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Sahumerios y arrebatos

ZP, el superhombre que nos salvará de la crisis

La realidad es que Zapatero nos decía hasta hace unos días que no había crisis y que estábamos en cabeza de la economía mundial. Yo tengo la convicción de que mentía a sabiendas y con saña pero es cierto que la crisis ha sido corta pues ya estamos abocados a la recesión, según el Banco de España, y por eso Zapatero anda por esos mundos de Bush intentando que le dejen entrar en la cosa esa de la cumbre porque tiene el remedio para arreglar el tiberio que el useño ha montado.

¿Quién se puede fiar de un experto en crisis y recesiones que no solo no las ve venir sino que cuando las tiene encima intenta convencer a propios y extraños de que la cosa económica va de maravilla?.

El argumento número uno de los socialistas frente a esta crisis que ya es recesión pura y dura, es el tan manido de que el PP no solo no ayuda a solucionarla sino que se alegra de que la cosa vaya mal para poder clavarle el estigma a Zapatero. De lo que no se dan cuenta estos socialistas es de que Zapatero sí que da muestras de alegrarse de la crisis que no existía desde que se le atribuye la culpa a Bush y al liberalismo de tipo no sé cuantos. Ver la sonrisa de este prohombre mientras se lava las manos en las aguas del paro nacional es denigrante.

El próximo argumento está claro. Si va a la cumbre y se arregla la cosa será porque él dio la solución, si no se arregla será porque no le hicieron caso. Si no va a la cumbre y la cosa no se arregla será porque no le escucharon y si se arregla será porque él y solo él consiguió meter en la cumbre su receta salvadora.

El súper experto económico que nos gobierna sin tener ni repajolera idea de economía, hecho conocido tras la oferta que le hizo alguien de enseñarle en dos tardes, quiere ser el salvador de la economía de la galaxia, ya que tiene la solución mágica, se sabe imprescindible, y lo malo es que se lo cree. ¡Hay que joerse!

No obstante, por si acaso fuese verdad que atinase aunque sea a pesar de sus escaseces, aprovecho para darle ánimos. ¡Zapatero, sálvalos aunque no se dejen!

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