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Sahumerios y arrebatos

Los panolis del PP les zurran por desconocer el dogma progre número 32 sobre la convicción.

A la señora Cospedal y a otros gerifaltes del PP les están dando más palos que a una estera vieja, y todo por desconocer el dogma progre número 32. Este dogma es uno de los pilares que sustentan el modo socialista de hacer agitación y propaganda, los panolis del PP no saben que dice “Compañero y compañera, debes saber que cuando un hombre o mujer de progreso tiene la convicción de algo, aunque no tenga pruebas de ello, puede hacer pública su convicción amparado en su derecho constitucional a la libre expresión. Sin embargo, si alguien carente de valores de progreso o perteneciente al partido de la derecha extrema del PP expresa una convicción sobre algo, estás legitimado para condenar su atentado al estado de derecho y a la democracia, a exigirle que presente pruebas de lo que dice o se calle y si presenta pruebas estas legitimado para decir que son falsas.”

Si esas almas cándidas y candorosas del PP supiesen como se las gastan los detentadores del derecho a tener convicciones, habrían actuado de otra forma. Si lugar de decir, como dijo Cospedal, que les consta que el gobierno ha realizado escuchas ilegales a mandamases del PP, hubiesen dicho algo así: “Tengo la convicción de que el gobierno ha realizado escuchas ilegales a compañeros de la dirección del PP, no pienso aportar pruebas, porque tengo derecho a expresar mis convicciones amparada en mi libertad de expresión y en el dogma progre número 32, pues yo soy muy progre pero del PP. Exigimos que la fiscalía lo investigue, demandamos que Garzón, o a quien le corresponda, que casi seguro será Garzón, abra un sumario sobre este grave atentado a los basamentos de la democracia, requerimos al diario El País a que haga su investigación publicando lo que le filtren del juzgado, y por último manifestamos nuestra convicción de que como no somos del PSOE no nos harán ni caso y en cambio nos acusarán de querer derribar la democracia.”, aunque aun diciendo algo así les hubiesen zurrado igual, pero tendrían alguna posibilidad de cachondearse de los socialistas a la par que lanzaban su mensaje bien apuntalado.

Hoy El País emite una homilía editorial dominical titulada “O pruebas o dimisión”, aplica de manera estricta el dogma progre número 32 y le endilga al PP lo que no está en los escritos por lo que dijo Cospedal que le consta. El editorial apabulla al más pintado, y estoy seguro que Rajoy y compañía estarán que no les cabe la camisa en el cuerpo y pensando a ver como aplacan las iras de los chicos de Prisa y del gobierno. A El País le ha cabido en la parca extensión de un editorial esta lista de condenas, reconvenciones y apocalípticas admoniciones al PP:

Lo que dicen es una ocurrencia. Son unas gravísimas acusaciones sin una sola prueba. Superan las líneas rojas de la decencia democrática. (No me dirán que no tienen estilo para poner líneas rojas democráticas y de progreso). Incendian la política de este país. Pone bajo sospecha a las instituciones que sustentan la democracia. Atosiga a los ciudadanos. Crea crispación. Lanza el editorial un “Basta ya” de lo más mayúsculo. Han creado una escalada de tensión. Han dejado estupefactos a los ciudadanos. Son unos dirigentes cargados de cinismo. Todo lo han montado para desviar la atención sobre la corrupción en el PP. La estrategia del PP es “derribar el edificio institucional a base de tremendas acusaciones sin pruebas”. El PP pretende amedrentar a jueces, fiscales, policías y periodistas. Finaliza denunciando las embestidas de políticos sin escrúpulos al estado de derecho.

Debo manifestar y digo que he quedado maravillado con esta precisa, milimétrica y bellísima aplicación del dogma progre número 32 realizada por El País en su editorial, a ver si de una vez por todas los simplones panolis del PP entienden con quien se la juegan.

Cuando los incendios en Galicia, acusaban los socialistas a los del PP de ser los pirómanos porque tenían la convicción de ello, con un par de legitimaciones y sin pruebas. El País y todos los demás tienen la convicción de que el archivo de la cosa de Camps no es trigo limpio, y lo dicen. En tiempos del GAL, desde el presidente del gobierno para abajo todos expresaban su convicción sobre la inocencia de los condenados del PSOE a brevísimas largas penas de cárcel por ser galeros, y así miles y decenas de miles, y centenares de miles de casos en que los de Zapatero usan el dogma progre número 32 con el derecho que les da el hecho de tener derecho a ello porque para algo tienen derecho a ello.


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