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Sahumerios y arrebatos

Vuelve la censura pero con valores de progreso.

Siempre he estado convencido que la Ley de la memoria histérica de ZP escondía en sus recovecos ramalazos de envidia por ciertos modos y maneras de la dictadura y el más envidiado siempre ha sido la censura franquista. Nuestros dirigentes de izquierdas están convencidos de que toda crítica que se les hace es crispación y meros intentos de promover el enfrentamiento y eso es inadmisible por antidemocrático y por tanto algo que hay que eliminar como sea.

Y el cómo sea no puede ser otra cosa que la censura y no una censura de esas solapadas, sino una con todas las de la ley. Dado que nuestros jerarcas tienen valores, no les falta el valor necesario para reinstaurar la censura franquista pero con valores de progreso.

Ramón Jauregui lo ha dejado bien claro, se trata de impedir que ciertas gentes vayan por ahí intentando implantar en nuestra sociedad valores devaluados de convivencia en lugar de los afamados valores de progreso. Se trata de cercenar cualquier posibilidad de que se instauren climas de crispación y enfrentamiento, de que prediquen falsos valores que atentan contra los principios democráticos. Se trata de acabar con la agresividad, la descalificación y de promover una mayor calidad en los contenidos.

Queda claro que cuando un medio le da caña a Zapatero, a Rubalcaba, a los del PSOE, critica los valores de progreso como la ley de la memoria histérica, el aborto, la ley antitabaco, las medidas económicas de ZP o dice que Bono tiene pasta que nadie sabe de dónde ha sacado, están claramente  crispando la sociedad y buscando el enfrentamiento social, y eso se va a acabar y acabarán con ello censurando, multando y cerrando medios, y si no al tiempo.

Lo más reprochable de estos neodictadores es que nos obliguen a echar de menos a Franco, y en ello están. Temblemos. La libertad de expresión les estorba y acabarán con ella porque posibilita la crispación y el enfrentamiento y no olvidemos nunca que llevan años calificando toda crítica que se les hace como crispación y enfrentamiento.

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