El País vende muy mal el final de ETA.
Ha llegado la hora de rentabilizar lo de ETA, toca ya que Rubalcaba saque provecho de sus arduos esfuerzos como mamporrero oficial del impúdico ayuntamiento no carnal entre ZP y los asesinos terroristas etarras, que vienen realizando desde hace muchos años. Rubalcaba quiere cobrar ya por sus servicios, incluido el del Faisán, pero ETA no le hace el favor de desaparecer. Los hechos son así, pero El País ha decidido que ETA está acabada y se ha puesto a vendernos su final, de muy mala manera, pero lo intenta.
El País lleva ya un tiempo predicando desde todos sus púlpitos que ETA esta kaput, que está noqueada, que está asfixiada, que anda dando las últimas boqueadas, todo ello, por supuesto, gracias a las hábiles técnicas utilizadas por Rubalcaba. Pero ETA no estira la pata, no ayuda. En uno de los artículos que tocan hoy sobre el asunto y que titulan “El cerco paraliza a la banda”, comienza de esta fantástica manera:
“Es posible que Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvá Lezaún, asesinados el 31 de julio de 2009 en Mallorca, pasen a la historia como los últimos asesinados por ETA en España. Y si eso fuera así, la banda habría cerrado su ciclo asesino como lo empezó en 1968: matando a guardias civiles.”
Recuerden que el cerco que paraliza a la banda es obra de Rubalcaba, y nos dicen que es posible que ETA ya no mate más, es posible. Pero como son tan como son estos de El País, escriben otro artículo conde la posibilidad nos la mutan en certeza.
Ese otro artículo en el que mutan la posibilidad del final de ETA en certeza lo titulan “La decisión ya está tomada, no entiendo a qué está esperando ETA”, y en el subtítulo dan la campanada que anuncia ese final “Los reclusos de la banda aguardan un comunicado en el que la organización anuncie su final”.
Si se lee el artículo, ellos mismos confirman que no es una certeza de nada, sino solo una sarta de especulaciones de los presos de ETA que ha recogido El País que hace otra sarta de especulaciones adicionales.
Rubalcaba necesita como el comer lo de ETA para su campaña, y como a falta de pan buenas son tortas, El País se dedica, con la obscenidad en ellos habitual, a cocinarle esas tortas. Lo jodío del asunto es que la falacia de estos tipos de PRISA cuela para muchos, y así nos irá.
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