican.

Pero la cosa no queda ahí. Si los niños se ven tan gravemente trastocados por el hecho de tener un crucifijo en una pared de su aula ¿de qué modo les afectará deambular por calles con nombre de santo, de santa, de una Virgen o similares?. Son decenas de miles las calles y plazas que en España llevan nombres así y se debería empezar ya mismo a resolver el problema porque, como decía el juez, atenta contra la libertad de conciencia y la laicidad y neutralidad del Estado. O como dijo uno de los padres demandantes eso perjudica la “higiene democrática”

Y no digo nada con los nombres de cientos o miles de pueblos y ciudades con nombres como San Sebastián, Caravaca de la Cruz, San Miguel de Salinas, Santa Cruz de Tenerife, San Fernando, etc.

¿Porqué el estado laico obliga a millones de españoles a ver conculcados sus derechos constitucionales teniendo que vivir en pueblos y ciudades con nombres religiosos, teniendo que llevar a sus hijos a colegios públicos con nombres de santos y vírgenes, teniendo que vivir y callejear por calles, plazas y avenidas con nombres clara y tendenciosamente anunciadores de una religión como la católica?. Y eso sin hablar de nombres y apellidos del mismo tenor y de organismos públicos con nombres igualmente cristianos.

Este país tiene un grave problema que hay que solucionar ya mismo, hay que cambiar los nombres de todos esos lugares y edificios y sin pérdida de tiempo, es el problema prioritario número uno de esta nación que dada la astronómica cifra de parados podría ser la panacea para ese grave problema con la creación de cientos de miles de puestos de trabajo necesarios para el cambio masivo de nombres y todo lo que ello implica.

Como primer paso, es evidente la necesidad de la creación de un observatorio que analice la gravedad del problema y que haga un inventario de nombres que deben ser cambiados con propuestas de nuevas denominaciones.

Este país merece disponer de una toponimia laica y aconfesional ya. Y el hecho de que los hijos de Drácula ya puedan ir al colegio es algo de lo que todos debemos alegrarnos, y conste que me refiero a los del vampiro original de Transilvania y solo a ese, no es que yo esté llamando vampiros a los hijos de aquellos a los que molesta el crucifijo, que esos ejercen un derecho constitucional. Es que si no digo esto seguro que me lo echarán en cara.

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