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Sahumerios y arrebatos

El País de las soberanas gilipolleces.

Reconozco que casi todos los humanos utilizamos dos varas de medir mientras aplicamos la ley del embudo, yo lo reconozco, pero la progresía progre de izquierdas roja multilateral y pluriculturizada jamás se aviene a reconocerlo, y por la derecha la cosa va por el mismo camino. No obstante hay una clara diferencia, el hecho de que la presencia mediática de las cosas progres es muchas veces más significativa que las cosas de Rajoy y compañía por lo que la doble vara de medir de la retroprogresía es más visible, risible y nos fastidia más.

Una de las plasmaciones más habituales de las dos varas de medir es el respaldo social a propuestas legislativas o de otro tipo, pero solo recurren al dichoso respaldo cuando les es favorable, cuando lo tienen en contra promulgan su ley sin mencionar para nada que carece de respaldo social, y así hasta la siguiente pifia progre legislable.

Por ejemplo, la cosa de la subida de impuestos tenía a la sociedad en contra pero aprobaron la cosa. En cambio en la cosa del endurecimiento de la prohibición de fumar en lugares públicos, se echa mano continuamente del respaldo social porque les es favorable, por poco según las encuestas.

Lo desternillante ocurre a veces, como hoy en El País que suelta una soberana gilipollez con visos de memez estulta y reflejos de sandez disparatada. Ha hecho una encuesta sobre el apoyo social a la idea de legislar para darle una nueva vuelta de tuerca a los fumadores y dice:

La polarización de las respuestas es evidente. Históricamente, el porcentaje de fumadores en España se sitúa en un tercio de la población (punto arriba o abajo según la época), una cifra que se parece sospechosamente a la de los que se declaran radicalmente en contra de la medida

O sea, que a los señores de El País les parece sumamente sospechoso el hecho de que los fumadores de este país sean los que están en contra de que les prohíban fumar en los sitios donde ahora pueden fumar. Tan soberana gilipollez hace mucho que no se ha visto en un periódico, pero como el diario global es global por algo, ahora podemos saber que también lo es por sus memeces supranacionales.

Para la progresía roja de izquierdas, que siempre legisla para nuestro bien, es incomprensible, inadmisible y sospechosísimo que los fumadores quieran seguir fumando. Yo he dejado de fumar no hace mucho para fastidiar las insidias recaudatorias de ZP, no obstante las estulticias de estos ingenieros sociales que más bien son dictadorzuelos de medio pelo, me siguen pareciendo majaderías de burros con anteojeras.

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