No sé usar la energía sin gastarla, ¿seré imbécil?
Llevo días oyendo en la tele algo que me ha llevado por el camino de la más cruel amargura, me dicen que “Lo inteligente es usar la energía, no gastarla”. Yo creí ser inteligente y por tanto me puse manos a la energía para usarla con comedimiento dejando de gastarla como un derrochador sin escrúpulos.
Soy un ciudadano del planeta concienciado y sé que gastar energía sin ton ni son es pernicioso para nuestro entorno planetario y por eso sigo unas normas que implican la no utilización del aire acondicionado en verano ni de la calefacción en invierno, me ducho con agua fría prácticamente todo el año y otras cosas que no ha lugar para contar como que preservo la biodiversidad no tomando antibióticos que como su nombre indica matan la vida. Pese a ello seguía gastando energía y me propuse dejar de hacerlo y en su lugar pasar a usarla. Aquí comenzó mi calvario.
Mi forma de vida me ha llevado a reducir mi huella de carbono tanto que ya hasta me cuesta trabajo dar con ella, pero eso no es suficiente, hay que hacer más porque los guías medioambientales me dicen que, ni aun así, estoy haciendo lo inteligente porque gasto energía y eso me duele, yo quiero usar la energía, no gastarla, pero tras muchos días buscando información, reflexionando, analizando la cuestión no sé cómo se usa la energía sin gastarla. De 456 pruebas que he realizado, absolutamente en todas he terminado gastando la energía que he usado y eso me ha llevado a un estado de frustración tal que me ha dejado a un paso corto de la profunda depresión.
Lo más cerca que he estado de lograr el objetivo fue cuando se me ocurrió dejar de leer por la noche y hacerlo solo a la luz del día, de ese modo estuve usando la energía solar sin gastarla, pero no sé porqué estuve con cara de gilipollas los cuatro días que duró la prueba y me dije que no era eso.
Al final, tras haber estado sintiéndome un imbécil por no saber ser inteligente en el uso de la energía, se me encendió la luz, y por primera y única vez sin gastar energía. He llegado a una conclusión, el imbécil es el tío o tía que ha parido esa parida imbécil con visos de gilipollez biensonante, seguiré usando la energía gastándola y que a partir de ahora los tocapelotas bioecosostenibles le coman el tarro a su santísima diosa incólume de las gilipolleces mal paridas.
Cómo no será la cosa que ayer pisé una hormiga sin darme cuenta y cuando la vi allí despachurrada no me sentí un asesino.
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