Estamos en huelga, así que jódete.
Vivimos en un país perverso donde el lenguaje está corrompido, donde lo coactivo se llama informativo, donde si yo tiro una piedra contra un camión, pincho una rueda o cien, bloqueo el tráfico en una autovía, impido el abastecimiento del kiosco de la esquina, amenazo a alguien coartando su libertad, tengan por seguro que no solo se me caerá el pelo sino que seré detenido y juzgado al menos con 44 agravantes incluida la de gilipollas, ya que si todo eso lo hago en un día de huelga no habrá nadie que me tosa y por tanto hacerlo en un día que no hay huelga es hacer el gilipollas.
Si hay huelga, estamos habituados a ver en directo o en los telediarios a los huelguistas delinquiendo del modo antes indicado y a unos metros se suelen ver a veces un mogollón de policías haciendo como que no están velando para que los delincuentes en huelga puedan delinquir sin que la cosa pase a más mayores. Y esa estampa la aceptamos ya como natural. Si es día de huelga de camiones el país se para no sea que los piquetes informativos vayan a destruir nuestro camión con dos palabras amables informándonos acerca de la huelga que se traen entre ruedas.
Aquí nadie alza la voz pidiendo que el gobierno actúe como debe actuar, que la justicia haga lo que tiene que hacer, que los que delinquen sean detenidos y juzgados. ¿Recuerdan ustedes algún caso de miembros de piquetes coactivos que hayan sido juzgados, sentenciados y metidos en la trena por sus delitos?, igual hay uno que seguro que será el cabeza de turco universal, pero no busquen más.
Los rojos socialistas de izquierdas solidarios sindicalistas siempre han defendido el derecho a que los piquetes informativos hagan su labor delictiva de coartar la libertad de las personas, de conseguir sus objetivos con amenazas y actos violentos y eso siempre ha estado bien visto. No hay ley de huelga en este país, a pesar de que la Constitución obliga a tenerla porque como decía Polanco con lo suyo, en este país no hay cojones a impedir a los sindicatos hacer sus huelgas forzadas en las que el que quiera hacerla la hace, el que no quiere también y el resto de ciudadanos tenemos que jodernos porque así está mandado.
Los gobiernos de Aznar no hicieron la Ley de Huelga porque no tuvieron cojones para hacer que los delitos en días de huelga sean como los delitos del resto de los días, y unos por otros los piquetes sin detener.
Durante mi vida laboral he tenido que hacer muchas huelgas y todas ellas fueron forzadas, quisiera o no quisiera tenía que dejar de trabajar porque había huelga y cerraba la empresa siempre forzada por los piquetes y sus tropelías. Hace ya años, en Murcia, a raíz de una huelga en el sector conservero llegó de mañana un piquete ante la puerta de la empresa en que trabajaba y que para los sindicatos era la que primero había que cerrar por las buenas o por las malas. La cerraron por las malas y ya sabemos eso qué es. La asamblea de trabajadores de la empresa que yo convoqué, pues estaba en el Comité de Empresa, votó mayoritariamente no hacer huelga. Tras el cierre patronal hecho por la patronal acojonada por los piquetes propuse hacer una manifa para expresar nuestra protesta a los sindicatos por haber sido violado nuestros derechos, esa manifa se hizo en Murcia, unas 500 personas la hicimos y presentamos las quejas ante Comisiones Obreras y UGT, la única pancarta que llevábamos y que yo redacté decía: “Con Franco no podíamos, ahora nos obligan”. Todo sigue igual.
Hay huelga, pues ¡jódete!.
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