La liturgia de las bolsas de basura en la religión medioambiental.
NOTICIA: Un informe de Greenpeace, informa del preocupante dato de que en España sólo se recupera el 11,5% de los residuos. El 88,5% restante acaba enterrado en vertederos o incinerado.
Según los datos del Ministerio de Medio Ambiente, la recuperación de estos residuos, es decir, el porcentaje que se recicla, es del 36,56%. Sin embargo, la realidad es bien distinta. El 89% de los residuos que se derivan a compostaje se rechazan a la entrada de la planta de reciclaje, y por tanto no se recuperan, y acaban quemados en incineradoras o enterrados en vertederos.
Un caso especialmente llamativo es el de los envases. A pesar de que consorcios como Ecoembes recaudan el 100% de la tasa que pagamos por los envases, sólo se recuperan a través del contenedor amarillo el 4,2% de los envases domésticos.
COMENTARIO: Durante unos años, cuando salía el tema de la recogida selectiva de basuras recuerdo que siempre insistía en que eso era una filfa de las de consideración porque no más del 30% de las basuras así entregadas eran realmente recicladas, el 70% restante iba al mismo basurero que la basura no selectivizada. Cual no será mi sorpresa cuando hace un rato he leído la noticia que arriba aparece y me he quedado en cuadro.
No se olvide que se habla de que la basura previamente dejada por la gente en contenedores separados, la tiran toda junta al mismo basurero en el porcentaje mencionado del ochenta y pico por ciento.
Que la propia Greenpeace sea la que informa, hace que la filfa se convierta en una cruel tomadura de pelo. Con el tiempo y esfuerzo que ha costado imbuir a la población de que realizando según los cánones la liturgia de las bolsas de basura conseguirían si no la salvación de su alma, al menos si la salvación del planeta, ahora nos dicen que todo es un macabro juego con los sentimientos de la gente. ¡Menudo desengaño!.
La multitud de nuevos creyentes en la religión medioambiental, plenamente concienciados de la bondad y belleza de la nueva religión sabían que el principal acto litúrgico de la misma era la llamada Liturgia de las bolsas de basura selectivas.
En esta liturgia el celebrante es el propio ciudadano concienciado, el altar es el contenedor de basura y la recompensa la salvación del planeta y una grande e inmensa tranquilidad espiritual. Aquí el vidrio, aquí los envases metálicos, allí el papel y en esta bolsa los residuos orgánicos. El alma del celebrante suspiraba aliviada mientras colocaba cada bolsa en su correspondiente contenedor al asumir que su labor estaba haciendo por el futuro del planeta tanto o más que Rodríguez de la Fuente o el mismísimo Cousteau.
Los políticos, que son muy cucos, han sabido desde el principio que lo que se pretendía no era realmente reciclar basuras, ni reducir el número de basureros, sino tranquilizar el espíritu de los ciudadanos dándoles una bonita cruzada en la que luchar sin moverse de su casa, porque de todos es sabido que 22 millones de salvadores del planeta no cabíamos en el Calypso, el famoso barco de Cousteau.
¿Qué va a ser de nosotros si nos impiden participar en semejante cruzada en pro de la salvación del planeta?, yo se lo voy a decir, quédense tranquilos porque esa labor si no salva el planeta al menos da empleo a miles de personas que viven de semejante cuento ecológico.
No se si saben que las empresas vienen pagando desde el año 1.998 una especie de impuesto llamado punto verde que sufraga la recogida de los envases que generan como basura los ciudadanos al utilizar sus productos.
Hablamos de que la ley correspondiente es del año 98 y solo recogen el 4,2% de los envases a pesar de que pagamos, pues al final pagamos nosotros, por la recogida de todos ellos. Como siempre, primero paga y luego ya veremos.
No me puedo quejar mucho porque a mi me ha hecho ganar dinero el rollo ese de los envases al tener que hacer o cambiar programas informáticos para contemplar el dichoso punto verde.
Se que al morir iré al infierno ecologista, o sea, a un basurero cósmico, porque desde que se inició la practica de la mencionada liturgia, que yo recuerde, solo una vez tiré un periódico a un contenedor de papel, y eso porque pasaba por al lado al terminar de leerlo. Estoy condenado.
Caballero, señora, ya sabe que cada vez que hace el numerito de la basura selectiva esta haciendo el primo o la prima, avisados quedan.
¿Porqué si solo hay capacidad para reciclar un 11% de basuras que se separan no se hace que la ciudadanía solo haga la separación de un 11% de basuras y en su lugar se hace obligatoria por ley para todos?. Esto es lo que siempre se ha llamado un bonito paripé.
1 comentario
Diohenes -
Un saludo.