Rotondas milagrosas con ángel de la guarda.
Durante los meses de julio y agosto de este año han fallecido en nuestras carreteras 539 personas, un 2% más que en los mismos meses del pasado año. Aun siendo una cifra espeluznante, estoy convencido que no es mucho mayor por un extraño fenómeno que ocurre en los miles de nuevas rotondas que nos han plantado en nuestras calles y carreteras de un tiempo a esta parte. El fenómeno al que me refiero se caracteriza por un detalle que debería ser mortal y no lo es, la mayoría de los conductores desconocen como hay que conducir en una rotonda o bien si lo saben hacen casi todos las mismas maniobras suicidas e incorrectas. La regla que aplican es simple, el primero que entra en la rotonda tiene derecho a hacer lo que le salga de su volante y sus maniobras tienen preferencia sobre el resto de conductores circulen por donde circulen.
Es lo que en informática llamábamos secuencia FIFO (First in first out), el primero que entra es el primero que sale. Que yo sepa eso no figura en el código de circulación pero su aplicación en la práctica diaria hace que un señor que vaya por el carril interior de una rotonda de varios carriles cuando llega a la proximidad de su salida, cruce a su velocidad de crucero todos los carriles a su derecha cortando la trayectoria de los que circulan por dichos carriles que frenan o se paran para dejar al que quiere salir que ejerza su derecho FIFO. Lo curioso de este caso es que no veo accidentes, lo que indica dos cosas, una que todo el mundo está convencido de que así es como hay que circular y va ojo avizor para ver quien se le va a cruzar por delante desde los carriles interiores para dejarle paso aunque tenga que frenar en seco y segunda que debe haber en cada rotonda un ángel de la guarda común a todos los usuarios de ese dispositivo circulatorio convirtiéndolos en autenticas rotondas milagrosas.
Si voy por el carril más exterior de una rotonda y veo a uno que me quiere cortar la trayectoria para salir de la rotonda y no freno para que pase, el cruzador pone su bocinazo en el cielo, me insulta, y arma un tiberio de los gordos, si le digo que su obligación es dar otra vuelta a la rotonda hasta que tenga libre los carriles exteriores para pasar a ellos me mira como si fuese un lunático escapado del frenopático y lo más suave que me dice es que estoy chalao.
Con tantos anuncios tipo acojone que hace la Dirección General de Tráfico del Gobierno de España no he visto ninguno que intente informar sobre la forma correcta de circular por una rotonda, y creo que no lo hacen porque saben que los ángeles de la guarda, de guardia en las rotondas, son paliativos más que suficientes para evitar tragedias.
He hecho una especie de encuesta en mi entorno, la pregunta era ¿Cuántas veces que recuerdes has dado una vuelta extra a una rotonda para poder salir?, y solo una persona me dijo que lo hizo una vez.
Otra cosa curiosa del comportamiento de los conductores en tales sitios es ver como en una rotonda de 3 carriles, por ejemplo, viene un vehículo por un carril interior a 25 metros, y por el exterior no viene nadie, y todos los que esperan incorporarse a la rotonda aguardan a que pase el que viene porque saben que tiene preferencia FIFO y por ello no se meten al carril exterior libre, por más derecho que tengan a hacerlo.
Como sé que esta situación es culpa de Aznar no menciono la responsabilidad de Zapatero en este desaguisado circulatorio.
Es lo que en informática llamábamos secuencia FIFO (First in first out), el primero que entra es el primero que sale. Que yo sepa eso no figura en el código de circulación pero su aplicación en la práctica diaria hace que un señor que vaya por el carril interior de una rotonda de varios carriles cuando llega a la proximidad de su salida, cruce a su velocidad de crucero todos los carriles a su derecha cortando la trayectoria de los que circulan por dichos carriles que frenan o se paran para dejar al que quiere salir que ejerza su derecho FIFO. Lo curioso de este caso es que no veo accidentes, lo que indica dos cosas, una que todo el mundo está convencido de que así es como hay que circular y va ojo avizor para ver quien se le va a cruzar por delante desde los carriles interiores para dejarle paso aunque tenga que frenar en seco y segunda que debe haber en cada rotonda un ángel de la guarda común a todos los usuarios de ese dispositivo circulatorio convirtiéndolos en autenticas rotondas milagrosas.
Si voy por el carril más exterior de una rotonda y veo a uno que me quiere cortar la trayectoria para salir de la rotonda y no freno para que pase, el cruzador pone su bocinazo en el cielo, me insulta, y arma un tiberio de los gordos, si le digo que su obligación es dar otra vuelta a la rotonda hasta que tenga libre los carriles exteriores para pasar a ellos me mira como si fuese un lunático escapado del frenopático y lo más suave que me dice es que estoy chalao.
Con tantos anuncios tipo acojone que hace la Dirección General de Tráfico del Gobierno de España no he visto ninguno que intente informar sobre la forma correcta de circular por una rotonda, y creo que no lo hacen porque saben que los ángeles de la guarda, de guardia en las rotondas, son paliativos más que suficientes para evitar tragedias.
He hecho una especie de encuesta en mi entorno, la pregunta era ¿Cuántas veces que recuerdes has dado una vuelta extra a una rotonda para poder salir?, y solo una persona me dijo que lo hizo una vez.
Otra cosa curiosa del comportamiento de los conductores en tales sitios es ver como en una rotonda de 3 carriles, por ejemplo, viene un vehículo por un carril interior a 25 metros, y por el exterior no viene nadie, y todos los que esperan incorporarse a la rotonda aguardan a que pase el que viene porque saben que tiene preferencia FIFO y por ello no se meten al carril exterior libre, por más derecho que tengan a hacerlo.
Como sé que esta situación es culpa de Aznar no menciono la responsabilidad de Zapatero en este desaguisado circulatorio.
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