Castro dice creer en Dios, Dios ve peligrar su puesto.
En la página del diario oficial de Castro el Granma hay una sección para que el comandante escriba sus cosas, ayer día 28 Castró publicó un cortito artículo, muy corto, doy fe, titulado “El buen Dios me protegió de Bush”. Lo primero que llama la atención es el hecho de que escribe Dios con mayúsculas, algo digno de tener en cuenta, y lo segundo que llama la atención es que tras su enfermedad semiterminal Castro se ha caído del caballo rojo y ha visto la luz, siendo ahora un creyente de pro.
En lo que podríamos llamar blog de Castro y que lleva por nombre “Reflexiones del Comandante en Jefe” Castro escribe:
“Ahora comprendo por qué sobreviví a los planes de Bush y de los presidentes que ordenaron asesinarme: el Buen Dios me protegió.”
¿Deben tocar a rebato todas las campanas de Cuba?, ¿debe el Papa declarar que ha ocurrido un milagro?, ¿debe Dios tomar medidas contra el pitorreo del comandante?.
Yo solo sé que si Castro se ha hecho creyente todo es posible, incluso que muera en olor de santidad y termine canonizado por sus buenas obras, fusilamientos masivos aparte. Ahora bien, Castro lo tiene crudo, ya que aunque diga ahora que cree en Dios me huelo yo que Dios no le cree, pero igual si le suelta a Dios, en cuanto se reponga, uno de sus típicos discursos de 9 horas consigue convencerlo por aburrimiento hasta de que le ceda el puesto.
En lo que podríamos llamar blog de Castro y que lleva por nombre “Reflexiones del Comandante en Jefe” Castro escribe:
“Ahora comprendo por qué sobreviví a los planes de Bush y de los presidentes que ordenaron asesinarme: el Buen Dios me protegió.”
¿Deben tocar a rebato todas las campanas de Cuba?, ¿debe el Papa declarar que ha ocurrido un milagro?, ¿debe Dios tomar medidas contra el pitorreo del comandante?.
Yo solo sé que si Castro se ha hecho creyente todo es posible, incluso que muera en olor de santidad y termine canonizado por sus buenas obras, fusilamientos masivos aparte. Ahora bien, Castro lo tiene crudo, ya que aunque diga ahora que cree en Dios me huelo yo que Dios no le cree, pero igual si le suelta a Dios, en cuanto se reponga, uno de sus típicos discursos de 9 horas consigue convencerlo por aburrimiento hasta de que le ceda el puesto.
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