Más impuestos o menos gasto, he ahí el dilema.
Como paisólogo aficionado que soy, espero siempre con ansias contenidas poder leer la homilía editorial dominical de El País, pues antes solía ser la que marcaba tendencias. El gran faro de la izquierda polivalente emitía los domingos los haces de luz levógira que marcaban el rumbo ideológico de la progresía carpetovetónica. Hoy día la cosa ya no es como era, esas homilías dominicales han perdido mucha de su trascendencia, pero aun así da gusto, a veces, leerlas porque le traen a uno buenos recuerdos de otros tiempos en que los editorialistas de PRISA eran feroces y eficacísimos martillos de herejes derechosos. Eran grandiosas las ceremonias litúrgicas dominicales progres en las que los fieles comulgaban con unción la gigantesca rueda de molino que El País ponía en sus neuronas y era risible ver el tembloroso temor que invadía, y aun invade, a los gerifaltes de la derecha pepera al conocer su contenido.
En la homilía editorial de hoy titulada “Insostenible indecisión” nos predican, con menor maestría de la habitual pero iguales trampas saduceas, que el estado del bienestar solo podrá sostenerse subiendo los impuestos, y que de la crisis no se puede salir reduciendo el gasto social. La trampa está en querer convencernos de que solo se puede reducir el gasto atacando las prestaciones sociales, olvidando que hay cientos y cientos de conceptos de gasto de otro tipo que se podrían reducir sin poner en peligro la cosa social.
El equipo de expertos analistas económicos de Coña Press ha mirado con lupa los presupuestos y gastos reales de todas las administraciones públicas del país, estatales, autonómicas, locales y hasta espurias, llegando a la conclusión de que se podría reducir el gasto en más de 14.000 millones de euros anuales que ahora se dedican a cosas prescindibles. El desglose es la mar de claro.
Gasto en gilipolleces absurdas: 1.023 millones de euros.
Gasto en memeces sostenibles: 2.456 millones de euros.
Gastos suntuarios incomprensibles: 234 millones de euros.
Gastos en personal innecesario nombrado a dedo: 1.856 millones de euros.
Gasto en subvencionar actividades que solo producen votos: 2.459 millones de euros.
Gasto en subvenciones a amiguetes, amigos y amiguitos: 368 millones de euros.
Gasto en subvenciones a empresas públicas y semipúblicas ruinosas y prescindibles: 1.387 millones de euros.
Gasto en publicidad electoral encubierta y del tipo autobombo: 247 millones de euros.
Subvenciones a sindicatos, patronal y partidos políticos: 1.552 millones de euros
Gasto en televisiones públicas: 2.124 millones de euros.
Gastos en corrupciones no incluidas en apartados anteriores: 315 millones de euros.
Gasto total en mandangas: 14.020 millones de euros.
Los expertos analistas de Coña Press insisten en que este análisis no ha sido exhaustivo, quedando muchos gastos por analizar, estiman que el gasto real anual en mandangas supera con creces los 20.000 millones de euros, cantidad más que suficiente como para reducir el déficit en dos años y medio.
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