La justicia es un pitorreo se mire por donde se mire.
Si en el tema de la justicia éramos pocos se ha puesto a parir jactancias la jefa de la asociación progre y minoritaria de los jueces, la llamada Jueces para la Democracia, que debería cambiar de nombre y pasar a llamarse Jueces para Enchufar. Margarita Robles, que ejerce cargo en el Consejo General del Poder Judicial se ha defendido ante los miembros de su asociación que le achacaban que no se preocupaba por ellos y por darles grandes cargos diciendo que ha logrado más puestos que las demás asociaciones, mérito este que habrá que recompensar de algún modo.
Hoy publica El País un editorial que por una vez suscribo desde la palabra Margarita con la que empieza hasta la palabra judiciales con la que termina, y ya solo eso es para mí un notición. El editorial se titula “Agencias de colocación” y comienza tal que así:
“Margarita Robles, vocal del Consejo General del Poder Judicial propuesta por el PSOE y fundadora de Jueces para la Democracia (JpD), ha respondido a las críticas de su asociación a la política de nombramientos del Consejo con una carta en la que rebate las acusaciones con el alarde de sus éxitos: en apenas 18 meses, 18 asociados a JpD (520 afiliados) han pasado a ocupar altos cargos de la carrera judicial: uno al mes. Y, para apuntalar su eficacia, compara el premio a sus compañeros con el relativo quebranto de las otras asociaciones: la APM, con 1.300 afiliados, ha logrado 21 altos cargos; la Francisco de Vitoria, con 595, se ha quedado en seis. Otros 15 cargos han ido a parar a independientes, que vienen a ser la mitad de la carrera judicial. Y por si alguno de los miembros de JpD aún guardara algún resquemor, les recuerda que en el año y medio de vida de este Consejo, sus afiliados han ocupado tres plazas en el Tribunal Supremo, dos en la Audiencia Nacional, cuatro en Tribunales Superiores de Justicia y seis presiden Audiencias Provinciales.”
En resumen, que ante el grito lastimero de los jueces de JpD de “¡Margarita, colócanos!”, esta gran mujer les dice que estén tranquilos que a este paso los 520 afiliados de su asociación tendrán su momio particular, todos y cada uno de ellos en algo más de 10 años.
Entre el cachondeo de nombramiento de jueces por los políticos y el pitorreo del enchufe de jueces por las asociaciones, la justicia se parece más cada día que pasa a la casa de tócame Roque y así nos fue, nos va y nos irá.
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