El gobierno descubre el sombrero, la sombrilla, el botijo y el abanico.

Dicen que viene una ola de calor, que manda grados el que en verano, porque vayan a hacer temperaturas de 40 grados se organice un guirigay de mil pares de alarmas. Este alarmismo tan propio de la España de los últimos años me recuerda el viejo chiste en el que cae una avioneta en un cementerio y la noticia la titulan “Espectáculo espantoso, se estrella avioneta, cientos de cadáveres”. Vivimos en una sociedad donde lo que toda la vida ha sido de cajón ahora se ha convertido en excepcionalidad alarmante que lleva al gobierno a dictar consejos contra el calor como los del Ministerio de Sanidad que aconseja además de beber agua o líquidos con frecuencia; hacer comidas ligeras; protegerse del sol en el exterior o bajar las persianas en casa en las horas centrales del día, haciendo uso de ventiladores o sistemas de refrigeración de forma racional.

Han tenido que pasar años de desarrollo tecnológico, han tenido que pasar muchas legislaturas democráticas para que vengan a decirnos que lo mejor contra el calor es el sombrero, el botijo, la sombrilla, el abanico y echar por la sombra. Ahora en lugar de partirnos de risa ante semejante dislate agradecemos al gobierno sus desvelos.

Y es que el dislate es el simple hecho de que lo que miles de años de humanidad nos ha enseñado se haya perdido en unos pocos años, lo que hace que la gente vaya por el solanero todo el día como si andase por los pasillos de un centro comercial. Hemos conseguido que sea noticia de portada en todos los periódicos el que haga calor en verano, el que haga frío en invierno, el que nieve donde suele nevar, el que llueva, el que caiga granizo, todo es noticia por ser algo fuera de lo común. ¿Recuerdan esas repetidas imágenes que abren todos los telediarios todos los años en invierno en las que se ve a aguerridos periodistas en lo alto de la Sierra de Guadarrama en plena ventisca invernal narrándonoslo como si eso fuese el acabose o la mismísima fin del mundo?

Tras mucho pensarlo creo que he dado con las motivaciones de esa jartá de majaderías. Entre muchos nos están queriendo hacer ver que vivimos en Matrix, y claro en Matrix no llueve ni hace frío en invierno ni calor en verano, ni la gente necesita del sombrero ni del botijo ni del abanico, eso no es moderno.

Han convertido los fenómenos naturales en antinaturales, y me refiero a todo tipo de fenómenos naturales y así nos va.

En lo climático ya sabemos que la perversidad de algunos humanos muy aviesos en su maldad, y me refiero al Bush, al Aznar y otros, han conseguido que el clima esté tan cambiado que incluso hace frío en invierno y calor de 40 grados en verano.

¿Se imaginan a los gobiernos de los países del Sahara recomendando a los tuaregs que se protejan del sol en el exterior?. Aquí nos enseñan lo contrario,  túmbese semidesnudo al sol de agosto las horas que desee pero eso sí échese el potingue con nivel no sé cuantos. A la noche están todos chuscarraos pero contentos porque se han protegido del sol en el exterior con una cosa que llaman protector solar que al parecer vale también de tostador solar.

Prepárense que los periodistas de raza ya están listos para dar caza a todos los casos de golpe de calor que ocurran para abrir los telediarios veraniegos. Mira que les gusta eso del golpe de calor. En primavera pueden morir los que sean por problemas de alergias que eso no es jamás noticia, pero si uno la palma en agosto o en julio de un golpe de calor, abre los telediarios, y es que la noticia es la noticia y la noticia estos días es que en verano hace calor.

Pero eso dejará de ser noticia hacia el 24 de agosto en que será portada el síndrome postvacacional. Lo trivial se hace noticia, lo que es noticia se trivializa o ni aparece porque ji ji ji ja ja ja ja aquí no pasa nada más.