Zapatero no niega futuros apaños con ETA.
Ayer le preguntaron al gran Z de Zapatero sobre las declaraciones de su ministro chungo de justicia en las que dijo que el dialogo con ETA se reanudará porque “se volverán a dar condiciones” para ello. Zapatero podía haber dicho simplemente que mientras él gobierne no habrá dialogo con ETA bajo ninguna circunstancia, dicho de otro modo pudo dar lo que se suele llamar una negativa tajante, pero claro, lo tajante no lleva Z y por tanto Zapatero es incapaz de ser tajante en ese asunto, por lo que dio una respuesta con la que no niega futuros apaños con ETA aunque parezca que niega futuros arreglos con los asesinos etarras. En lugar de negar simple y llanamente nuestro negociador compulsivo con ETA dijo "no hay ninguna expectativa, ninguna, de diálogo".
La información aparece en Público, y es público y notorio que Zapatero habla en zapaterés, jerga cada día más en alza en la que normalmente las cosas significan justo lo contrario de lo que en principio dicen o parecen indicar. Si analizamos un poco la negativa, que no niega de Zapatero, a dialogar con ETA tendremos un nuevo ejemplo del bueno uso que hace Z del zapaterés.
La frase “no hay ninguna expectativa de dialogar con ETA” habla del presente, hoy no hay ninguna expectativa pero mañana solo ETA lo sabe. Para la palabra expectativa el diccionario dice que es: “Cualquier esperanza de conseguir una cosa, si se depara la oportunidad que se desea.”. Si sustituimos en la frase la palabra expectativa por la definición del Diccionario de la Lengua Española quedaría así: “no hay ninguna esperanza de conseguir el dialogo con ETA, no se depara la oportunidad que se desea”
El presidente ha ido a elegir justo una palabra que trasluce sus más íntimos deseos, Z ve que no se le depara la oportunidad que tanto desea de dialogar con ETA, pero que en cuanto se le depare la cosa volverá por donde solía.
Zapatero o bien logra que cambien la definición de “expectativa”, cosa que con Cebrián en la Academia no es imposible, o podemos afirmar tajantemente que Zapatero desea el dialogo con ETA pero que de momento no se le depara la oportunidad.
En la hoja de ruta de Zapatero al infierno hay unos enormes depósitos que permiten lanzar densas cortinas de humo que oculten la realidad cada vez que sea preciso, y ahora toca esconder los deseos de dialogar con ETA en cuanto que pasen las elecciones.
La información aparece en Público, y es público y notorio que Zapatero habla en zapaterés, jerga cada día más en alza en la que normalmente las cosas significan justo lo contrario de lo que en principio dicen o parecen indicar. Si analizamos un poco la negativa, que no niega de Zapatero, a dialogar con ETA tendremos un nuevo ejemplo del bueno uso que hace Z del zapaterés.
La frase “no hay ninguna expectativa de dialogar con ETA” habla del presente, hoy no hay ninguna expectativa pero mañana solo ETA lo sabe. Para la palabra expectativa el diccionario dice que es: “Cualquier esperanza de conseguir una cosa, si se depara la oportunidad que se desea.”. Si sustituimos en la frase la palabra expectativa por la definición del Diccionario de la Lengua Española quedaría así: “no hay ninguna esperanza de conseguir el dialogo con ETA, no se depara la oportunidad que se desea”
El presidente ha ido a elegir justo una palabra que trasluce sus más íntimos deseos, Z ve que no se le depara la oportunidad que tanto desea de dialogar con ETA, pero que en cuanto se le depare la cosa volverá por donde solía.
Zapatero o bien logra que cambien la definición de “expectativa”, cosa que con Cebrián en la Academia no es imposible, o podemos afirmar tajantemente que Zapatero desea el dialogo con ETA pero que de momento no se le depara la oportunidad.
En la hoja de ruta de Zapatero al infierno hay unos enormes depósitos que permiten lanzar densas cortinas de humo que oculten la realidad cada vez que sea preciso, y ahora toca esconder los deseos de dialogar con ETA en cuanto que pasen las elecciones.
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