Atroz vilipendio a una audaz consejera socialista gallega.
Este es un país cainita en el que no sabemos reconocer la brillantez, la audacia, las buenas ideas y los actos cívicos, y en lugar de encomiar esas actitudes se critican acerbamente. Es el caso de la consejera socialista de la Junta de Galicia María José Caride. El hecho por el que es tan cruelmente vapuleada dialécticamente es algo que solo unos pocos no cegados por manías antisocialistas hemos visto que es un meritorio acto cívico. Este pasado verano, la consejera hizo que un camión de bomberos realizase varios viajes al chalet de construcción ilegal en el que pasaba sus vacaciones para llenar la piscina. Analicemos.
Esta mujer, consciente del peligro de incendio forestal tan habitual en la zona gallega, se preocupó al tomar medidas para poder sofocar futuros incendios con mayor facilidad y para ello decidió que una dotación de bomberos realizase unos entrenamientos intensivos en el acarreo de agua a zonas no urbanas y de paso llenó su piscina, ya que no tenia posibilidad de llenarla de otro modo al carecer de agua su chalet, con la única y cívica razón de que en caso de incendio por la zona los helicópteros y otros medios antiincendios dispusiesen de un depósito de agua a mano.
Sabido es que en casos así los helicópteros y autobombas suelen cargar agua de las piscinas de la zona. Pues bien, en lugar de congratularse por la visión de futuro de esta concienciada mujer y su preocupación por el medio forestal de doña María, el PP de siempre se dedica a lanzarle acerbas críticas en lugar de reconocer que prestar su piscina para almacenar diez mil litros de agua para casos de incendios es algo que solo a una socialista roja de izquierdas solidaria y concienciada ecológicamente se le podría ocurrir.
Seamos sensatos, señores del PP.
Esta mujer, consciente del peligro de incendio forestal tan habitual en la zona gallega, se preocupó al tomar medidas para poder sofocar futuros incendios con mayor facilidad y para ello decidió que una dotación de bomberos realizase unos entrenamientos intensivos en el acarreo de agua a zonas no urbanas y de paso llenó su piscina, ya que no tenia posibilidad de llenarla de otro modo al carecer de agua su chalet, con la única y cívica razón de que en caso de incendio por la zona los helicópteros y otros medios antiincendios dispusiesen de un depósito de agua a mano.
Sabido es que en casos así los helicópteros y autobombas suelen cargar agua de las piscinas de la zona. Pues bien, en lugar de congratularse por la visión de futuro de esta concienciada mujer y su preocupación por el medio forestal de doña María, el PP de siempre se dedica a lanzarle acerbas críticas en lugar de reconocer que prestar su piscina para almacenar diez mil litros de agua para casos de incendios es algo que solo a una socialista roja de izquierdas solidaria y concienciada ecológicamente se le podría ocurrir.
Seamos sensatos, señores del PP.
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geraldine c -