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Sahumerios y arrebatos

Zapatero emético.

Les quiero transmitir mi firmeza y determinación para acabar con el terrorismo, vamos a acabar con los terroristas. Los asesinos deben perder toda esperanza, deben saber que jamás conseguirán sus fines y que nunca lograrán escapar a la justicia. Me dirijo al gobierno y a las fuerzas políticas para decirles que este es más que nunca el momento de la unidad democrática frente al terrorismo. Los terroristas tienen que saber que sus crímenes son tan atroces como inútiles. Tienen que saber que cualquier gobierno les dará la misma respuesta y les perseguirá hasta que respondan de sus atroces delitos.

Esa declaración en sí misma es digna de alabanza, pero esa declaración, cuando se pone en su contexto se convierte en el más potente emético que jamás haya conocido. He vomitado al leerla, me he quedado aterrado.

Pongamos el contexto a esa declaración.

Fue realizada por José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del gobierno de España el día 11 de marzo de 2.004, a las 13:44 en la sede del PSOE de la calle Feraz. En ese momento, todos, partidos, gobierno, fuerzas de seguridad, PNV incluido, estaban convencidos de que los autores del atentado habían sido los chicos de ETA con los que ya estaba Zapatero negociando hacía muchos, muchos meses. Poco importa para variar el efecto emético de la declaración el hecho de que después de hacerla, se supiese que no había sido ETA. El hecho trágico es que ahí tenemos a nuestro actual presidente del gobierno, vertiendo lágrimas de cocodrilo mientras traicionaba todo lo que decía. La declaración la terminaba Zapatero con una apelación espeluznante y demoledora: “Pondremos fin a tanto terror y a tanta ignominia”. Seguro estoy que no se refería a su propia ignominia.

Aun estaban en la morgue de IFEMA los cadáveres calientes sin identificar, aun estaban muriendo heridos en los hospitales, aun no se habían acallado los llantos de las familias, y el que estaba negociando con los asesinos, embaucando.

Establecido el marco de la declaración, solo queda vomitar y aguantar todo lo terrible que nos queda por ver de un hombre que es capaz de semejante doblez cargada de impostura e hipocresía.

¿Cuántas veces tendremos que vomitar aún? ¿Cuánta ignominia tendremos aún que soportar?

Las fonotecas y hemerotecas lo decidirán respecto al pasado. Sabiendo que Zapatero estaba negociando con ETA, todas sus declaraciones sobre terrorismo etarra se convertirán en potentes eméticos. Mucho pues nos queda por vomitar. Respecto al futuro no creo que ya dentro de poco nos queden fuerzas para seguir vomitando a causa de los espasmos del horror.

Información extraída de la fonoteca de la Cadena SER correspondiente a los dias 11 al 14 de marzo de 2004.


Oiga el archivo con la declaración de Zapatero


Lea la transcripción de ese fichero de sonido con la declaración de Zapatero.

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