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Sahumerios y arrebatos

Lo que ZP da Zapatero lo quita

Zapatero I el Munífico pasará a la historia por muchas cosas perversas. Tal vez, una de las más diabólicas es la de quitarle a los recién nacidos el pan que anteriormente les había puesto bajo el brazo, y menudo pan, de 2.500 euros nada menos. Ya en el momento en que decidió figurar en los libros de historia como el más rumboso de los políticos hispanos se sabía que el mecanismo de progreso elegido por el repartidor social para distribuir dádivas a troche y moche, nos llevaría a la bancarrota y que antes o después se acabaría lo que se daba y como se ve no le han dolido ni prendas ni valores de progreso decir cero donde dijo 2.500.

Lo que está obligando a hacer a miles de futuras parturientas este desalmado ZP sería de risa si no fuese tan serio y cruel. Ahí están esos miles de futuras madres, que tienen dada fecha de parto para los últimos días de diciembre y primeros de enero, haciendo filigranas para que el alumbramiento sea antes de las campanadas de fin de año, la diferencia es mucho dinero y no está la cosa como para perder 2.500 euros.

Y ahora habrá que afinar sobre qué se entiende por hora de nacimiento, si cuando el bebé saca la cabeza o cuando le cortan el cordón umbilical, porque menuda historia para las jueces que deban decidir si el ex nasciturus tiene o no derecho a la prestación por unos segundos de diferencia.

Otra de las sórdidas consecuencias que tendrá la decisión de Zapatero I el Ex Munífico es el convetir al primer nacido del año en un desgraciado gafe que quedará marcado por los siempres. Algo que hasta el pasado año era motivo de orgullo y alegría se va a convertir en un paso de comedia porque ya veo a todas las madres y padres peleando con la comadrona o con el partero para que no convierta a su hijo en el primer nacido del 2011 sino como mucho en último nacido del 2010.

Y mientras, el tiempo del desengaño se acaba y cada vez está más cerca la hora del llanto social, del rasgado de vestiduras y de lanzar al cielo el grito de “¿cómo hemos podido llegar a esto?”, no siendo conscientes aun de que lo malo no es que Zapatero les haya quitado a los bebés el pan de debajo del brazo, sino que tras el primer berrido todos ellos se verán obligados a aceptar una deuda que puede, con suerte, que terminen de pagar cuando tengan nietos. Y todo gracias a quien los españoles decidimos que rigiese nuestras desgracias. Con nuestro pan nos lo hemos de comer.

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