Todo gordo y que pese poco.

Despotricamos contra la contaminación del aire pero agarramos nuestro coche hasta para ir a la calle de atrás. Nos acojonamos vivos con la perversidad humana que va a hacer cisco el planeta, separamos las basuras en sentidos actos litúrgicos expiativos pero seguimos consumiendo energía eléctrica cuya producción genera humos y CO2 por un tubo y los coches no dejamos de usarlos.

Protestamos airadamente si nos ponen una antena de móviles en una azotea cercana y obligamos a nuestros ediles a restringir la proliferación de dichas antenas pero ya tenemos mas teléfonos móviles que españoles somos y nos acordamos de las pobres madres de los ejecutivos de las operadoras de móviles cuando no tenemos cobertura en la calle mayor de nuestra ciudad.

Nos quejamos amargamente del desastre originado por el colapso de las urgencias hospitalarias pero no dejamos de ir si nos duele una muela o nuestro hijo tiene 38 de fiebre.

Apoyamos políticas majaderas contra el humo del tabaco sin plantear la más mínima reivindicación cuando se sabe que en las ciudades es muchísimo más pernicioso para la salud los humos de los coches que el del tabaco en los locales donde está prohibido y no pedimos que nos protejan integralmente ya que se ponen.

Demandamos una educación de calidad y ponemos el grito en el cielo si suspenden a nuestro hijo, alegrándonos de que nuestros gobernantes socialistas multiculturales rojos de izquierdas e igualitarios educacionalmente se preocupen de la calidad de la enseñanza de nuestros hijos rebajando el nivel a casi cero y permitiendo pasar de curso con menos de 5 suspensas.

Nos alegramos de que nuestro presi haga grandes esfuerzos asignando dinero para todo lo que se le ocurre que puede rentarle votos, hasta regala pasta para comprar votos de nacionalistas en el Congreso que eviten una reprimenda a su ministra de desaguisados públicos. Luego nos quejamos que suban los impuestos totales, aunque maquillen sus dispendios rebajando de aquí para que no se note la subida de allí.

Sentimos punzadas de dolor en el corazón cada vez que nos hablan de las enormes superficies forestales y de selva que están desapareciendo pero ya nadie usa servilletas de tela sino de papel y el papel higiénico cada vez tiene más capas y mientras tiramos toneladas y toneladas de papel de periódico que hasta no hace muchos años se usaba para tales menesteres. Y no es que yo vaya a volver a usarlo, más que nada porque me he informado que la superficie forestal está incrementándose, pero eso no vende ni acojona y no se cuenta.

Si los políticos fuesen sinceros, todos llevarían el mismo eslogan en la campaña electoral que se acerca, algo así como “Nuestro partido le promete que todo será para usted gordo y que pese poco”, y la verdad es que ya lo han conseguido en muchísimos casos.

La cosa más gorda que ha conseguido Zapatero presentarnos como pura liviandad es la banda de asesinos de ETA que llegó a hacernos creer que era una asociación de probos hombres de paz, lo que demuestra que todo es posible.