En el PSOE no se hace política, se jode la marrana
Hoy Rodríguez Ibarra, el defensor a ultranza del GAL y como él mismo dice el que se empeña en una defensa cerrada de Rafael Vera hace unas declaraciones en El País en las que reivindica su papel de Pepito Grillo del PSOE y nos habla del arte de joder la marrana entre otras cosas.
Es curiosa la terminología que se emplea dentro del PSOE caracterizado según el extremeño por el predominio del pensamiento débil, siendo al parecer rasgo característico de ese débil pensamiento socialista el joder la marrana junto con el pasar el cepillo en el sentido de cepillarse algo.
Ibarra nos descubre que dentro del PSOE cuando alguien quiere algo amenaza con joder la marrana y ya alguien se aviene a hacer caso a los que avisan de sus intenciones de jodienda porcina. El caso paradigmático del uso del arte de joder la marrana fue el del estatuto catalán.
P. Habla usted de las prioridades de Zapatero en la actualidad. Pero hace unos meses la prioridad era que el Estatut no provocara una fractura en el PSOE de imprevisibles consecuencias. Y usted fue decisivo para que se tomara la determinación de "pasar el cepillo" (¡desafortunada expresión!) a aquel texto ¿no?
R. ¿Qué hubiera pasado si todos nos hubiéramos plegado a los intereses del PSC? ¿Quién hubiera sacado el cepillo? Gracias a que algunos hicimos pronunciamientos y mantuvimos actitudes contrarias a lo que mantenía el PSC se pudo pasar el cepillo. Mire, la verdad es que el Partido Socialista introdujo más de cien enmiendas en el Estatut porque había gente nuestra que estaba dispuesta a joder la marrana. Y para que no se joda la marrana se pasó el cepillo. Así de claro fue aquello.
Yo tengo la convicción, y esto de tener la convicción de algo sin más pruebas, es lo más socialista que me queda a estas alturas en mi bagaje intelectual, de que lo que Ibarra llama joder la marrana es lo que yo llamaría la manta que encubre la cobardía que se ha impuesto en muchos sectores del PSOE y que consiste en oponerse a algo por ser muy malo para España pero luego votarlo en el Congreso o bien aceptar su aprobación.
En el PSOE no se hace política clásica, ahora para cepillarse algo o a alguien se jode la marrana o a veces se amenaza con joder la marrana y asunto concluido.
No se que denominación se le debe dar a los que joden la marrana, hasta que aparezca digamos que Juan Carlos Rodríguez Ibarra dejará de ser llamado Bellotari y quedará para los siempres como máximo especialista en joder marranas, no es mala cosa después de todo.
Este descubrimiento que hace Ibarra creo me aclara uno de los mayores misterios de la actual política nacional, el de las motivaciones que tiene Zapatero para hacer las barrabasadas que está haciendo. Todo queda meridianamente claro si asumimos que simplemente a Zapatero le gusta joder la marrana y en ello anda.
Es curiosa la terminología que se emplea dentro del PSOE caracterizado según el extremeño por el predominio del pensamiento débil, siendo al parecer rasgo característico de ese débil pensamiento socialista el joder la marrana junto con el pasar el cepillo en el sentido de cepillarse algo.
Ibarra nos descubre que dentro del PSOE cuando alguien quiere algo amenaza con joder la marrana y ya alguien se aviene a hacer caso a los que avisan de sus intenciones de jodienda porcina. El caso paradigmático del uso del arte de joder la marrana fue el del estatuto catalán.
P. Habla usted de las prioridades de Zapatero en la actualidad. Pero hace unos meses la prioridad era que el Estatut no provocara una fractura en el PSOE de imprevisibles consecuencias. Y usted fue decisivo para que se tomara la determinación de "pasar el cepillo" (¡desafortunada expresión!) a aquel texto ¿no?
R. ¿Qué hubiera pasado si todos nos hubiéramos plegado a los intereses del PSC? ¿Quién hubiera sacado el cepillo? Gracias a que algunos hicimos pronunciamientos y mantuvimos actitudes contrarias a lo que mantenía el PSC se pudo pasar el cepillo. Mire, la verdad es que el Partido Socialista introdujo más de cien enmiendas en el Estatut porque había gente nuestra que estaba dispuesta a joder la marrana. Y para que no se joda la marrana se pasó el cepillo. Así de claro fue aquello.
Yo tengo la convicción, y esto de tener la convicción de algo sin más pruebas, es lo más socialista que me queda a estas alturas en mi bagaje intelectual, de que lo que Ibarra llama joder la marrana es lo que yo llamaría la manta que encubre la cobardía que se ha impuesto en muchos sectores del PSOE y que consiste en oponerse a algo por ser muy malo para España pero luego votarlo en el Congreso o bien aceptar su aprobación.
En el PSOE no se hace política clásica, ahora para cepillarse algo o a alguien se jode la marrana o a veces se amenaza con joder la marrana y asunto concluido.
No se que denominación se le debe dar a los que joden la marrana, hasta que aparezca digamos que Juan Carlos Rodríguez Ibarra dejará de ser llamado Bellotari y quedará para los siempres como máximo especialista en joder marranas, no es mala cosa después de todo.
Este descubrimiento que hace Ibarra creo me aclara uno de los mayores misterios de la actual política nacional, el de las motivaciones que tiene Zapatero para hacer las barrabasadas que está haciendo. Todo queda meridianamente claro si asumimos que simplemente a Zapatero le gusta joder la marrana y en ello anda.
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