Liturgia civil de adoración civil al dios civil Polanco.
Se ha concelebrado en Madrid un acto litúrgico civil para honrar civilmente al dios civil Polanco, ese que acusó a quienes no somos progres de querer desatar una guerra civil. Esta misa civil ha estado presidida por el celebrante más destacado de la nueva religión civil polanquiana, el cardenal purpurado, perdón, el cardenal rojo civil Felipe González. Es extraño que le permitan a Felipe actuar a ese nivel siendo como es uno que sirve a dos señores, al dios Polanco y al potentado más potente del mundo don Slim, pero así son las cosas, igual es algo parecido a una nueva trinidad pero solo de dos dioses.
Fue un acto megalomaníaco en el que faltó el palio, pero lo han sustituido por una grandilocuente autodefinición de todos los miembros de la vieja religión progre civil polanquiana. Son tan ridículos que ni se dan ya cuenta de sus propios delirios de excelsa superioridad. Toda esta retahíla de acerba crítica al acto exaltado de adoración idolátrica a Polanco me ha salido de las mientes tras leer en El País una reseña del acto litúrgico en la que dice textualmente:
“Jesús de Polanco era un apasionado de la música, del flamenco y de cualquier música, y esta noche Diego el Cigala abrió con su voz de piedra marina el multitudinario homenaje que le dedicó la sociedad civil española en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.”
Se juntan cuatro progres, o cuatrocientos y se autodefinen como la sociedad civil española, tiene bemoles el servilismo pelotilla que le dedican a su dios Polanco aún después de muerto. Según estos progres rojos solidarios multiculturales y con pasta yo no formo parte de la sociedad civil española, ni yo ni muchos millones más, porque no estuvimos adorando civilmente a su dios. Hay que echarle cara de diamante industrial super abrasivo.
El sermón del purpurado cardenal rojo Felipe González fue de los que hacen a uno llorar mientras se te ponen las escarpias como pelos de gallina. Yo he llorado a lágrima batiente al leer su homilía. La pedantería del ex presidente fue colosal al declararse amigo civil, así como suena de Polanco. ¿Qué leches es eso de amigo civil?.
Siguió González con un lacrimoso alegato tipo que pensaría Polanco si levantase la cabeza, es una pena que como es un dios civil no pudiese decir Felipe un alegato tipo que estaría pensando ahora Polanco en el cielo viendo como se atizan mamporros sus fieles de PRISA y aledaños con sus fieles del clan Zapatero y proximidades tipo Mediapro.
“En un importante discurso, el ex presidente González describió su amistad “civil” con Polanco, dijo que éste ahora estaría entristecido porque se está produciendo, otra vez, como cuando la primera guerra del fútbol, “una situación absurda” en la que “el fuego amigo” es capaz de generar graves “daños colaterales”.”
Ver a la sociedad civil española, de la que no formo parte al parecer, ponerse de hinojos ante la digna figura de su dios es algo que debería hacernos reflexionar para llegar a la conclusión de que el papanatismo progre no tiene límites ni su cleptomanía civil que le lleva a robarnos nuestra sociedad civil sin avisarnos siquiera.
Yo si voy a elevar una plegaría al dios Polanco, que en la gloria civil esté: Oh dios, te imploro que no cese la segunda guerra del fútbol ni el fuego amigo graneado, intercede ante tus fieles para que sigan a la gresca un par de años al menos por el bien de la sociedad civil española que tanto te adora. Amen.
Documentación.
Artículo de El País titulado “Un homenaje civil para un hombre digno”
Fue un acto megalomaníaco en el que faltó el palio, pero lo han sustituido por una grandilocuente autodefinición de todos los miembros de la vieja religión progre civil polanquiana. Son tan ridículos que ni se dan ya cuenta de sus propios delirios de excelsa superioridad. Toda esta retahíla de acerba crítica al acto exaltado de adoración idolátrica a Polanco me ha salido de las mientes tras leer en El País una reseña del acto litúrgico en la que dice textualmente:
“Jesús de Polanco era un apasionado de la música, del flamenco y de cualquier música, y esta noche Diego el Cigala abrió con su voz de piedra marina el multitudinario homenaje que le dedicó la sociedad civil española en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.”
Se juntan cuatro progres, o cuatrocientos y se autodefinen como la sociedad civil española, tiene bemoles el servilismo pelotilla que le dedican a su dios Polanco aún después de muerto. Según estos progres rojos solidarios multiculturales y con pasta yo no formo parte de la sociedad civil española, ni yo ni muchos millones más, porque no estuvimos adorando civilmente a su dios. Hay que echarle cara de diamante industrial super abrasivo.
El sermón del purpurado cardenal rojo Felipe González fue de los que hacen a uno llorar mientras se te ponen las escarpias como pelos de gallina. Yo he llorado a lágrima batiente al leer su homilía. La pedantería del ex presidente fue colosal al declararse amigo civil, así como suena de Polanco. ¿Qué leches es eso de amigo civil?.
Siguió González con un lacrimoso alegato tipo que pensaría Polanco si levantase la cabeza, es una pena que como es un dios civil no pudiese decir Felipe un alegato tipo que estaría pensando ahora Polanco en el cielo viendo como se atizan mamporros sus fieles de PRISA y aledaños con sus fieles del clan Zapatero y proximidades tipo Mediapro.
“En un importante discurso, el ex presidente González describió su amistad “civil” con Polanco, dijo que éste ahora estaría entristecido porque se está produciendo, otra vez, como cuando la primera guerra del fútbol, “una situación absurda” en la que “el fuego amigo” es capaz de generar graves “daños colaterales”.”
Ver a la sociedad civil española, de la que no formo parte al parecer, ponerse de hinojos ante la digna figura de su dios es algo que debería hacernos reflexionar para llegar a la conclusión de que el papanatismo progre no tiene límites ni su cleptomanía civil que le lleva a robarnos nuestra sociedad civil sin avisarnos siquiera.
Yo si voy a elevar una plegaría al dios Polanco, que en la gloria civil esté: Oh dios, te imploro que no cese la segunda guerra del fútbol ni el fuego amigo graneado, intercede ante tus fieles para que sigan a la gresca un par de años al menos por el bien de la sociedad civil española que tanto te adora. Amen.
Documentación.
Artículo de El País titulado “Un homenaje civil para un hombre digno”
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