Dos poemas con video

Inasequible.

Vi tu rostro en las nubes
compitiendo en belleza
con el gran azul,

Vi tu cara en un fondo
de estrellas revoltosas
sonriendo al mar.

Te vi en el alto cielo
bañada en rayos cósmicos
lucir tu fulgor.

Oteé el firmamento,
justo en él te encontré
evanescente.

Miré hacia el infinito,
la nada bulliciosa
te circundaba.

Vislumbré tras la luna
una imagen fugaz,
vi que eras tú.

Te entreví en un baile
cósmico de galaxias
cual Salomé.

Al final pensé que eras
la mujer de mis sueños,
me equivoqué,

Lo supe porque mis sueños
nunca volaron tan alto,
Me desperté.

Un agujero negro
engulló aquellos sueños
que nunca tuve.

(Orel, 5-1-08)

 

Sirena nadando en decibelios

Llega la noche
y te encuentro allí
nadando en decibelios,
respirando ráfagas
de miradas escurridizas.

Estás allí
bañada por luces inconexas,
allí estas,
transparente como una sirena
en el coral,
insensible al deseo.

Te perfilas entre melodías
batiendo espuma de ritmos
sutiles y entremezclados,
bella como la luz hecha arco iris.

Una batahola de fotones
insinuantes, procaces,
y en cadencia aleatoria
iluminan tus contornos,
realzan tus entresijos
percuten en tus enseñanzas
y me ayudan a aprender
cada noche más de ti.

Amagas un gesto
inicias una sonrisa,
me miras y soy feliz,
bañado en decibelios
espumosos y pautados,
los mismos que acompasan
tu victoria sobre la noche.

Orel (6-01-08)