Blanco, digno sucesor.
Por cuarta vez, creo, estoy de acuerdo con Zapatero. Si nombra a José Blanco ministro de Fomento sería una acertada medida, pues seguro estoy que será un digno sucesor de Magdalena Álvarez. Su nombramiento tiene muchas ventajas, la principal es que no padeceremos síndrome de abstinencia de las salidas de pata de banco de nuestra ya añorada ex Maleni. Ver a Blanco explicar el conceto subyacente a su política estratégica sobre infraestructuras será uno de los grandes momentos de la historia de ese país.
Si Don José aceta el nombramiento, seguro estoy que le veremos adotar brillantes medidas que solucionaran todos nuestros desasosiegos infraestructurales exceto tal vez el ya crónico problema de los túneles de los AVE respecto a los cuales sabemos que echará mano del preceto blanquiano, tan consolidado en nuestro acervo cultural, de que pase lo que pase de negativo con los túneles y fomentos y ocurra lo que ocurra de desastroso con las infraestructuras y obras públicas, sabemos de antemano que cada desaguisado será culpa y responsabilidad del Aznar, de Rajoy, de Cascos, de Viriato o como mucho del franquismo tardo franquista y que las críticas a su gestión serán un claro indicio de que en este país hay gente que solo se preocupa de socavar los túneles de Blanco procurando que las cosas vayan mal para alegrarse de que vayan mal y no tener que mover jamás un dedo en apoyo de la gran labor que hará Blanco por sacar ese país adelante.
Solo espero, por mor de la tranquilidad espiritual de nuestra nación, que si ZP le nombra ministro, no deje Blanco de escribir en su Blog, nuestro faro y guía en estos tenebrosos momentos, además de argumentario profuso para alimentar las serenidades de nuestras almas.
Zapatero sabe lo que se hace, pues un gobierno de España con José Blanco como portador de una de sus carteras ministeriales ya no sería un gobierno sino un pozo sin fondo de sabiduría, templanza, gnosis a espuertas, erudición, presciencia y solipsismo polifacético y multicultural. El impato de su nombramiento hará que la crisis adquiera una levedad etérea y que la pujanza económica española vuelva a ser la envidia de los groenlandeses.
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